El acceso a la vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones, si no la más importante, de los ciudadanos ahora mismo y en el Parlamento Europeo ya trabajan para proponer soluciones a los Estados miembros. Borja Giménez Larraz (PP) -Zaragoza, 1983- forma parte de una histórica comisión de Vivienda en la Eurocámara y es el ponente del informe con medidas que se pueden adoptar, a su parecer, para frenar la crisis. El eurodiputado se sienta con 20minutos en Bruselas para tratar los puntos clave y las posibles soluciones ante un problema ya de escala europea.
¿Cuánto le está costando al Parlamento Europeo que se ponga el foco sobre el tema de la vivienda?
Hasta el día de hoy la vivienda jamás había sido abordada desde la perspectiva europea. Esta es la primera legislatura, el primer comisario de Vivienda, esta comisión especial ad hoc para abordar la crisis de vivienda. Partimos en nuestros trabajos de que aquí prima el principio de subsidiariedad. Es verdad que tenemos que poner en valor la labor de los entes locales, de las regiones, que al final son las que son responsables de la gestión directa de la vivienda. Pero sí que hemos detectado que al final en los últimos ocho años se ha producido una realidad, que es que los precios de la vivienda han subido un 48% en venta, un 18% en los alquileres, y que sí que creemos que puede haber algunas causas comunes en el conjunto de Europa. Y que es verdad que hay algunas políticas que pueden estar afectando también al sector de la construcción.
¿Cuál es entonces la idea que tienen?
Con la posición o la propuesta del Parlamento Europeo lo que queremos es establecer una serie de recomendaciones a los Estados miembros, a las regiones, a los entes locales, sobre qué políticas o mejores prácticas, qué políticas poder desarrollar, pero al mismo tiempo es verdad que podemos ejercer una acción directa sobre políticas que se deciden a nivel europeo.
¿Cómo está siendo el contacto con los países o con las administraciones locales, que son las que al final tienen la competencia?
Lo estamos abordando desde esta perspectiva más global, pero hemos estado en contacto con multitud de asociaciones, con el Comité de las Regiones. Hemos tenido cuatro misiones a distintos lugares de Europa para conocer cuáles son las políticas que se estaban desarrollando. Estuvimos en Barcelona y Badalona, estuvimos en Viena, hemos estado en Milán y en Sicilia, vamos a estar en Polonia. Con todo esto yo creo que estamos conformando una foto general de cuál es la situación y cómo hacer de frente.
¿Qué tres cambios o qué tres puntos clave ve para empezar a resolver la crisis de la vivienda?
En la Unión Europea se reconoce una crisis clara de oferta de vivienda: la población aumenta, crecen los núcleos familiares y la inmigración, pero el ritmo de construcción no acompaña. En España, por ejemplo, el Banco de España estima que se necesitan 700.000 viviendas nuevas y que cada año se acumula un déficit de 100.000. Esta escasez explica la subida de precios y plantea la pregunta de por qué el sector privado no invierte lo suficiente pese a la fuerte demanda. Entre las causas detectadas están la falta de suelo, los largos plazos de permisos, la incertidumbre jurídica, impuestos altos, encarecimiento de materiales y energía, falta de mano de obra y problemas de financiación.
Ante esta situación, se proponen medidas como reducir la burocracia mediante una batería de medidas con las que se agilicen trámites, realizar una auditoría conjunta de la Comisión Europea y el Tribunal de Cuentas para identificar normas que bloquean la construcción, y aprovechar los fondos europeos, incluyendo la posibilidad de un fondo específico de vivienda y el papel del Banco Europeo de Inversiones en el impulso de vivienda pública asequible de alquiler. Se defiende combinar la oferta privada con la pública y reforzar la seguridad jurídica, ya que la inseguridad y problemas como la ocupación disuaden a muchos propietarios de poner sus inmuebles en el mercado.
¿Le sirve en algún punto como referencia la ley de vivienda aprobada en España?
La verdad es que en términos generales nuestra valoración de la ley de vivienda es negativa. Al final es verdad que cuando hablamos de precisamente esa falta de seguridad jurídica la introducción de esos topes al alquiler, que posiblemente hayan sido políticas en su origen bien intencionadas, yo siempre lo digo, pero que a día de hoy todos somos conscientes de que los efectos que produce no son los deseados. Y por tanto, nosotros precisamente en el informe lo que hemos tratado es de dejar de manifiesto la importancia de no caer en ese tipo de políticas que lo que están generando son efectos contrarios a los que podemos perseguir.
¿Cómo se conjuga la urgencia con un tema como la vivienda con el resto de prioridades de la UE, véase la defensa o la competitividad?
Sí, esta es la realidad y el gran desafío y el problema al que nos enfrentamos, que es que además de los pilares presupuestarios que conforman la política de cohesión, la PAC, pues han entrado nuevas prioridades como son la defensa, la competitividad, el control de las fronteras exteriores y la vivienda. La vivienda hay que tener en cuenta que es uno de los principales problemas al que se enfrentan los europeos y una de las principales preocupaciones.
Entonces yo creo que es un debate que va más allá de cómo repartir los fondos y si deberíamos hacer un análisis, una evaluación a nivel europeo general de si no sería necesario que en algunas prácticas buscar formas de financiación por parte de los Estados miembros que nos hagan poner el dinero en común para el desarrollo de políticas.
¿Cabe para la vivienda una fórmula parecida al fondo de recuperación de la pandemia?
El problema es que ahí se hizo ya un esfuerzo extraordinario con ese endeudamiento y que al final es una duda que ya la vamos a empezar a pagar en el próximo marco financiero plurianual.