El primer ministro en funciones de Francia, Sebastien Lecornu, ha asegurado este miércoles que ve “margen” para un acuerdo amplio entre los partidos políticos que permita al país salir de la crisis política en la que está sumido con unos presupuestos antes de final de año. Ese es el objetivo que le ha marcado el presidente Emmanuel Macron a un primer ministro que dimitió el pasado lunes y que horas después aceptó el encargo de formar una “plataforma” que camine hacia las cuentas públicas que ahora mismo son urgentes.
Lecornu, que mantiene en esta jornada contactos con todos los grupos excepto Agrupación Nacional y la Francia Insumisa, que se han negado a acudir a las consultas, apuntó que ha visto “voluntad para un acuerdo y disposición para “una convergencia que aleja la perspectiva de disolución” de la Asamblea Nacional y por tanto un adelanto de las elecciones legislativas.
A lo largo de las últimas horas, el primer ministro saliente ha mantenido reuniones con formaciones de derecha y de izquierda, sin tocar de lleno la reforma de las pensiones, que es el gran tema divisivo ahora en Francia. Los socialistas, por ejemplo, quieren “seguridad” en que esa medida se derogará y piden un primer ministro de su ramo, al tiempo que descartan un Gobierno de coalición con los ‘macronistas’.
Con todo, el exministro de Defensa aspira a consensuar una “plataforma de acción” en aras de la “estabilidad del país”, aunque ha fijado como líneas rojas que el déficit público se mantenga por debajo del 5% del PIB en las próximas cuentas públicas.
Este martes, Lecornu se reunió con los representantes de la coalición macronista, con quienes decidió enfocar las conversaciones en la elaboración del presupuesto y en el porvenir inmediato de Nueva Caledonia, que espera una ley que confirme su permanencia dentro de Francia. Más tarde, el primer ministro mantuvo un encuentro con la derecha moderada, encabezada por Bruno Retailleau -presidente del grupo y ministro del Interior en funciones-, quien descartó la posibilidad de continuar formando parte del Ejecutivo.
Para este miércoles, la agenda de Lecornu ha incluido reuniones con los partidos socialistas, comunistas y ecologistas, considerados esenciales para alcanzar un consenso que asegure la estabilidad política del país. “Quiero saber hasta dónde están dispuestos a ceder, porque ellos también buscan que el presupuesto esté listo antes del 31 de diciembre. Vivimos un momento crítico, y se requiere responsabilidad“, declaró el primer ministro.
Las fuerzas de izquierda han llegado a la mesa de negociación con una exigencia central: anular la reforma de las pensiones aprobada por el Gobierno macronista en 2023 sin mayoría parlamentaria ni votación, una medida que desató amplias protestas. Aunque Lecornu evitó pronunciarse sobre el tema, la ministra de Educación, Elisabeth Borne -quien era primera ministra al momento de la aprobación-, se mostró abierta a suspenderla. Sin embargo, esta opción no convence a figuras cercanas al presidente, como el ex primer ministro Édouard Philippe o el actual ministro de Economía en funciones, Roland Lescure, quien advirtió que una suspensión implicaría un costo de “cientos de millones en 2026 y miles de millones en 2027”.