La comunidad deportiva de Giustino, en la región de Trentino (Italia), se encuentra de luto tras la repentina muerte de Matilda Ferrari, una talentosa patinadora de 15 años que perdió la vida en un accidente de tráfico el 14 de septiembre.
Desde temprana edad, Matilda demostró una profunda pasión por el patinaje artístico y sincronizado sobre hielo.
Comenzó a los cinco años en la asociación Figure Skating Val Rendena y, en la actualidad, formaba parte del Sporting Ghiaccio Artistico Pinzolo, donde transitaba ya su quinta temporada.
En abril pasado alcanzó uno de sus mayores logros deportivos al conquistar la medalla de bronce en la Copa Italia Oro de Bressanone, consolidándose como una de las grandes promesas de esta disciplina.
La trágica noticia de su fallecimiento llegó el pasado sábado, cuando se informó del accidente en el que perdió la vida.
La noticia sacudió a compañeros, entrenadores y familiares, quienes aún no logran asimilar la pérdida de la joven atleta, considerada un ejemplo de entrega y perseverancia dentro y fuera de la pista.
Katerina Knoblochova, su entrenadora durante los últimos cinco años, la recordó con emoción: “Era una atleta radiante, siempre positiva y con una energía contagiosa. No puedo creer que no la volveremos a ver sobre los patines”.
Knoblochova destacó también la fortaleza con la que Matilda superó una delicada lesión de rodilla que la había obligado a someterse a una operación, de la cual se recuperó con éxito.
Por su parte, Massimo Caola, presidente del Sporting Ghiaccio Artistico Pinzolo, subrayó su determinación: “Era la más luchadora y disciplinada del equipo. Su gran sueño era llegar a los Juegos Olímpicos, y trabajaba cada día con una dedicación ejemplar”.
El grupo de patinaje era un espacio fundamental en la vida de Matilda, quien entrenaba diariamente y dedicaba incluso fines de semana completos a perfeccionar su técnica.
Para sus compañeras, era una amiga cercana y una fuente de alegría. Tras conocerse la noticia, el equipo publicó un emotivo mensaje colectivo: “Compartimos contigo entrenamientos, sueños y risas. Tu pasión y determinación nos inspiran. Patinaremos siempre también por ti. Te extrañaremos, Mati”.
Sus padres, Fabio y Nada, así como su hermano Nicolò y sus hermanas Isolde, Giada y Greta, acompañaron de cerca su carrera deportiva. Con Greta, la menor, compartía la misma afición por el patinaje: ambas solían animarse mutuamente en las competiciones, fortaleciendo así un lazo deportivo y afectivo que ahora se recuerda con profundo dolor.
