Tras un inicio complicado en su primera temporada con Williams, Carlos Sainz confía en que la paciencia y el trabajo invertido en 2025 sentarán las bases de un 2026 prometedor. El podio en Azerbaiyán le ha dado fuerza para mirar hacia adelante, hacia el año que eligió como su gran oportunidad.

Carlos Sainz no llegó a Williams para ser un espectador. Llegó con un objetivo claro: 2026. “Este año, para mí, está súper claro que es un año de transición, en el que estamos intentando invertir todas nuestras energías en el 26. Quizá necesitábamos apartar un poco la cabeza del resultado final y centrarnos solo en los detalles de lo que necesitamos hacer para mejorar de cara al próximo año”, explica el piloto español, consciente de que el presente no puede medirse solo por resultados.
El podio en el Gran Premio de Azerbaiyán, el mejor de su carrera, sirvió como revulsivo. Sainz confiesa que este aprendizaje acumulado es clave para la siguiente temporada: “Si todos los aprendizajes que estamos obteniendo este año por quedarnos fuera de un 6º o un 8º significan que el próximo año, si estamos luchando por 3º o 1ºs… no quiero creer eso, pero para 4º quiero asegurarme de que eso importe más”.
Williams ha tomado la decisión estratégica de concentrar sus recursos en 2026, el año de uno de los mayores cambios reglamentarios recientes en Fórmula 1. Un riesgo para 2025 que, según Sainz, puede convertirse en ventaja: “Hemos invertido mucho en eso, mucho tiempo, mucho esfuerzo en la reglamentación del próximo año. Pero también estoy nervioso porque quiero que sea, obviamente, suficiente, y también quiero que sea divertido”.
Foto de: Ozan Kose / AFP via Getty Images
El piloto reconoce la incertidumbre que genera un cambio tan grande: “Hay un poco de duda, creo, para los pilotos respecto a cómo se sentirán esas regulaciones al volante, cómo se conducirá el coche, y lo desconocido sobre dónde están los demás. ¿Están ellos invirtiendo menos o más en el coche del próximo año? ¿Están adelantados o están retrasados?”. La incógnita del reglamento mantiene la emoción y el nervio de cara a la nueva era de la F1.
Aun así, Sainz no pierde de vista su hambre de éxitos: “Echo de menos luchar por victorias, echo de menos luchar por podios, y creo que estoy en el lugar correcto para intentar que eso suceda lo antes posible”. El español valora además el entorno que ha encontrado en Grove: “Disfruto mucho del liderazgo y del ambiente de trabajo que tenemos en este equipo. Creo que estoy emocionado por la oportunidad que esto ofrece al equipo”.
Williams apuesta por el futuro, y Sainz parece convencido de que su decisión de priorizar 2026 sobre opciones inmediatas como Alpine o Audi puede ser el paso que le devuelva al podio y, por qué no, a la victoria. La promesa de un reglamento que dará relevancia al motor Mercedes y la inversión en recursos durante 2025 podrían marcar el inicio de un renacer para el equipo británico y para el piloto español, cuyo reloj ya apunta al próximo año.


