
España quiere que la UE mantenga sobre la mesa las medidas previstas contra Israel por la ofensiva sobre Gaza, al menos hasta que se consoliden cada una de las fases del acuerdo de paz, pero el bloque va camino, parece, de suavizar su postura. “No hemos conseguido todavía gran cosa con respecto a los objetivos que teníamos marcados. Está la liberación de todos los rehenes y la entrada de ayuda humanitaria, pero muy incipiente, muy frágil y como hemos visto, con una rapidez en la suspensión que no podemos permitirnos”, avisó este lunes el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en el marco de la reunión de titulares del ramo en Luxemburgo.

Para Bruselas, en cambio, el contexto ha cambiado, y con el pacto auspiciado por Donald Trump la posible suspensión parcial del acuerdo con Israel o las sanciones a ministros extremistas de Netanyahu han quedado en un punto muerto. “La situación ha cambiado, teniendo en cuenta los acontecimientos de la semana pasada”, sostuvo a este respecto la Alta Representante, Kaja Kallas, que, en ese escenario, espera decisiones por parte de los 27.
Albares tiene claro que ahora mismo la UE “está muy lejos de poder retirar” además las sanciones ya vigentes por ejemplo contra los colonos israelíes en Cisjordania. Por otro lado, ha pedido que se incremente la presencia de la Unión en la Franja para “asegurar la estabilización” después de la firma del pacto.
Un acuerdo, eso sí, ha dicho el ministro, que no se puede vulnerar a las primeras de cambio. “No puede haber este choque permanente que fragilice el alto el fuego, que lleve a que se pueda colapsar la entrada de ayuda humanitaria y sobre todo que impida un futuro de normalidad para los palestinos gazatíes en Gaza”, comentó Albares desde Luxemburgo.
Kallas en ese sentido está de acuerdo, y asume que “queda mucho por hacer” para que la situación se estabilice. “El alto el fuego en Oriente Medio ha superado su primera prueba de resistencia. Por lo tanto, creo que ha sido una buena primera fase. Pero, por supuesto, debemos trabajar para ver qué más podemos hacer para lograr una paz sostenible en Oriente Medio”, comentó la jefa de la diplomacia europea.
Esa necesidad de consolidar la paz también la ha defendido el titular francés, Jean Noel Barrot. “Lamento las recientes violaciones del alto el fuego con los ataques israelíes en Gaza, que se produjeron tras los ataques contra los soldados. Todas las partes deben respetar estrictamente los compromisos que asumieron en el acuerdo firmado“, sostuvo, en la misma línea que su homólogo irlandés, Simon Harris. “Es realmente bueno ver un alto el fuego. Es fundamental que se mantenga, pero ahora es importante también que analicemos todos los demás puntos de ese plan de paz”.
También Ucrania ha estado sobre la mesa, sobre todo después de la visita de Volodimir Zelenski a la Casa Blanca para verse con Donald Trump. Ahí Kallas fue clara y pidió al presidente ucraniano que se reúna con su homólogo ruso, Vladimir Putin, pero al mismo tiempo hizo hincapié en la necesidad de que Moscú no consiga lo que busca. “Es negativo que el agresor consiga lo que quiere, porque eso envía una señal a todos los agresores del mundo de que pueden ir y tomar lo que deseen“, alertó la estonia.
“Vemos los esfuerzos del presidente Trump por llevar la paz a Ucrania. Por supuesto, todos estos esfuerzos son bienvenidos, pero no vemos que Rusia realmente quiera la paz“, sostuvo una Kallas que recordó que el Kremlin, a su parecer, “solo negocia cuando se ve forzado a hacerlo”. En ese punto, para la UE se da por hecho que solo habrá un acuerdo cuando se pongan de acuerdo Zelenski y Putin y apeló a la fuerza que tiene Estados Unidos para conseguir ese encuentro.
Desde el lado de la UE sigue en boga el debate sobre el uso de los activos rusos congelados para que Ucrania pueda reconstruirse con ese dinero, pero el acuerdo entre los 27 está todavía lejos. La Alta Representante reconoce “grandes avances”, pero nada más. La pega más grande aquí la pone Bélgica, que considera que tiene una mayor capacidad y exposición legal para albergar esos activos rusos sancionados y pide “solidaridad” al resto de Estados miembros.


