La gestión de los pilotos por parte de Helmut Marko ha sido criticada en más de una ocasión. El mánager austriaco siempre ha ido a su aire, las críticas le resbalaron con la elección de Max Verstappen, que le colocó en una posición de absoluta inmunidad.
Pero hay un nombre que, incluso para el propio Marko, es motivo de arrepentimiento, el único piloto que sigue siendo objetivo tras ser expulsado del equipo a finales de 2020.
Alex Albon fue llamado dos veces para el programa de Red Bull, en el primer caso fue despedido tras una sola una temporada (fue en 2013) para volver a ser llamado a finales de 2018 (año en el que Albon terminó tercero en la F2 por detrás de George Russell y Lando Norris) ofreciéndosele ser piloto en Toro Rosso. Poco duró su experiencia en Faenza, ya que tras doce carreras subió a Red Bull para reemplazar al francés Pierre Gasly.
También se confirmó su asiento junto a Max Verstappen en 2020, una temporada en la que Alex sumó la mitad de puntos que el holandés, un botín que Marko juzgó insuficiente para tener futuro en el equipo. Tuvo que pasar un tiempo para poder leer correctamente lo que hizo Albon en la que fue su primera temporada completa en Red Bull y la segunda de su vida en la Fórmula 1.
Marko también se dio cuenta, pero mientras tanto Albon ha encontrado su propia dimensión en Williams, en el centro de un proyecto en alza que promete mucho para 2026 y más allá.
Max Verstappen, Red Bull Racing, Yuki Tsunoda, Red Bull Racing, Alexander Albon, Williams, Carlos Sainz.
Fotografía de: Peter Fox / Getty Images
Sin embargo, la herida sigue abierta. Hubo momentos (en 2023) en los que Red Bull sondeó a Albon y las llamadas telefónicas se han reanudado de nuevo en las últimas semanas.
No hay muchos detalles sobre los objetivos del tándem Marko-Mekies; Albon podría ser una opción para 2027, pero no es seguro que no lo sea para la próxima temporada. Además, la operación cuenta con el respaldo del tailandés Chalerm Yoovidhya, accionista mayoritario del grupo Red Bull, ya que Albon nació en Londres, pero ha mantenido fuertes lazos con Tailandia, país de origen de su madre.
El rompecabezas es complicado. Red Bull tiene cuatro asientos que cubrir para la próxima temporada, dos de ellos confirmados desde hace tiempo para Max Verstappen e Isack Hadjar. Los candidatos para los otros dos asientos son Liam Lawson, Yuki Tsunoda y Arvid Lindblad, una lista a la que también podría sumarse Albon, en su caso para el asiento junto a Verstappen en la escudería superior. Las posibilidades de que el acuerdo pueda materializarse ahora mismo no parecen altas, no tanto por el tema contractual (el empuje de Chalerm Yoovidhya podría facilitar una compensación económica) como por la situación en la que se encuentra Red Bull a día de hoy.
Por un lado, está el deseo de Albon de tomarse una gran revancha, volviendo a ocupar el asiento que se le negó hace cinco años, y probablemente con un contrato de primer nivel y con un salario considerable.
Por otro lado, para el piloto tailandés significaría elegir el asiento más caliente de los últimos años, con el añadido de un nuevo (y gran) interrogante. En el plano técnico, nada garantiza que 2026 sea un buen año para Red Bull, tampoco que esté por delante de Williams, un proyecto que sí podrá tener la ayuda de la unidad de potencia Mercedes.
Si llega un “no, gracias”, Marko tendrá que resignarse y aceptar el error que cometió hace cinco años.