Ahora que Max Verstappen se ha comprometido firmemente con Red Bull Racing para 2026 y la polvareda se ha asentado tras un intenso episodio de silly season que involucró al cuatro veces campeón del mundo, el jefe de Mercedes, Toto Wolff, puede tomarse su tiempo para cerrar las renovaciones de contrato con sus propios protegidos —George Russell y Andrea Kimi Antonelli— sin prisas por firmar en la línea de puntos.
La historia de cómo Wolff codiciaba a Verstappen ya en 2014, pero perdió frente a la oferta de su compatriota austríaco Helmut Marko de un ascenso inmediato de la F3 a la F1, es de sobra conocida. El resto es historia, con un ascenso fulgurante al equipo principal de Red Bull y cuatro títulos mundiales como resultado.
Pero cuando el año pasado empezaron a aparecer grietas en la armadura de Red Bull, que se convirtieron en fracturas estructurales, Wolff quiso explorar si aún era posible unirse con Verstappen, especialmente ahora que su propio múltiple campeón del mundo, Lewis Hamilton, se ha marchado a Ferrari.
Esa exploración no llevó a nada, ya que Verstappen decidió comprometerse con Red Bull para 2026, algo que Wolff revela que se debió más a la lealtad que a cláusulas contractuales. En declaraciones a un grupo reducido de medios en el Gran Premio de los Países Bajos, entre ellos Motorsport.com, Wolff dijo: “Max tendrá sus razones para quedarse en Red Bull. Lo que él dijo es que les debe mucho. Y no es en el primer momento en que el equipo no rinde cuando puedes marcharte. Va más allá del contrato. Así que creo que las cosas han caído en su sitio tal y como están hoy, y quién sabe qué pasará en el futuro. Pero la integridad que ha mostrado hacia su equipo, y la integridad que yo y el equipo hemos mostrado hacia nuestros pilotos, creo que eso es importante”.
Foto de: Sam Bloxham / Motorsport Images
Eso significa que Wolff ha intentado ser lo más transparente posible con Russell y Antonelli sobre lo que estaba en juego y por qué, y que habría sido negligente si al menos no hubiera tanteado al que ha sido el mejor piloto de F1 de su generación.
“Eso es lo que le dije a George”, añadió Wolff. “Mi obligación como jefe de equipo es explorar qué va a hacer en el futuro un cuatro veces campeón del mundo y cuál es su situación. Y cualquier piloto dirá que Max, tal y como están las cosas, probablemente es el mejor. Eso no es un secreto. Y todo equipo necesita ir a por el mejor piloto. A veces no puedes tener al mejor en ese momento, a veces necesitas esperar a que llegue la ocasión, y a veces necesitas desarrollar al mejor. Para mí hoy lo que tenemos es una combinación muy buena, y ya veremos en dos o tres años. Puede ser diferente”.
“Nunca llegamos a la situación de decir: ‘Vale, vamos a hacerlo’. Ni por parte de Max, ni por la mía. Nunca fue una dimensión de ‘¿tenemos una oportunidad?’. Fue más bien: ‘¿Tiene sentido desde la perspectiva de Mercedes? ¿Y tiene sentido desde la perspectiva de Verstappen?'”.
“¿Podría significar eso que nuestros caminos nunca se crucen porque los tiempos no encajan? Bueno, puede pasar, sí”.
Ese coqueteo sí que provocó cierta incomodidad, en particular para Russell, que también fue transparente con los medios sobre lo que estaba ocurriendo y, por lo tanto, tuvo que responder semana tras semana a una avalancha de preguntas sobre su futuro y sobre Verstappen.
“Sí, es difícil”, asintió Wolff. “Pero estos chicos han aprendido a rendir bajo presión, y George es el primero en reconocer que solo necesita rendir de forma constante. Y si rinde de forma constante, el equipo no tiene motivos para dudar nunca de su posición. Necesitamos a los dos mejores pilotos en el coche. No me asusta tener a los dos mejores en el coche. Ya tuvimos esa situación con Nico [Rosberg] y Lewis, y ese seguirá siendo mi plan para el futuro, sea cual sea la combinación de pilotos”.
Photo by: Sam Bloxham / LAT Images via Getty Images
Pero incluso si Russell–Antonelli se desarrolla como una pareja capaz de ganar mundiales, ¿no sería perder a Verstappen una oportunidad desaprovechada? Al fin y al cabo, el neerlandés ya ha dejado claro que no se quedará en la F1 durante mucho tiempo, así que cualquier pretendiente corre contra el reloj.
“Bueno, nos llevamos personalmente muy bien”, respondió Wolff. “Cuando estás en la misma sintonía, todo fluye fácil y eso es lo que veo en nuestra relación. Sus opiniones sobre las carreras o sobre otras cosas de la vida están muy alineadas. ¿Podría significar eso que nuestros caminos nunca se crucen porque los tiempos son incorrectos? Bueno, puede pasar, sí. Pero eso podría ser un 50 por ciento. El otro 50 por ciento es que corramos juntos en algún momento de nuestras carreras, si es lo correcto para ambas partes”.
Ese momento podría ser 2027, cuando todos tengan una idea clara de quién ha hecho el mejor arranque con las radicales reglas de 2026, quién se acerca a corto plazo y quién está realmente descolgado. En cualquier caso, quien tenga la mejor combinación de chasis y motor tendrá seguramente la posibilidad de elegir a los pilotos.
Un periodista sugirió que el hecho de que Verstappen se quede en 2026 podría acabar siendo beneficioso para Mercedes, ya que en 2027 el equipo con la mejor combinación de chasis y motor tendrá seguramente la primera elección de pilotos.
“Con suerte nosotros. ¡Y entonces solo tendré que pagar un 10 %!”, bromeó Wolff. “Y eso es exactamente lo que le dije a Raymond [Vermeulen, el mánager de Verstappen]”.
“Creo que para todos los mejores pilotos el dinero no es el objetivo esencial. El objetivo esencial es tener un coche y un equipo que te permitan ganar campeonatos del mundo. Y después viene el debate sobre el dinero. Siempre he pensado que hay que pagarle a un piloto de forma justa, lo que sea que eso signifique, quienquiera que marque la referencia. Así que siempre vamos a encontrar una solución si las estrellas se alinean. Mejor equipo, mejores pilotos. Y entonces te encuentras con ellos”.
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