#Salud: ¿Puede un multivitamínico compensar una mala alimentación?

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¿Un multivitamínico puede salvar un desayuno pobre y un almuerzo
apurado? La escena suena familiar: poco tiempo, comida rápida y una
pastilla para “equilibrar” el día. Los suplementos se volvieron
parte de la rutina moderna, pero surge la duda clave, si realmente
compensan hábitos que dejan fuera verduras, legumbres y fibra. La
respuesta corta es incómoda, no reemplazan una dieta variada.

Beneficios
reales de los multivitamínicos

Un
multivitamínico
combina varias vitaminas y minerales en una
sola toma. Puede incluir trece vitaminas esenciales y un grupo
amplio de minerales. Su misión es cubrir huecos, no suplantar
platos completos. En casos concretos, sí aporta valor.

En adultos mayores, el riesgo de falta de vitamina
B12
y vitamina D aumenta por cambios en
la absorción y menor exposición al sol. Aquí un suplemento bien
indicado puede ser útil. En 2024 se reportaron mejoras modestas de
memoria y un retraso del envejecimiento cognitivo en personas
mayores que tomaron un multivitamínico diario, en un ensayo con
cerca de cinco mil participantes. Ese efecto, aunque limitado,
sugiere un beneficio para este grupo, siempre dentro de un plan que
incluya dieta y actividad física.

En vegetarianos y veganos, la B12 suele ser
baja por su poca presencia en alimentos de origen vegetal. Un
multivitamínico con B12 o un suplemento específico puede prevenir
síntomas como fatiga o alteraciones neurológicas. También destacan
el hierro y el zinc, según el patrón de consumo. En mujeres
embarazadas, el apoyo con ácido fólico y
hierro es recomendado para reducir riesgos del
desarrollo fetal y anemia. Allí un multivitamínico prenatal cumple
un papel claro.

Otra situación frecuente es la inseguridad alimentaria. Cuando
el acceso a comida fresca y variada es limitado, un multivitamínico
puede ayudar a mejorar marcadores de salud, siempre junto a
estrategias que faciliten mejores elecciones de alimentos. En
personas con deficiencias confirmadas, un multivitamínico puede
funcionar como puente, mientras la alimentación y el entorno
mejoran.

Los suplementos oculares con antioxidantes y zinc, formulados a
partir de estudios clínicos, han mostrado retrasar la progresión de
la degeneración macular en quienes ya tienen el diagnóstico. No
curan, pero sí aportan soporte específico avalado por
evidencia.

¿Cuándo
un multivitamínico marca la diferencia?

Los suplementos son más útiles cuando hay necesidades
especiales, dietas restrictivas o periodos de alta demanda. Un
ejemplo claro son jornadas largas con alto estrés y poco sueño,
momentos en los que cocinar y comer variado se complica. En esos
casos, un multivitamínico puede cubrir brechas puntuales, por un
tiempo, mientras se ordena la rutina.

La comida integra nutrientes que se absorben mejor en conjunto.
Las grasas saludables mejoran la absorción de
vitaminas liposolubles, y los polifenoles presentes en frutas y
verduras ayudan a conservar vitaminas dentro del cuerpo. Aun así,
cuando falta variedad, un suplemento ayuda a mantener niveles
adecuados. Tomarlo con comida mejora su aprovechamiento.

Elegir el producto correcto requiere criterio. Lo ideal es
consultar con un profesional que valore síntomas, análisis y dieta.
A veces conviene un multivitamínico amplio, en otras solo un
nutriente, como vitamina D o B12.
También importa la calidad. Optar por marcas con certificación
independiente da mayor garantía de que lo declarado en la etiqueta
coincide con el contenido real.

Limitaciones:
Por qué no reemplazan una dieta saludable

Los multivitamínicos no compensan una mala alimentación. La
evidencia de calidad muestra que no reducen la mortalidad ni
previenen el infarto o el cáncer en adultos sin carencias. En
algunos ensayos se observaron resultados mixtos, como pequeñas
reducciones de ciertos riesgos, pero de forma inconsistente y sin
traducirse en una ventaja general para la población sana.

El exceso puede jugar en contra. Vitaminas como A, D, E y K se
almacenan en tejidos. Tomarlas de más aumenta la probabilidad de
efectos adversos con el tiempo. El exceso de vitamina
A
se ha asociado con problemas de visión, piel y, en casos
graves, toxicidad hepática. Dosis muy altas de vitamina E pueden
causar debilidad o molestias digestivas. Incluso minerales pueden
competir entre sí. Mucho calcio puede interferir con los beneficios
del hierro si se consumen juntos en altas cantidades.

La comida aporta mucho más que micronutrientes aislados. Entrega
fibra que alimenta la microbiota, agua, compuestos bioactivos,
textura y saciedad. Ese conjunto protege la salud de formas que un
comprimido no replica. Patrones alimentarios como la dieta
mediterránea, rica en frutas frescas, verduras,
legumbres, granos integrales, pescado y aceite de
oliva
, han demostrado mejorar marcadores cardiometabólicos
y reducir el riesgo de eventos a largo plazo. Estos efectos surgen
del paquete completo, no de un solo ingrediente.

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Depender de una pastilla puede crear una falsa sensación de
seguridad. Si la base es pobre en alimentos reales, faltarán
fibras, proteínas de calidad y grasas esenciales. Ningún
multivitamínico compensa esas ausencias.

Foto Freepik

Riesgos
ocultos de depender solo de suplementos

El uso prolongado sin guía puede llevar a desequilibrios. Tomar
varios productos a la vez aumenta la carga total de ciertos
nutrientes y puede superar límites seguros sin darse cuenta.
Interacciones con medicamentos son otro punto a vigilar, por
ejemplo, el impacto de altas dosis de vitamina K en tratamientos
anticoagulantes.

En niños, el formato gomita resulta tentador. Si se consumen
como si fueran dulces, el riesgo de sobredosis es real. La opción
más segura es guardar los suplementos fuera de su alcance y ajustar
la dosis con consejo pediátrico. En adultos, fijarse en etiquetas y
evitar megadosis innecesarias reduce problemas. La regla práctica
es simple, menos es más cuando no hay deficiencias confirmadas.

Consejos para
mejorar tu alimentación diaria

La mejor estrategia empieza en el plato. Llenar la mitad con
verduras variadas suma fibra, potasio y antioxidantes. Apuntar a
tres tazas de verduras al día acerca a un patrón más saludable.
Elegir frutas frescas como colación añade
vitaminas y agua, a la vez que ayuda a controlar el antojo de
ultraprocesados.

Las proteínas magras, como legumbres, pescado o pollo, sostienen
la masa muscular y la energía. Incluir huevos y lácteos naturales
según tolerancia apoya el aporte de vitamina D y
calcio. Los granos integrales, como avena o arroz integral, dan
saciedad y estabilizan el azúcar en sangre. Las grasas saludables
merecen un lugar cotidiano, con aceite de oliva,
palta o frutos secos en porciones moderadas.

La organización marca la diferencia. Cocinar por tandas, lavar y
cortar verduras para la semana, y llevar snacks simples, como fruta
o yogur natural, reduce la improvisación. Beber agua durante el día
mejora el rendimiento y evita confundir sed con hambre.

El suplemento entra cuando la realidad lo pide. En climas fríos
o en personas con poca exposición solar, la vitamina
D
puede ser necesaria. En dietas vegetales, la
B12 conviene sí o sí. En embarazo, el
ácido fólico y el hierro no son
negociables. En mayores, revisar vitamina D y
B12 tiene sentido. Si hay sospecha de carencias,
la evaluación clínica y, si procede, un análisis de laboratorio
guían la decisión. Un multivitamínico puede ser un apoyo temporal
mientras se ajusta la dieta.

Antes de comprar, conviene mirar dosis y evitar productos con
100 por ciento de todo cuando no hay deficiencias. Tomar el

multivitamínico
con comida mejora su tolerancia. Mantener un
registro simple de lo que se toma, incluidos tés o bebidas
fortificadas, ayuda a evitar duplicidades.

Para cerrar el círculo, planificar un menú básico semanal, sumar
movimiento diario y dormir mejor aporta beneficios que ningún
comprimido iguala. Un cuerpo bien alimentado responde con más
energía, mejor ánimo y una salud que se sostiene con el tiempo. ¿El
paso siguiente? Elegir hoy un plato más colorido, preparar la lista
de compras y decidir qué pequeño cambio se puede mantener toda la
semana. La constancia hace el resto.

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