Hace tres años, los New York Knicks perseguían intensamente a Donovan Mitchell, pero finalmente fueron superados por los Cleveland Cavaliers en la puja. El jugador terminó en Cleveland, pero el aspecto más significativo fue que a los Knicks ni siquiera se les dio la oportunidad de igualar la oferta ganadora. Este proceso generó la creencia generalizada en la NBA de que Danny Ainge, presidente de los Utah Jazz, nunca tuvo la intención real de enviar a Mitchell a su destino preferido: Nueva York.

A menos que Ainge decida publicar sus memorias, probablemente nunca sabremos con certeza si esta teoría es correcta. Lo que sí es evidente es que Ainge puede sentirse satisfecho con el retorno que obtuvo en el intercambio: Lauri Markkanen, un alero finlandés que ha alcanzado un nivel cercano al estrellato en la liga. Los Knicks, por su parte, no ofrecían ningún jugador con el potencial ascendente de Markkanen.
La comparación es contundente: ¿RJ Barrett, Obi Toppin e Immanuel Quickley? Markkanen es, simplemente, mejor. Esta transacción fallida ha añadido otra capa a la ya existente rivalidad entre Knicks y Cavaliers, que continúa manifestándose en sus enfrentamientos dentro de la liga.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


