

Un enfrentamiento dentro de una bodega de Brooklyn terminó en un desenlace grave cuando Gerry Hill, un hombre con historial de arrestos y conocido en la comunidad como un alborotador, sufrió heridas tras un forcejeo con dos empleados del negocio. El incidente ocurrió en la noche del lunes, según fuentes locales.
Kelvin Melo, trabajador de Royal Deli & Grill, dijo que actuó en defensa propia luego de que Hill irrumpiera en la tienda de forma ruidosa y amenazante. ‘Quiero pelear con ustedes. Les voy a causar daño. ¡Que salgan y peleen!’, relató Melo, según la versión publicada por el medio local. El empleado describió una situación tensa que escaló rápidamente.
Melo explicó que en un primer momento tomó una taza de café para protegerse, pero la dejó al creer que el intruso se marcharía. Posteriormente fue golpeado por Hill, lo que originó el forcejeo físico entre ambos. «Lo agarré, se me cayó encima y empezamos a pelear», recordó Melo al describir cómo se desarrollaron los hechos dentro del establecimiento.
Durante la riña, otro trabajador identificado como Mukel Shaibi intervino y golpeó a Hill en la cabeza con una porra improvisada hecha de un palo utilizado para romper hielo, de acuerdo con fuentes policiales. Hill salió del local después del intercambio y regresó a su domicilio, donde colapsó y fue trasladado de urgencia a un hospital, en condición crítica.

Aunque ambos empleados fueron interrogados por las autoridades, hasta el momento no se han presentado cargos en su contra. Registros oficiales indican que Hill había sido arrestado en múltiples ocasiones, la más reciente en julio por presuntamente haber golpeado a otra persona, lo que añade contexto a su historial en la comunidad.
Vecinos y conocidos describieron a Hill como una persona con conductas problemáticas, con adicciones y dificultades de salud mental.
El relato de un amigo cercano señala que su comportamiento se tornó más inestable tras perder su empleo. Según ese testigo, cuando consumía alcohol o drogas podía mostrarse muy agresivo.
El amigo también contó que tras la pelea Hill llegó a su casa con «tres cortes profundos en la cabeza» y rechazó ir al hospital pese a las advertencias familiares; poco después se desplomó. «Nadie merece que suceda así. Lo correcto era contenerlo, llamar a la policía y dejar que ellos actuaran», dijo el allegado, cuestionando la forma en que se manejó el episodio.



