Indianápolis, Estados Unidos. La ciudad se encuentra conmocionada tras el asesinato de LaNya Anderson, una joven de 19 años, quien fue ultimada de un disparo en la cabeza por su pareja, Tyairz Glover, de 20 años, en presencia de la hija de ambos.
El hecho ocurrió en la madrugada del viernes pasado en el complejo residencial Amber Woods, ubicado en la intersección de 38th y Mitthoefer Road.
De acuerdo con el reporte policial, la agresión se produjo luego de una fuerte discusión entre la pareja.
Tras el disparo, Glover intentó encubrir el crimen asegurando que Anderson se había quitado la vida.
Sin embargo, su versión se derrumbó cuando su propia madre reveló a las autoridades que había recibido un mensaje de texto en el que él admitía el homicidio: “Le disparé en la cabeza”.
El asesinato expuso un historial de conflictos y violencia doméstica en la relación.
Danyette Smith, amiga de la familia, relató al medio Law&Crime que conocía de situaciones violentas previas: “Las amigas de mi hija trataron de ayudarla. Querían sacarla de esa relación. Es devastador escuchar eso como madre”, afirmó.
La madre del acusado también declaró que su hijo había mostrado conductas agresivas y padecía problemas de salud mental, incluso con amenazas contra ella misma.
Los padres de la víctima, Dionna y Quincy Sweeney, confirmaron que sabían de las tensiones en la relación.
Dionna explicó que habló con su hija minutos antes del crimen y alcanzó a oír la discusión por teléfono.
La llamada se interrumpió y, poco después, recibió otra comunicación de Glover asegurando que Anderson se había disparado. “Quisiera haber intervenido más”, expresó con pesar.
Quincy, el padre de Anderson, manifestó el dolor de no haber podido alejar a su hija de esa relación: “Intenté protegerla, pero ella siempre volvía. Ahora me pregunto qué le diré a mi nieta cuando me pregunte por su mamá”.
El sospechoso, Tyairz Glover, fue arrestado e imputado por homicidio y posesión ilegal de arma de fuego, dado que contaba con antecedentes.
Actualmente permanece bajo custodia, sin derecho a fianza, mientras continúan las investigaciones.
Este caso ha reabierto el debate en Indianápolis sobre la importancia de la prevención de la violencia doméstica, el reconocimiento de señales de riesgo y la necesidad de reforzar las redes de apoyo comunitario.






