El Gran Premio de Italia 2025 volvió a convertirse en otro capítulo amargo para Carlos Sainz. El piloto madrileño llegaba a Monza con la esperanza de que Williams pudiera dar la sorpresa en un trazado que tenían marcado en rojo desde principios de temporada, pero la mala fortuna volvió a cebarse con él.
Pese a mostrar un buen ritmo en carrera y remontar desde la decimotercera posición, un toque con Oliver Bearman le dejó fuera de los puntos y con la sensación de que, una vez más, los factores externos condicionan su temporada.
“Estábamos haciendo una buena remontada y eso que hemos salido con la media, éramos los últimos de la media y nos ha tocado extender una media mucho, mucho tiempo, aunque fuese ya degradando”, explicó el español al término de la prueba. “Pero sí, veníamos haciendo una buena remontada y con la dura también, hasta que hemos tenido un toque con Bearman. Creo que le han penalizado al final, así que nada, es una pena, pero otra vez cosas que pasan, no queda otra”.
El incidente con el joven británico, que acabó en sanción para el rookie de Haas, resultó decisivo. Sainz trompeó y vio cómo se esfumaban sus opciones de puntuar, justo en el mismo momento en que su compañero de equipo, Alex Albon, conseguía salvar otro top 10 (7º) y ampliar aún más la brecha en el campeonato: 70 puntos frente a los 16 del español.
La frustración es evidente. Sainz acumula un sinfín de carreras marcadas por incidentes ajenos: en Zandvoort sufrió un pinchazo tras un toque con Lawson, en otras ocasiones ha tenido problemas mecánicos o tráfico en clasificación, y Williams tampoco ha ayudado al no traer apenas mejoras en 2025, con el foco puesto en el gran cambio reglamentario de 2026.
“Es complicado de entender, complicado de aceptar, seguro. Nunca he tenido una racha tan consecutiva de malos resultados o de mala racha de cosas que te pasan en este deporte. Está siendo muy duro de llevar, hoy otra vez otro palo, después de Zandvoort y después de dos qualis buenas, tanto en Zandvoort como ayer, pero ya pasará, no me queda otra”, reconoció el madrileño con resignación.
Un ritmo que estaba ahí
El lado positivo para Sainz fue confirmar que el Williams tenía velocidad en condiciones de carrera. El español considera que estaba devolviendo el coche a la posición que merecía tras una clasificación complicada el sábado.
“Estábamos devolviendo el coche a donde debería haber estado ayer en la quali, dado que también ayer sufrimos mucho con el neumático blando. Hoy el ritmo de carrera era bueno y estábamos volviendo a estar donde merecíamos estar”, valoró.
La sensación de que los resultados no reflejan el verdadero rendimiento es recurrente en su discurso. Y, aunque la estadística le golpea duro, Sainz insiste en mirar a largo plazo.
“Mientras pase todo este año y el año que viene, cuando tengamos un coche mejor y lleguen los podios, si llegan y no me pasan estas cosas, estará bien”, apuntó.
Motivación entre la adversidad
Con ocho carreras aún por delante, el madrileño sabe que la temporada 2025 será difícil de digerir, pero no baja los brazos. Su motivación, asegura, sigue intacta: “Seguir mejorando como piloto, como escudería, preparar el año que viene”.
Monza debía ser la carrera de la esperanza para Williams y Sainz, pero acabó siendo otra muestra de que, en esta Fórmula 1 tan ajustada, un detalle puede arruinar el trabajo de todo un fin de semana. El madrileño sigue creyendo que la recompensa llegará, aunque de momento solo encuentra más piedras en el camino.
Las mejores imágenes del domingo en Monza
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