Exagente del NYPD enfrenta enfermedad renal vinculada al 9/11 que amenazó su fertilidad y sueño de formar familia

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Rich Volpe, un detective del NYPD de 34 años en óptima condición física, enfrentó un diagnóstico devastador: una rara enfermedad renal vinculada al 9/11 que amenazaba su fertilidad y su vida. La nefropatía por IgA, que sus médicos atribuyen a la inhalación prolongada de polvo tóxico en la Zona Cero y el vertedero Fresh Kills tras los ataques del 11-S, forzó su retiro en 2004, truncando su carrera y su sueño de formar una familia.

En 2013, al conocer el fallo renal inminente, Volpe liberó a su prometida Angela de su compromiso. “Le dije: ‘Eres joven, no necesitas esta vida'”, relató a The Post. Ella respondió con determinación: “Te amo y me casaré contigo, pase lo que pase”.

Ese amor y la solidaridad de un desconocido los sostuvieron en sus peores momentos. Un artículo periodístico sobre su caso motivó a un lector anónimo a donarle un riñón, salvándolo de la diálisis —un tratamiento agotador que reduce la esperanza de vida— y manteniéndolo con vida hasta hoy.

Tras el trasplante, la pareja esperó un año para intentar concebir, evitando los riesgos de infertilidad o malformaciones por la medicación. El resultado fue Gianna, nacida en 2014, a quien Volpe describe como “un bebé milagro”. Tres años después nació Sofía. “Mis hijas lo adoran —comentó Angela—. Él está presente en todo: deportes, escuela. Hacemos todo en familia”.

Hoy, a sus 58 años, Volpe depende de múltiples medicamentos para su riñón trasplantado, asma y problemas sinusales contraídos tras el 9/11. Los riñones de donantes vivos suelen durar unos 20 años, y él teme necesitar pronto otro trasplante. “Quiero vivir para ver casarse a mis hijas —confesó—. Eso sería increíble”.

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Su situación se complica por la falta de investigación del Programa de Salud del World Trade Center sobre si la nefropatía por IgA (o enfermedad de Berger) debería incluirse como condición cubierta por la Ley Zadroga, que garantizaría apoyo federal. Se han documentado 24 casos de esta enfermedad rara entre respondedores del 9/11. “Vemos de 5 a 10 veces más casos de lo esperado en la población general”, señaló Ben Chevat de 9/11 Health Watch.

El Dr. Alan Coffino, ex nefrólogo de Volpe, vinculó la enfermedad a las toxinas respiratorias: “Sospecho firmemente que su exposición en la Zona Cero es la causa”. Dos exagentes más, Robert Joseph Martin y John Muldoon, desarrollaron la misma dolencia —típica en mayores de 60— hacia sus 30 años, con fallos renales simultáneos en 2013-2014. “No es coincidencia —afirmó Martin—. Tres policías con trasplantes en 7 meses”.

El Mount Sinai inició una investigación en 2018 con los tres agentes, pero aún no publica resultados. Martin, trasplantado en 2014 y nuevamente en 2019 mediante un intercambio de órganos que involucró a su esposa, expresó su frustración: “No obtenemos respuestas”. Muldoon, quien recibió un riñón de su hermano en 2014, aguarda hoy a su primer nieto: “Soy bendecido. Otros han pasado por mucho más”.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**