La mañana del lunes (29), en Cascavel, Paraná, Brasil, Eroni Rodrigues, de 48 años, fue asesinada a puñaladas por su pareja, Valdecir dos Santos, de 51 años, en presencia de su hija de 13 años.
El crimen conmocionó a la comunidad, especialmente por su brutalidad y porque la joven no se percató de nada hasta que llegaron las autoridades.
La Policía Militar de Paraná fue llamada después de que el dueño de la casa notara a un hombre en el porche y permaneciera inconsciente.
La hija de la víctima solo despertó cuando llegaron los agentes. Eroni recibió una puñalada en el pecho y la cabeza, y su pareja, que se había mudado a la casa solo dos meses antes, se quitó la vida tras el ataque.
Eroni Rodrigues deja tres hijos, y el crimen plantea interrogantes sobre la violencia doméstica y la necesidad de apoyo para las víctimas.
La relación de la pareja fue breve, pues comenzó tan solo una semana antes de mudarse juntos. Las autoridades investigan el caso y buscan comprender las motivaciones detrás de este acto brutal.
La tragedia ha conmocionado a la ciudad y ha puesto de relieve el debate sobre la violencia contra las mujeres.
Organizaciones locales ya se han pronunciado sobre la necesidad de medidas más eficaces para proteger a las víctimas y prevenir este tipo de tragedias.
La comunidad está de luto, mientras que el dolor de la familia se convierte en un sombrío recordatorio de la urgencia de abordar la violencia de género.







