#Salud: Este ingrediente presente en todos los alimentos dietéticos hace que el cerebro envejezca más rápido

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Los alimentos dietéticos y las bebidas light son los favoritos
de quienes buscan reducir calorías sin renunciar al sabor. En
supermercados, cafeterías y hasta restaurantes, estos productos
parecen la solución perfecta para controlar el peso, ya que
prometen endulzar la vida sin los efectos negativos del azúcar
tradicional. Sin embargo, una preocupación crece entre expertos en
salud: los edulcorantes artificiales, presentes en
casi todos los productos bajos en calorías, pueden
tener efectos mucho menos amigables de lo que se creía.

Edulcorantes artificiales: presencia y efectos en los alimentos
dietéticos

En la industria alimentaria, los nombres
aspartame, sacarina,
acesulfame-K, eritritol,
sorbitol y xilitol aparecen con
frecuencia en etiquetas de productos bajos en azúcar. Estos
edulcorantes sustituyen el azúcar tradicional porque aportan sabor
dulce sin añadir calorías significativas. Se encuentran en
refrescos light, yogures bajos en grasa, postres sin azúcar,
golosinas dietéticas y hasta en aderezos, salsas o productos de
panadería.

La razón de su popularidad radica en la promesa de alimentos
menos calóricos pero igual de dulces. Sin embargo, una
investigación publicada por la Sociedad Americana de Neurología,
que siguió a más de 12.700 adultos por ocho años, reveló que
quienes consumían cantidades elevadas de estos edulcorantes sufrían
un deterioro cognitivo 62% más rápido que quienes
los evitaban. Esa diferencia equivale a 1,6 años
adicionales de envejecimiento cerebral
en funciones como
memoria, velocidad de pensamiento y fluidez verbal. El estudio
también identificó mayor riesgo entre personas diabéticas, quienes
suelen recurrir más a productos light, y entre adultos menores de
60 años, que parecen especialmente sensibles al impacto de estos
compuestos.

Foto Freepik

¿Cómo la elección de la dieta influye en el envejecimiento
cerebral?

El
cerebro
no solo reacciona a los excesos de azúcar o grasa. Los
edulcorantes artificiales desencadenan reacciones biológicas
complejas relacionadas con la neuroinflamación, el
estrés oxidativo y desequilibrios en el denominado
eje intestino-cerebro. Estos procesos pueden hacer
que el cerebro envejezca más rápido, alterando conexiones nerviosas
y afectando la plasticidad, es decir, la capacidad de aprender y
recordar.

Mientras los alimentos dietéticos ultraprocesados muestran
riesgos, las dietas protectoras como la dieta MIND
y la mediterránea resultan aliadas. Consumir
verduras de hoja verde, frutos
rojos
, nueces, pescados ricos en
omega-3
, aceite de oliva virgen extra y
fibra de cereales integrales ayuda a proteger la
memoria y otras funciones cerebrales. Estos patrones alimentarios
aportan antioxidantes y nutrientes que combaten el daño cerebral y
mantienen el equilibrio de los procesos metabólicos que sostienen
la función intelectual. Adoptar estos hábitos puede retrasar el
deterioro y dar más años de buena salud cognitiva.

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El menú ideal para un cerebro sano es variado. Los
arándanos contribuyen a frenar el daño oxidativo.
La espinaca y otras verduras verdes ofrecen
vitaminas y minerales que refuerzan las neuronas. El
salmón, con sus ácidos grasos omega-3, apoya el
desarrollo y mantenimiento de conexiones cerebrales. Los
frutos secos proporcionan grasas saludables que
mejoran la comunicación entre células nerviosas. Los
cereales integrales colaboran con la regulación de
la glucosa y la liberación sostenida de energía. Los
huevos son ricos en colina, un nutriente clave
para la memoria y el aprendizaje.

Limitar el consumo de grasas saturadas,
azúcares rápidos, ultraprocesados
y alcohol es otra decisión sensata. También
importa el estilo de vida: la actividad física
regular
, un sueño de calidad y el buen
manejo del estrés pueden desacelerar el
envejecimiento cerebral. Una dieta rica en antioxidantes no solo
influye en la energía diaria, sino que mantiene en mejor estado
regiones del
cerebro
esenciales para la memoria y el aprendizaje, como el
hipocampo y la corteza prefrontal.

El equilibrio en la alimentación refleja cuidado tanto físico
como mental y es una inversión en la salud a largo plazo.
Reemplazar productos ultraprocesados y bebidas con edulcorantes
artificiales por opciones naturales puede marcar la diferencia en
la claridad mental, la memoria y la calidad de vida con el paso de
los años. La elección diaria de los alimentos que llegan al plato
puede determinar cuánto tiempo el cerebro se mantiene ágil y
fuerte.

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