#Salud: ¿cuáles son los riesgos para su salud?

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Un gato pasando horas recostado parece la imagen perfecta de
tranquilidad. Pero, ¿sabías que detrás de su siesta eterna puede
esconderse un gran riesgo? La vida actual en departamentos, junto a
la falta de estimulación y espacio, ha cambiado los hábitos de las
mascotas. Hoy, en 2025, muchos gatos domésticos viven con rutinas
tan sedentarias que han encendido las alarmas entre veterinarios.
Los datos recientes son contundentes: el 60% de los gatos
en países desarrollados sufren sobrepeso u obesidad
, según
los últimos estudios veterinarios y esto no es solo un asunto
estético o de vanidad, sino un verdadero problema de salud.

Riesgos cardiovasculares y respiratorios

El corazón de los gatos sedentarios trabaja más de lo que
imaginas. Cuando hay poca actividad y muchas calorías de más, el
exceso de grasa empieza a comprimir los órganos internos. El
corazón y los pulmones, principales motores del cuerpo, pierden
eficiencia y la obesidad es la causa reina de este deterioro. Según
un estudio actualizado de Royal Canin, el 30% de los gatos
sedentarios tiene un riesgo incrementado de enfermedad
cardíaca
.

Esto se traduce en casos que parecen simples, como un gato que
jadea al subir escaleras o se agita con solo correr tras un
juguete. No es normal ni gracioso: puede tratarse de insuficiencia
cardíaca o hipertensión. Existen también problemas respiratorios
frecuentes en gatos obesos, como la apnea del sueño o la dificultad
para respirar en reposo.

La mejor forma de proteger el corazón de tu gato es tomar acción
pronto como llevarlo a chequeos veterinarios, revisar su condición
corporal y fomentar el movimiento a diario puede evitar
complicaciones muy graves.

Enfermedades cardíacas asociadas

Un gato con exceso de peso desarrolla síntomas como cansancio
exagerado, tos seca, poca tolerancia al ejercicio o hinchazón en
las patas. ¿El villano? La grasa acumulada que presiona el corazón
e impide su buen funcionamiento. Además, La falta de movilidad y
los kilos extra forman un cóctel que debilita su sistema
cardiovascular. Vigilar el peso y observar la energía diaria de tu
mascota puede marcar la diferencia.

Problemas respiratorios por inactividad

La grasa puede acumularse también en el tórax, restringiendo la
capacidad pulmonar. El resultado es una respiración acelerada o
entrecortada, incluso cuando el gato está quieto. Esta situación lo
deja vulnerable ante infecciones pulmonares y reduce su energía
vital. Si en reposo notas que tu gato respira más rápido, parece
con falta de aire o hace paradas frecuentes al moverse, debes
encender las alarmas y hablar con un profesional.

Obesidad, diabetes y problemas metabólicos

Un gato que no se mueve está en la vía rápida hacia la obesidad,
sobre todo si además tiene una dieta alta en calorías o premios de
más. El sedentarismo, sumado a una alimentación poco controlada,
lleva directo a desequilibrios metabólicos graves, como la
diabetes tipo 2. La inactividad altera la forma en
que el cuerpo maneja la glucosa y desencadena una serie de
complicaciones internas, donde el hígado graso (lipidosis hepática)
puede ser incluso fatal.

Clínicas veterinarias informan que el 40% de los gatos
diagnosticados con diabetes llevan un ritmo de vida
sedentario
. Algunos síntomas iniciales son aumento inusual
de sed, más visitas al arenero por la orina y cambios en el
apetito. Lo positivo es que estos problemas tienen retorno: con
cambios pequeños pero constantes en la rutina de juego y
alimentación, se pueden revertir o mantener a raya.

Cómo la obesidad afecta el metabolismo

Varios gatos que se mantienen inactivos acaban desarrollando
resistencia a la insulina, lo que complica su
capacidad para procesar los azúcares y aumenta la letargia y el
apetito excesivo. Romper este ciclo requiere voluntad y pequeños
pasos diarios, buscando siempre mantener el interés del gato en sus
juegos.

Freepik

Diabetes felina

La diabetes tipo 2 es cada día más frecuente en gatos de
interior. Los síntomas principales incluyen sed
constante, micciones abundantes, decaimiento y pérdida de pelaje
brillante. Según datos recientes, los planes de alimentación
controlada y mayor actividad pueden no solo prevenir, sino en
algunos casos revertir el diagnóstico temprano. Los gatos
sedentarios y con sobrepeso son los más propensos a
desarrollarla

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Problemas articulares, urinarios y mentales

El exceso de peso presiona las articulaciones y provoca dolor
crónico, lo que predispone a artrosis. Los gatos empiezan a cojear,
evitan saltar y hasta pierden interés en subir muebles o
ventanas.

La inactividad también ralentiza el
funcionamiento de la vejiga, favoreciendo la cistitis, infecciones
y la acumulación de cristales en la orina. En paralelo, los gatos
sedentarios tienen dificultades para acicalarse: la obesidad física
limita sus movimientos y aparecen problemas de piel (dermatitis e
infecciones).

La falta de ejercicio afecta también su salud mental y los gatos
aburridos tienden al estrés, la ansiedad y a desarrollar
comportamientos poco saludables como el aislamiento, la agresividad
gratuita o la destrucción de objetos en casa. Investigaciones de
Anicura de 2025 indican que los problemas conductuales en
gatos sedentarios han subido un 25% en solo cinco años
.
Estimularlos adecuadamente con juguetes simples y novedades
ambientales evita estos trastornos.

Daños en articulaciones y movilidad

La artrosis por sedentarismo y sobrepeso aparece más temprano de
lo que muchos creen. Síntomas como cojera, rechazo a saltar,
quedarse quieto más de lo habitual o cambios en la postura indican
que el dolor articular se instaló. Detectar esto pronto permite
intervenir antes de que el daño sea irreparable.

Efectos en el tracto urinario y piel

La cistitis idiopática y los problemas de aseo se disparan en
gatos con baja movilidad. Al no moverse, su vejiga no se vacía lo
suficiente y las bacterias se aprovechan. Al mismo tiempo,
dificultar el acicalado causa enredos de pelo, caspa, lesiones y
hasta heridas que requieren atención médica.

Impacto en la salud mental del gato

Un entorno sin novedades ni juegos puede llevar a la depresión
felina. Los gatos necesitan estímulos para mantenerse curiosos,
activos y felices. Sin esto, buscan otras maneras poco saludables
de liberar energía, o se apagan internamente. Un ambiente
enriquecido ayuda a combatir la apatía y mejora su bienestar
general.

Invertir tiempo en su bienestar es apostar por una vida más
larga, plena y feliz. Un gato activo no solo luce mejor, sino que
puede acompañarte 15 años o más, lleno de vitalidad y alegría. ¡Es
hora de regalarle salud y diversión!

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