Hablar de razas de perros peligrosas para los
niños no es sencillo ni blanco o negro. La mayoría de los
perros domésticos muestran conductas amigables si reciben cuidados
apropiados, pero no se puede ignorar que en los reportes de
mordeduras a menores ciertas razas aparecen una y
otra vez. Según estudios y estadísticas recientes, los
niños de entre 5 y 9 años son los más afectados
por ataques de perros en casa, llegando incluso a un 50 por ciento
de los casos atendidos en emergencias.
¿Por qué algunas razas presentan mayor riesgo para los
niños?
No todos
los perros tienen el mismo nivel de
peligrosidad con los niños. Hay factores
biológicos y de crianza que elevan el riesgo en algunas razas. El
primero es la fuerza mandibular: razas con
maxilares más poderosos pueden causar daños graves con una sola
mordida. Razas grandes, como mastines o rottweilers, suman además
una presencia física y un peso que pueden tumbar a un niño con
facilidad en una situación de juego o susto.

El instinto de protección puede ser una virtud
en perros entrenados que viven en hogares adultos, pero se puede
volver problemático cuando un menor corre o grita cerca del animal.
Algunos perros tienen un impulso más fuerte de proteger territorio
o personas y reaccionan de forma brusca ante movimientos o
comportamientos inesperados de los niños.
En el caso de los incidentes registrados en 2024 y 2025, más del
75 por ciento sucedieron en el hogar familiar. La
socialización inadecuada y la falta de límites claros aumentan la
probabilidad de un ataque. Muchos perros que muerden no han
recibido entrenamiento ni supervisión constante. La manera en que
se cría y educa al perro influye directamente en su nivel de riesgo
para los menores de la casa.
Los expertos insisten en que el entrenamiento
temprano y la supervisión continua pueden prevenir la
mayoría de incidentes. Sin embargo, en las estadísticas recientes
de países como Estados Unidos, pitbulls y rottweilers siguen
apareciendo en primer lugar en mordeduras y ataques graves. Esto
lleva a plantear la influencia del entorno, el tipo de familia y
hasta la cantidad de perros en casa: crecer con múltiples perros
vuelve hasta cinco veces más probable que un niño sea mordido.
Las
razas con mayor presencia en incidentes graves con
niños
Al analizar reportes sobre mordeduras de perro en
niños, existen razas que destacan por su frecuencia en los
casos graves. La percepción pública a menudo se enfoca solo en
algunos nombres, pero los datos coinciden en que
pitbull, rottweiler y
pastor alemán tienen mayor participación en
ataques severos o mortales a niños en 2024 y 2025. No todo se debe
al peligro biológico, sino a factores como tamaño, fuerza y manejo
por parte de los dueños.
Los pitbulls encabezan la lista por su
capacidad muscular y tenacidad al morder. En los últimos años,
fueron responsables del 65 por ciento de ataques fatales a menores,
lo que los pone en el centro del debate sobre razas potencialmente
peligrosas.
El rottweiler aparece segundo en estadísticas
de mortalidad infantil relacionada con perros. Su poderosa
mandíbula y carácter protector resultan peligrosos si no hay una
socialización adecuada. Suelen destacar en reportes de daños
profundos y heridas que requieren cirugía reconstructiva.
El pastor alemán, reconocido por su
inteligencia y uso en tareas policiales, también figura entre las
razas más involucradas en incidentes con niños. Aunque suele ser
leal y entrenable, muestra conductas de vigilancia que pueden
malinterpretarse ante juegos bruscos de menores.
Otras razas como el dóberman, el husky
siberiano, el presa canario, el
american bulldog y el mastín han
sido señaladas en episodios graves, siempre ligados a problemas de
manejo y a la falta de entendimiento de las necesidades del perro.
El entorno y la interacción diaria impactan tanto como las
condiciones genéticas de cada raza.

Pitbull: el caso más
representativo
El pitbull es la raza más señalada cuando se
trata de ataques severos a niños. Estudios
recientes muestran que representa la mayoría de incidentes fatales.
Su imagen está rodeada de prejuicios, pero las cifras no pasan
desapercibidas: el 65 por ciento de muertes por mordedura de
perro han tenido como protagonista a pitbulls en la última
década.
El temperamento del pitbull puede ser dócil si
crece en un ambiente equilibrado, aunque su fuerza
física le da capacidad de causar heridas graves en
menores. Los expertos en comportamiento animal apuntan que la
socialización y el entrenamiento específico reducen la agresividad,
pero la falta de estos elementos sigue siendo frecuente en los
reportes de ataques.
La percepción social que rodea al pitbull varía según la región
y la legislación local, pero el consenso en los últimos informes es
que la mayoría de ataques ocurre dentro del domicilio con niños
conocidos para el animal. Los cuidados preventivos, sumados a la
supervisión de los padres y una crianza responsable, pueden cambiar
este panorama, pero los estudios de 2024 y 2025 siguen mostrando
una sólida relación entre la raza y los ataques más dañinos.
Rottweiler,
pastor alemán y otras razas destacadas
El rottweiler es otro caso recurrente en las
estadísticas de mordeduras graves a niños. Con una
fuerza de mordida superior al promedio y una actitud protectora que
roza lo dominante, esta raza exige manejo experto y constante. Si
el niño invade su espacio o actúa de forma impredecible, el
rottweiler puede reaccionar bruscamente.
En cuanto al pastor alemán, los reportes
actuales lo incluyen entre las razas más implicadas en lesiones a
menores. Su tamaño y agilidad, combinados con un fuerte sentido de
la vigilancia, pueden desembocar en episodios agresivos si no
recibe directrices claras. Muchos casos reflejan la importancia del
entrenamiento desde cachorro, ya que un pastor alemán sin límites
bien definidos puede ver a un niño activo como un intruso o
amenaza.
El dóberman y el husky
siberiano también figuran en la lista de razas con más
presencia en incidentes severos reportados en 2024 y 2025. El
dóberman estrictamente apegado a uno o dos adultos suele recelar de
la presencia de niños y, al sentirse incómodo, reacciona sin
advertencia previa. El husky, aunque menos proclive a la agresión,
mantiene instintos primitivos de caza que pueden dispararse ante
juegos bruscos o movimientos repentinos.
El presa canario y el american
bulldog son menos frecuentes, pero aun así protagonizan
episodios graves cuando se descuida el control, la socialización, o
el ejercicio. La frecuencia de ataques que precisan atención médica
y hospitalización es mayor en hogares donde no existe una pauta
firme de educación canina y supervisión infantil.



