WASHINGTON — Estados Unidos permitió discretamente que Ucrania utilizara inteligencia estadounidense para atacar objetivos dentro de territorio ruso con misiles de largo alcance fabricados y suministrados por Reino Unido esta semana, según múltiples fuentes consultadas por The Post.
El misil de crucero Storm Shadow impactó una planta de explosivos y combustible para cohetes el martes en la región de Briansk, que limita con Ucrania y Bielorrusia, un ataque que superó las defensas aéreas rusas, según el Estado Mayor ucraniano.
El Storm Shadow tiene un alcance de aproximadamente 180 millas, mucho menor que el misil estadounidense Tomahawk, que alcanza hasta 1.500 millas.

Aunque el arma utilizada por Ucrania no era estadounidense, Estados Unidos tuvo voz en el objetivo debido a la dependencia de Kiev de la inteligencia de Washington, según un oficial de defensa.
El Wall Street Journal informó primero sobre el papel de EE.UU. en el ataque de Briansk el miércoles, lo que provocó una fuerte negativa del presidente Trump en Truth Social.
“¡La historia del Wall Street Journal sobre la aprobación de EE.UU. para que Ucrania use misiles de largo alcance profundamente en Rusia es NOTICIA FALSA!”, publicó el presidente. “¡EE.UU. no tiene nada que ver con esos misiles, sin importar de dónde vengan o lo que Ucrania haga con ellos!”.
Las nuevas pautas de inteligencia permiten a Ucrania llevar la lucha a territorio ruso mientras Trump lamenta la falta de voluntad de Moscú para tomar medidas significativas hacia el fin de la guerra.
El cambio de política de EE.UU. no se anunció públicamente, pero ocurrió después de que la autoridad para aprobar ataques transfronterizos fue transferida discretamente del secretario de Guerra Pete Hegseth al general de la Fuerza Aérea Alexus Grynkewich, el comandante superior de EE.UU. y la OTAN en Europa, según un asistente congresional senior con conocimiento del asunto.
A principios del mandato de Trump, el Pentágono impuso límites estrictos al uso de operaciones transfronterizas por parte de Ucrania. Durante meses, Hegseth tuvo la última palabra sobre si Kiev podía usar armas occidentales para atacar dentro de Rusia, lo que significó que no se aprobaron ataques hasta que la autoridad fue devuelta a Grynkewich a principios de este mes.
El cambio de autoridad también ocurrió después de que el Departamento de Guerra detuvo o retrasó envíos de armas a Ucrania en al menos tres ocasiones.
La Casa Blanca ha estado aumentando la presión sobre el Kremlin para que llegue a la mesa de negociaciones, incluso considerando enviar a Kiev misiles Tomahawk fabricados en EE.UU.
Trump públicamente desistió de esa idea el miércoles, pero también impuso sanciones a dos exportadores clave de petróleo de Moscú, afectando el financiamiento del esfuerzo bélico ruso.
Ucrania ya ha estado atacando refinerías y depósitos de petróleo rusos con drones de fabricación local y misiles de corto alcance, con Trump habiendo dado el visto bueno para compartir datos de objetivos de EE.UU. para esas operaciones.
Washington también aprobó recientemente la venta a Ucrania de más de 3.300 misiles Extended Range Attack Munition, capaces de volar hasta 280 millas, otro impulso al arsenal de Kiev.
El Pentágono remitió las preguntas a la Casa Blanca, que no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


