Por qué los radios no han reemplazado por completo las pizarras en la F1 #F1 #FVDigital

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La Fórmula 1 suele considerarse la cúspide del automovilismo, con equipamiento de alta tecnología como túneles de viento para perfeccionar los diseños, complejos procesos como la dinámica de fluidos computacional para crear alerones intrincados, y sensores repartidos por todo el coche que recogen terabytes de datos durante un fin de semana de carrera. Entonces, ¿por qué los equipos siguen confiando en rudimentarias pizarras para compartir información vital con sus pilotos?

El muro de boxes es un hervidero de actividad durante un Gran Premio: ingenieros, estrategas y miembros senior del equipo se reúnen allí para tomar todo tipo de decisiones durante la carrera. También es donde el equipo tiene una línea de comunicación directa con sus pilotos mediante radios integradas en los cascos, pero esta no es la única manera de comunicarse con ellos.

A través de las ranuras en la valla que separa el pitlane del circuito, los equipos cuelgan pizarras para mostrar información a sus pilotos mientras pasan a más de 320 km/h. Estas pizarras consisten en un simple marco en el que se encajan letras y números para transmitir rápidamente datos básicos al piloto.

Con ellas, los equipos pueden actualizar a sus pilotos sobre su posición en carrera, la diferencia con el coche de detrás o, lo que es más importante, el tiempo que necesitan recortar para alcanzar al coche de delante.

Pero con la omnipresencia de los radios en el deporte —e incluso con los mensajes que en algunos casos los comisarios pueden enviar directamente a las pantallas del volante—, ¿por qué sigue existiendo este método de comunicación tan rudimentario?

Bueno, como resumió recientemente un artículo del blog de Red Bull Racing: “Porque las pizarras no se rompen”.

The Ferrari crew hang out the pit boards for their drivers Prost and Mansell

Foto de: Motorsport Images

Aunque los fallos de radio son raros en la Fórmula 1 actual, hubo una época en la que todo tipo de problemas podían afectar a las comunicaciones de los equipos. Las escuderías comenzaron a usar radios en los años 80 y, en los primeros años, la radio de Ayrton Senna llegó a ser interferida por el equipo de catering del circuito. Luego, en el Gran Premio de Australia de 1998, más problemas de radio afectaron a Mika Hakkinen, que entró a boxes y perdió el liderato de la carrera; McLaren F1 culpó después a un “hackeo de radio” del incidente.

Hoy en día, los problemas con los radios son mucho menos frecuentes, pero siguen ocurriendo. En 2021, Kimi Raikkonen tuvo un fuerte intercambio con su ingeniero cuando su radio dejó de funcionar, y en el Gran Premio de Canadá de 2022, Max Verstappen perdió la comunicación y no pudo responder a las órdenes de su equipo.

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Por eso las pizarras se siguen utilizando: permiten que los equipos y los pilotos se comuniquen incluso cuando no pueden hablar directamente.

La información que puede transmitirse mediante estas simples pizarras no se acerca al nivel de detalle del coaching que algunos pilotos reciben durante un Gran Premio, pero al menos les mantiene informados sobre su situación en comparación con sus rivales. Si la radio falla, las pizarras también pueden indicar al piloto cuándo entrar a cambiar neumáticos, si tiene una sanción pendiente o incluso algo tan básico como las vueltas restantes de la carrera.

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