Dos agentes de la Dirección General de Migración dominicana fueron agredidos durante un operativo en Montecristi. Uno de ellos, recién graduado, fue atacado a machetazos. El incidente recibió escasa atención de medios internacionales y organismos de derechos humanos, contrastando con la rápida respuesta que suelen generar las denuncias de maltrato a inmigrantes haitianos en República Dominicana. Este doble rasero en la valoración de la dignidad humana según nacionalidad o origen resulta profundamente preocupante. La vida humana no debería medirse por el pasaporte que se porta, ni la muerte importar más o menos según el color de piel o el país de origen. Quienes verdaderamente creen en los derechos humanos no pueden ejercer una empatía selectiva ni mantener silencio frente a las víctimas dominicanas mientras alzan la voz en otros casos. La cobertura mediática y la respuesta internacional deben ser consistentes y equitativas, sin distinción de nacionalidades. **REDACCIÓN FV MEDIOS**



