Emmanuel Macron comparte con Donald Trump y los analistas diplomáticos de referencia internacional su crítica contra la «inutilidad» de la ONU, esperando que el presidente de Estados Unidos confirme su «nueva línea» de apoyo a la integridad territorial de Ucrania … , donde su juega el futuro de toda Europa.

En su segundo discurso en la tribuna de Naciones Unidas, la tarde del martes, el presidente francés hizo un análisis muy duro de la «inexistencia» de la ONU, menos «colorista» pero muy semejante, en el fondo, al análisis del presidente de EE.UU.: «No nos engañemos. El 80 aniversario de la ONU no es una fiesta. Los conflictos armados se multiplican, internos e internacionales, estatales o provocados por la acción criminal y terrorista. Los beligerantes se mofan y ridiculizan a diario las convenciones de Ginebra… Gaza, Ucrania, Sudan, Haití, Birmania, la República democrática del Congo… La lista es tan larga como insostenible de las violencias criminales que sufren las poblaciones y los territorios en guerra».
Con una retórica sencilla y pedagógica, Macron saca la misma conclusión que Trump y los mejores analistas diplomáticos internacionales.
‘Financial Times’ publicó este martes un largo ensayo titulado: «¿Puede Naciones Unidas salvarse de la irrelevancia?’». Alec Russe y Abigail Hauslohn analizan por lo menudo más de medio siglo de «trabajos» de Naciones Unidos llegando a la misma conclusión ecuménica: la retórica, conclusiones y actividades de la ONU lleva varias décadas destacando por su ineficacia e «inutilidad».
Constatada la evidencia, la «irrelevancia» e «inutilidad» de Naciones Unidas, para «resolver» conflictos, Macron saluda con respeto y simpatía el nuevo «giro» de Trump hacia Ucrania: «Kiev puede recuperar la totalidad del territorio nacional de Ucrania».
Trump ha cambiado tantas veces de opinion «práctica» sobre Ucrania que no es fácil saber hasta dónde llegará su nuevo compromiso diplomático y militar en defensa de Kiev.
Consciente del riesgo de alinearse y aprobar precipitadamente las posiciones de Trump, sobre nada, Macron evita los temas conflictivos (ecología, medio ambiente, inmigración), para centrase en la cuestión capital de la seguridad de Europa, criticando veladamente el imperialismo neocolonial de Vladímir Putin: «La agresión rusa plantea la eterna cuestión de la autoridad del derecho y la ley del más fuerte, la cuestión de la libertad contra el imperialismo. Ucrania no deseó la guerra. Ucrania deseaba la paz. Francia y los europeos quieren la paz. EE.UU. quiere la paz. Ucrania tiene el derecho a vivir en paz, un derecho fundamental, sin temer la guerra impuesta por Putin. Ucrania está dispuesta a un alto el fuego y la negociación. Moscú debe probar que desea la paz poniendo fin a las provocaciones y amenazas contra los civiles…».
No sin un cierto optimismo, Emmanuel Macron espera que Donald Trump «apoye» esa línea global que comparten la inmensa mayoría de los europeos.
Trump sigue esperando, desde hace años, que los europeos se comprometan «más» en su propia defensa, incrementando sus presupuestos militares. Se trata de una conducta estratégica básica, que países como España llevan años incumpliendo. Sin hacerse excesivas ilusiones, el presidente francés cree o finge creer que el presidente de EE.UU. está de nuevo dispuesto a comprometerse de manera sólida y eficaz en la libertad de Ucrania. Veremos.


