
Carlos Sainz sigue confirmando que su aventura con Williams no es flor de un día. El madrileño volvió a colar el FW47 en la Q3 del Gran Premio de Estados Unidos y lo hizo con una sólida 9ª posición, en una jornada donde el viento y la igualdad dejaron la parrilla apretadísima. Un nuevo paso adelante en una racha más que positiva para él y para un equipo que, poco a poco, está convirtiendo la sorpresa en costumbre.
“He hecho vueltas muy buenas desde la Q1 hasta la Q3”, explicó Sainz tras bajarse del coche. “Desgraciadamente este viento que veis ahora es el que nos ha penalizado un poquito a partir de la Q2 y la Q3; no hemos sido capaces de mejorar el tiempo de la Q1 casi, pero aún así han sido vueltas muy buenas y estamos 9º”.

En Austin, el español volvió a dejar atrás a su compañero Alex Albon y se situó a la altura de pilotos y coches de mayor potencial y alguna sorpresa, como el Haas F1 Team de Oliver Bearman —octavo con el nuevo paquete aerodinámico— o los Ferrari, que sorprendieron en clasificación pese a haber sufrido más durante los entrenamientos.
Sainz sabe que su fortaleza está los domingos. “Nuestro coche tiene una sensibilidad muy alta al viento y sobre todo sabemos que en clasificación no es el mejor”, reconoció. “Siempre solemos ir mucho más rápido en carrera que en clasificación; con ese neumático blando siempre nos cuesta, así que sí que espero ir más fuerte mañana”.
El español, que ya sumó un podio en la carrera sprint del sábado, afronta la carrera principal con optimismo, consciente de que el Williams suele dar un salto de rendimiento con más combustible y en tanda larga. “El Haas ha traído un paquete aerodinámico que parece que les funciona bien, y si están octavos es porque son el octavo coche más rápido, habrá que ver cómo van en carrera”, comentó. “Está claro que serán difíciles de batir, pero habrá que ir a por todas a ver si conseguimos entrar entre los ocho o siete primeros”.
“Una estrategia muy abierta”
La estrategia será otro punto clave en una prueba marcada por el calor y la degradación de neumáticos. “La veo muy abierta por una vez, porque ha habido más degradación de lo esperado en la sprint con el neumático medio, y luego la duda es el neumático duro, si será suficientemente rápido o si deslizará demasiado”, analizó. “Así que todo está abierto, a ver qué pasa”.
El piloto madrileño, cada vez más cómodo en su nueva etapa, no pierde la sonrisa ni el sentido del humor al hablar de una salida que promete emociones fuertes: “Habrá que ver cómo se lo toma la gente, si con un poquito más de calma que esta mañana o con la misma ambición. Mañana tendremos el depósito a tope, el coche parará peor en la curva uno… pero será divertido verlo”.
Con esa actitud y un coche que rinde más de lo esperado los domingos, Sainz afronta otra oportunidad de seguir sumando puntos y cerrar la temporada en lo alto. Austin puede ser otro paso en la consolidación de un proyecto que, contra todo pronóstico, está volviendo a situar a Williams en la pelea del grupo medio.
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