¿Hay alternativas para los artistas en el contexto contemporáneo?

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El arte sí tiene sus reglas como todas las disciplinas del saber humano

Tanto el Arte Conceptual como el llamado Arte Contemporáneo, que es lo mismo, han tenido como objetivo la destrucción del Arte. Es normal porque en “ambas” corrientes no hay artistas. Con el propósito claro de eliminar el Arte y sus artistas, pretendieron y pretenden usurparlo, autoproclamarse tales y llamar Arte a todas las imbecilidades que se les ocurra.

A pesar de que muchos artistas, que no han entendido el rejuego, sienten una cierta admiración por este mundo, no por sus “obras”, sino por lo bien que “se venden”, quisieran, por no haber sido orientados, vender y hacerse ricos en un tris sin darse cuenta que esas ventas ocurren por la existencia de un Klan, con K como el Ku Klux, de autopromoción y donde no entra el que quiere hacer Arte.

De la misma manera que en un supermercado existe un gerente de compra que le dice a los abastecedores que solo quiere yuca y no plátano en un momento dado y los mangos tienen que tener el color uniforme y sin manchas.

Así mismo existe en los centros de “artes” actuales, museos, galerías modernas, “especialistas” en conceptos para establecer qué quieren exponer y qué no. Por supuesto que el que estudió arte y domina los conceptos básicos y crea su obra no puede entrar en ese mundo donde la pintura, la escultura y el dibujo son cosas del pasado. Se imponen los “artefactos”. Los artistas saben de Arte y los “especialistas” de dinero y de mercado.

Yue Minjun 1998 oil on canvas private-collection london orig, Jorit Agoch, Ron Mueck y Afarin.

Pero no se puede negar que tienen inteligencia para engañar al público y uno de esos engaños es publicar libros y catálogos mezclándose con artistas verdaderos para que la confusión sea mayor. Por ejemplo, incluir a artistas como Jenny Saville, John Currin, Glenn Brown, Jorit Agoch, Sarah Morris, Zhang Xiaogang, Yue Minjun, Afarin Sajedi, Michael Reeder, Martin Eder, Elizabeth Peyton o el maestro australiano Ron Mueck. Es una falta de respeto ponerlos al lado de Mónica Bonvicini, Jeff Koons, Grary Hume, Franz West, Ernesto Neto, Marete, Ai Weiwei y muchos más, en una edición de Taschen (Art Now). Porque una cosa es arte de actualidad y otra es “arte contemporáneo.

En la Historia del Arte ningún artista necesitó nunca de un crítico para realizar su obra. Ningún artista que se respete y respete su obra, va a validar lo que escriba un “crítico” sobre su trabajo.

Ningún “crítico” ha escrito o pronunciado las palabras o jeringonzas en la inauguración de una exposición de un pintor que hable mal de su obra. Siempre son “maravillas en pelota fruto de la inspiración divina y única de tan iluminado artista”. Nunca hablan con naturalidad y realidad porque la supuesta poesía no es más que cursilería barata.

Los artistas, amantes del arte por definición, se alegran de ver obras de arte de otros artistas. A los “artistas” del Klan no les importa el Arte y ven en los demás competidores lo que es normal como ocurre entre todo lo que se comercie como Brugal, Bermúdez y Barceló. A cada uno lo que le interesa es vender su ron.

El burgués moderno, que subió de golpe y se enriqueció sin tener una educación y menos trabajo, necesariamente (salvo dos de mil) no le interesa el arte, pero se sumó al Klan cuando este le explicó cómo ellos se ocupan de darle valor a un orinador con una firma que muchos quisieron tener y a muchísimas porquerías. ¡Así sí es bueno!

Jenny Saville p308-309.

Es por eso que en la actualidad existen dos corrientes del arte: una que es Arte y la otra que no lo es por más vuelta que le de. A la primera la he denominado ARTESIA a la que pertenecen todos aquellos artistas que hacen Arte, han realizado murales sin importarles el dinero, solo por el placer. Dentro de esta hay muchos del grafiti con clara formación y talento artístico que no tienen espacio en el “Arte Contemporáneo”. Quien pertenece a ARTESIA es un dibujante bueno, conoce el color y sus combinaciones, tiene amplio conocimiento de la composición porque la estudió, sea en una escuela con profesores o ya, de manera autodidacta, nadie los puede manipular ni siquiera los concursos con sus premios-anzuelos. Muchos artistas han optado por crear sus propias galerías en el mismo taller de trabajo. Otros han creado cooperativas, y casi todos boicotean a los pretenciosos usurpadores ya sea no asistiendo a sus “exposiciones”, o ignorando su importancia, o denunciándolos como farsantes.

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La obra de cualquier artista se caracteriza por ser el producto de la creación, la inteligencia y la sensibilidad humana. Al mismo tiempo no puede decirse que cualquiera lo puede hacer. Si cualquiera lo puede hacer no es Arte. Colocar una rama cualquiera y ponerla enganchada en una pared, lo hace hasta un idiota, por tanto, no puede ser Arte.

Podría decirse que yo no soy quien para decidir que esa rama no es arte a lo que hay que responder, sin equivoco, que quién le dio la potestad a ese que dijo que eso era Arte.

Pero hay una fórmula infalible para determinar qué es y que no es: pongamos el ejemplo de la ramita de nuevo. El Museo tan la expone, y la declara arte. Pongamos esa misma ramita en el banco de un parque; nadie se va a fijar en ella, ha sido una simple rama que se cayó de un árbol y punto. Pongamos ahora un cuadro de Yoryi Morel, en el mismo banco del mismo parque. La gente se va a detener a observarlo y a admirarlo, buscará con sus ojos el dueño, si está solo, o intentará robarlo, sabiendo que es una pieza de arte. Arte es arte dentro y fuera del Museo y no por decreto.

El Arte sí tiene sus reglas como todas las disciplinas del saber del ser humano, sino fuera un caos. Y en un caos se le ha convertido el asunto al Klan por hablar sin fundamentos y declarar que todo es Arte, que todos somos artistas. Esa declaración, que viene de Beuys y del Congress for Cultural Freedom desde la Guerra Fría, lo que busca es justificar como artistas a quienes no lo son. Lo que sí hay que decir es que todo ser humano puede serlo, como puede ser médico, o astronauta siempre y cuando estudie y tenga las herramientas del conocimiento que le permitan realizar obras de arte.

No es que no entendemos el Arte cuando no aceptamos que se exponga un carro partido por la mitad y sea declarado como obra artística. Sí entendemos, pero ya no nos cogen de pendejos en ese jueguito de caprichitos.

Zhang Xiaogang Comrade.

No quiere decir que el jueguito va a parar así nomás. No se puede parar porque el dueño de la galería es el mismo autor del medio carro partío.

El artista de hoy no puede pretender hacerse millonario de la noche a la mañana. Debe entender que en toda disciplina existe un periodo de estudio y otro de trabajo y producción. En esta última etapa no debe caer en el gancho del “arte contemporáneo” y debe seguir creando, se venda o no se venda. El arte nunca estuvo vinculado al acto de compra o venta. Su aparición en la historia de la humanidad ocurrió por el puro placer de la contemplación para enriquecer el espíritu. El arte y el comercio son dos mundos muy diferentes. El “arte contemporáneo” representa un paréntesis en la historia del arte y ha querido incluirlo como un objeto de comercio.

(Si estás de acuerdo, reprodúcelo para que seas parte del paquete que no se deja coger de pendejo. No busco “likes” ni suscripciones, me interesa que el ser humano avance y deje la oscuridad atrás, allá lejos por los tiempos de la Inquisición. Si no quiere reproducirlo en los próximos 7 minutos, no pasa nada, ni tampoco te saldrá salpullido en la verija).

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