Por Abril Peña
En tiempos donde el micrófono era un territorio exclusivo de hombres, una mujer se atrevió a romper el silencio. Su nombre era María Cristina Camilo, pero el país la conoció como Maíta, y su voz quedaría grabada para siempre en la historia de la comunicación dominicana.

El pasado 5 de septiembre de 2025, Maíta cerró sus ojos por última vez, a los 107 años, dejando atrás una vida marcada por la valentía, el profesionalismo y la dignidad.
La primera voz femenina de la radio
Maíta no fue solo locutora: fue la primera mujer locutora del país, y la primera en ejercer ese rol con rigor, calidez y un sello que se mantuvo vigente durante décadas. Cuando comenzó a trabajar en radio, las mujeres no eran comunes ni detrás ni delante del micrófono, y mucho menos en espacios noticiosos o culturales. Ella cambió eso.
Su incursión en la locución fue un acto de rebeldía tranquila: demostrar que la voz de una mujer podía informar, emocionar y dirigir, con la misma autoridad que cualquier hombre.
Una pionera de la televisión dominicana
En 1952, con la inauguración de La Voz Dominicana, Maíta volvió a hacer historia al convertirse en la primera mujer en aparecer en la televisión dominicana. Aquella pantalla en blanco y negro mostró por primera vez un rostro femenino que no solo adornaba, sino que comunicaba, presentaba, informaba.
Su presencia fue fundamental en el desarrollo del medio televisivo en el país. Se convirtió en un símbolo de respeto, carisma y profesionalismo, abriendo las puertas para que muchas otras mujeres incursionaran en los medios de comunicación.
Más allá de la fama: un legado de dignidad
María Cristina Camilo fue también maestra, escritora y activista cultural. Participó en proyectos educativos, apoyó causas sociales y fue reconocida en múltiples ocasiones por su trayectoria, aunque muchos coinciden en que su legado mereció aún más reconocimiento en vida.
Nunca necesitó escándalos ni polémicas para destacar. Su poder estaba en la solidez de su trabajo y en la templanza con la que condujo su vida pública y privada. En una época marcada por dictaduras, censuras y roles de género rígidos, su sola existencia como figura pública ya era una forma de resistencia.
Una vida larga, una historia eterna
María Cristina Camilo vivió más de un siglo. Fue testigo del nacimiento, auge y transformación de la radio y la televisión. Y aún en sus últimos años, mantenía una lucidez admirable y un compromiso con la palabra bien dicha.
Hoy que su voz ya no resuena en las ondas hertzianas, nos queda el eco de su ejemplo: una mujer que habló cuando no era fácil hablar; que se mostró cuando no era común que una mujer estuviera frente a cámaras; que vivió con la entereza de quien sabe que está abriendo camino.
Gracias, Maíta. Por tu voz, por tu presencia, por tu historia.


