Paralizar carreteras y transportes, ocupar lugares simbólicos y hasta retirar dinero de los grandes bancos de todo el país. Ese es el plan del movimiento ‘Bloqueemos todo’ (Bloquons tout en francés) que amenaza con hacer de este miércoles 10 de septiembre una de las protestas más tensas de los últimos años en Francia. ¿La razón? El rechazo a las medidas de austeridad del primer ministro François Bayrou que dimitió ayer tras perder un voto de confianza en la Asamblea.
A diferencia de otros movimientos históricos como el de los chalecos amarillos —lanzado en 2018 contra el aumento del precio del combustible —Bloquons tout no tiene una organización clara y reivindica su independencia de partidos y sindicatos; es un movimiento autoorganizado mediante grupos de Telegram y asambleas presenciales a lo largo y ancho del país al que, sin embargo, finalmente se han sumado algunos sindicatos y partidos de izquierda como La Francia Insumisa, liderado por Jean-Luc Mélenchon, o el Partido Socialista.
El detonante del movimiento ‘Bloqueemos todo’
Un nombre resuena en todos los canales del movimiento: el de François Bayrou, responsable del proyecto de presupuesto para 2026, presentado el 15 de julio, que contempla un paquete de austeridad con medidas tan controvertidas como la eliminación de dos días festivos, un recorte de 5.000 millones de euros en sanidad y el congelamiento de las pensiones con el que se ahorrarían 43.800 millones de euros.
Como respuesta, la iniciativa ha presentado sus demandas: reinversión masiva en servicios públicos, el cese de los recortes de empleo y el mantenimiento de los días festivos, entre otras. Y un ambicioso plan para lograrlo: boicotear a las grandes cadenas de distribución como Carrefour, Amazon y Auchan, a quienes acusan de “beneficiarse de la reducción de cotizaciones y ayudas públicas mientras presionan a sus empleados; retirar dinero de los grandes bancos que son “cómplices de la especulación y la política de destrucción social”; y “ocupar pacíficamente lugares simbólicos”, como prefecturas y ayuntamientos.
Un operativo masivo desplegado
Por su parte, el Ministerio del Interior ha ordenado movilizar a cerca de 80.000 policías y gendarmes en todo el país —durante la final de la Champions League se desplegaron 11.500 efectivos y para los JJOO 45.000, la mitad—, muchos operativos desde la tarde del martes. Se trata de un “dispositivo masivo”, en palabras del titular de la cartera en funciones, Bruno Retailleau.
Eso significa que “habrá intervenciones sistemáticas de las fuerzas de seguridad interior para desbloquear” y también “para detener” a los que estén implicados en esas acciones, según ha señalado el responsable de las fuerzas del orden en el área metropolitana de París, Laurent Núñez.
Además, el prefecto de Policía de París ha precisado que, con los elementos de información de los que dispone, no esperan que Bloqueemos todo “movilice de forma masiva a la sociedad civil pero va a movilizar a individuos de la ultraizquierda radical que están bastante decididos a organizar acciones violentas”.
“Habrá detenciones“, insistió, porque las acciones de bloqueo de la libre circulación o de sabotaje son “delito”, ha advertido cuando se le ha preguntado por las convocatorias para perturbar grandes ejes viarios o para inhabilitar servicios como cajeros automáticos. Los servicios de información de la Policía habían estimado la semana pasada que al menos 100.000 personas podrían participar en la jornada de protestas de este miércoles.
Según recogen medios franceses como Le Monde, durante las primeras horas de la jornada el movimiento han logrado bloquear autopistas y rondas de circunvalación de grandes ciudades como París, Lyon, Marsella o Rennes, donde se han dado también enfrentamientos con la policía.
Por el momento, según el ministro del Interior dimitido, Bruno Retailleau, se han producido “casi 200 detenciones” y “unas cincuenta acciones de desconcentración” llevadas a cabo por la policía y la gendarmería. Además, la Confederación General del Trabajo (CGT) ha contabilizado esta mañana 700 acciones en empresas o en infraestructuras estratégicas del país.
En París, un centenar de jóvenes activistas del movimiento autónomo bloquearon de madrugada una estación de autobuses en el distrito 18 antes de descender a la circunvalación en Porte de Clignancourt.
El mapa de bloqueos se ha extendido también a otras ciudades. En Rennes, entre 150 y 200 personas, muchas vestidas de negro, levantaron barricadas en dos rotondas a las afueras de la ciudad. En Caen, se incendiaron objetos en el viaducto de Calix para cortar el tráfico. En Burdeos, varias decenas de encapuchados bloquearon una estación de tranvía con palés y cubos de basura, aunque la policía los desalojó sin incidentes mayores. En Nantes, los manifestantes intentaron cortar rotondas cerca del viaducto de Cheviré, que cruza el Loira, y fueron dispersados con gas lacrimógeno, según indica AFP.
En los aeropuertos, los sindicatos Sud Aérien y CGT Air France han convocado una huelga que se espera que provoque “perturbaciones” en los aeropuertos de Marsella, Niza y Córcega (Bastia, Ajaccio, Figari y Calvi), con “retrasos y cancelaciones” previstas entre las 18:00 y las 00:00, según ha informado la Dirección General de la Aviación Civil ( DCAG) en una publicación en X, en la que pide a los viajeros que se dirijan a sus compañías aéreas para conocer el estado de sus vuelos.