#Salud: ¿De verdad deberías enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas?

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En muchas casas sigue viva la costumbre de enjuagar los platos
antes de ponerlos en el lavavajillas. Esta práctica nació cuando
los modelos antiguos no podían con la suciedad pegada ni la grasa
difícil. Sin embargo, los lavavajillas modernos han cambiado por
completo este panorama.

¿Es
realmente necesario enjuagar los platos?

Los
lavavajillas
actuales poco tienen que ver con los de hace diez
o veinte años. Ahora los fabricantes apuestan por sensores
inteligentes
que analizan el nivel de residuos y adaptan
la presión, el tiempo y la temperatura de cada ciclo. Los
detergentes, con enzimas específicas, están
diseñados para atacar restos de comida y grasa mientras el aparato
funciona. Si los platos llegan demasiado limpios, el sensor “cree”
que apenas tienen suciedad. Eso hace que el ciclo sea más corto o
menos intenso y que las enzimas del detergente actúen menos sobre
lo poco que queda, lo que puede dejar una película de grasa.

Varios estudios publicados en 2024 y 2025 muestran que
enjuagar los platos antes del lavavajillas no aporta
mejoras
en la limpieza del resultado final, siempre que se
retire la comida más gruesa y los trozos grandes. Los ciclos
automáticos están hechos para enfrentarse a platos con residuos
normales, y solo en casos extremos la limpieza puede verse
comprometida. La gran mayoría de usuarios nota un resultado igual o
mejor al del lavado manual siempre que se sigan las indicaciones
del fabricante.

Beneficios de omitir el
enjuague

Elegir no enjuagar trae ventajas inmediatas. El ahorro
de agua
es significativo, ya que cada persona puede gastar
de 5 a 10 litros diarios en este gesto. En un hogar medio, esto
puede significar más de 1 000 litros de agua ahorrados al
año
. También se reduce el gasto energético: cada ciclo de
lavavajillas gasta hasta 0,5 kWh menos si se omite el prelavado
manual.

Permitir que los residuos queden en los platos (retirando solo
lo sólido) ayuda a que los enzimas del detergente trabajen
en óptimas condiciones
. Así, la vajilla sale limpia y
desinfectada sin necesidad de esfuerzos ni doble trabajo.

Situaciones en que
sí conviene enjuagar

Aunque es mejor evitar el enjuague rutinario, hay ocasiones en
las que puede ser sensato. Platos con restos muy
grasos
o quemaduras, o que contengan alérgenos
persistentes
, pueden beneficiarse de un aclarado puntual.
También en casos donde la comida lleva días pegada y se ha secado
en exceso. Sin embargo, en la mayoría de estos casos, usar una
espátula o papel absorbente basta para retirar
restos sólidos antes de meter la vajilla en la máquina.

Impacto
ambiental y económico del enjuague innecesario

El hábito de enjuagar platos implica un consumo elevado de
recursos. Cada cinco o diez segundos bajo el grifo suma litros y
litros sin aportar beneficios visibles. Un ciclo común de
lavavajillas moderno usa entre 7 y 12 litros de
agua
, mientras que un enjuague previo seguido de lavado
puede llegar a duplicar este valor. Además, calentar el agua
implica un gasto energético importante, que se refleja en la
factura mensual y en la huella de carbono.

Foto Freepik

Ahorro de agua y
reducción de la factura

Cada segundo de agua corriendo bajo el grifo equivale a unos
0,15 litros desperdiciados. Para una familia de
cuatro personas, el cambio de hábito puede representar un
ahorro cercano a 1 200 litros al año. La reducción
del consumo energético ronda los 40-60 kWh anuales, también gracias
a los programas eco y al menor uso de agua caliente.

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Mantenimiento y
vida útil del lavavajillas

No enjuagar no equivale a ser descuidado. Si se acumulan restos
sólidos o se meten trozos grandes de comida, el filtro puede
obstruirse y la máquina perder eficiencia. Por otro lado, el
enjuague sistemático también exige más trabajo al aparato, ya que
los sensores detectan menos suciedad y pueden dejar residuos
grasos. Lo recomendable es retirar los restos sólidos antes de
cargar la vajilla y realizar una limpieza mensual del
filtro y de los brazos rociadores
para asegurar un
funcionamiento óptimo.

Buenas
prácticas para cargar el lavavajillas sin enjuagar

El éxito de la limpieza depende más de cómo se prepara y coloca
la vajilla que de si se enjuaga previamente. Hay pasos sencillos
que maximizan los resultados y cuidan el aparato al mismo
tiempo.

Eliminar
residuos sólidos de forma eficaz

Antes de cargar, lo mejor es quitar los restos
sólidos
con una cuchara, espátula o papel absorbente. Esto
evita que los residuos grandes terminen en el filtro y provoquen
malos olores o bloqueos. Los fragmentos grandes también pueden
interferir con el chorro de agua y hacer que algunos platos no se
limpien bien.

Distribución óptima de
la vajilla

La colocación correcta en los racks hace toda
la diferencia. Los platos van con la parte sucia orientada hacia el
interior, frente a los chorros de agua. Copas, vasos y tazas deben
ir boca abajo en el estante superior, para que el agua fluya y no
se estanque. Conviene no sobrecargar la máquina y dejar espacio
suficiente para que los brazos rociadores giren sin obstáculos. Si
el agua es dura, añadir un poco de abrillantador ayuda a evitar
marcas y consigue un secado perfecto.

Los platos muy grandes van mejor en la zona inferior. Los
cubiertos, mezclados (no todos juntos en el mismo compartimento),
favorecen una limpieza más completa. El detergente y el programa
deben elegirse según el nivel de suciedad: los ciclos cortos
funcionan bien para vajilla poco sucia, mientras que los restos
secos requieren un lavado más largo.

Una rutina sencilla, sin pasos innecesarios, cuida la
vajilla
, protege el entorno y ahorra dinero. Las nuevas
tecnologías y los detergentes enzimáticos hacen que el enjuague
previo sea cosa del pasado para la mayoría de hogares modernos.

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