Mucho antes de convertirse en un adorno alegre para los niños o
en un elemento de moda para los adultos, el pompón cumplía
funciones serias y hasta decisivas.

Entre los pueblos vikingos, se usaba en los gorros como
símbolo de pertenencia a determinado clan y para
marcar la diferencia respecto a otros linajes. Más adelante, en
Escocia, se utilizó en los famosos gorros de los regimientos
militares. El color y la forma del pompón permitían identificar
fácilmente los clanes y rangos dentro del ejército, lo que era
clave en el campo de batalla.
La marina francesa también adoptó el pompón,
pero no solo por cuestiones de identidad o estética, debido a que
el pompón tenía un significado adicional y, sobre todo, una función
práctica. Además, en algunas culturas eclesiásticas europeas, el
pompón de los gorros eclesiásticos ayudaba a distinguir jerarquías
dentro de la iglesia, un ejemplo más de cómo este detalle iba mucho
más allá de la simple decoración.
Con el tiempo, el pompón adquirió valor simbólico: era señal de
determinación, orgullo del grupo y hasta representación de fortuna.
Ese significado perduró en varias culturas, aunque muchas personas
ya solo lo perciben como un adorno lúdico.

La función práctica que casi nadie conoce
Más allá del simbolismo y el espíritu de grupo, el pompón tenía
una razón práctica sorprendente, especialmente
para los marineros franceses. Las cubiertas y pasillos de los
barcos eran bajos y estrechos, lo que exponía a los marineros a
golpes frecuentes en la cabeza. Aquí es donde el pompón entra en
acción: su función principal era amortiguar golpes
leves en la cabeza al chocar con techos o estructuras del barco. En
vez de un impacto directo, el pompón actúa como un pequeño cojín
esponjoso.
Pero no todo acaba ahí, ya que también ayudaba a estabilizar el
gorro en condiciones climáticas difíciles, como fuertes vientos o
nieve, sirviendo de contrapeso y evitando que el gorro girara o se
moviera con facilidad. Esto resultaba útil durante largas jornadas
al aire libre o en el mar, donde la protección térmica era
esencial.
Otra teoría indica que el pompón refuerza el punto más
vulnerable del tejido, lo cual mejora el aislamiento térmico,
evitando que el frío penetre por la parte superior del gorro. En
resumen, el pompón era protección y utilidad, no un simple detalle
estético como muchos creen hoy en día.
El pompón en la moda moderna
Hoy el pompón se ha transformado en un ícono de moda y ha dejado
atrás sus funciones militares y marítimas para convertirse en la
estrella de gorros de lana, boinas y hasta accesorios de lujo. En
las pasarelas y las tiendas, vemos pompones en una infinidad de
colores, tamaños y materiales. Los diseñadores aprovechan su
versatilidad para crear piezas originales y
expresar personalidad.
El pompón es protagonista en chales, bufandas, y hasta en
calzado o bolsos. Su significado ha evolucionado: ahora representa
alegría, creatividad y hasta un guiño a la infancia. Pero la moda
también redescubre y resignifica sus raíces históricas, mezclando
nostalgia e innovación.
El reinado del pompón en la cultura pop demuestra que incluso
los detalles más comunes pueden tener un gran peso cultural. Por
eso, sigue presente año tras año y temporada tras temporada. Desde
París hasta Tokio, el pompón sigue reinventándose mientras conecta
generaciones y estilos.
Observar con atención los objetos cotidianos puede revelar
historias increíbles. Quizá, la próxima vez que te pongas tu gorro
de invierno, sentirás un poco de ese espíritu de los antiguos
vikingos, marineros o soldados escoceses, y apreciarás su
versatilidad más que nunca.



