El Domo del Orgasmo de Burning Man, una de las atracciones más emblemáticas del festival, fue arrasado y destruido durante el fin de semana tras una intensa tormenta de viento que azotó el campamento en Nevada. Este refugio sexual, una carpa privada climatizada equipada con camas y luces ambientales donde los asistentes consensuados pueden tener encuentros libremente, quedó devastado por los fuertes vientos durante la tormenta en Black Rock City el sábado, según informaron los organizadores en redes sociales el lunes.
‘Nuestro equipo de construcción trabajó intensamente la semana pasada para erigir nuestro encantador espacio’, publicó el grupo en Instagram, acompañando el mensaje con un video que muestra los escasos restos del espacio barrido por la arena. ‘Lamentablemente, los vientos de ayer deshicieron todo ese trabajo y destruyeron nuestra estructura. Seguimos aquí y afortunadamente a salvo, esperamos ofrecer algunos talleres en la playa y los mantendremos informados’.
Las imágenes mostraron los postes de metal de la carpa destrozados, el techo arrastrado, la mayor parte del revestimiento exterior arrancado y las camas desaparecidas. Los organizadores del Domo del Orgasmo, fundado en 2003, confirmaron que la carpa privada del amor del desierto estaba ‘más allá de toda reparación’.
Sin embargo, las autoridades recurrieron a Instagram el martes por la noche para solicitar materiales de construcción en un aparente esfuerzo por reconstruir la famosa estructura.
La destrucción de la carpa ocurrió después de que una tormenta de polvo y vientos huracanados volcaran campamentos y dejaran a los asistentes entrantes atrapados en embotellamientos de hasta ocho horas durante el festival anual, que comenzó el domingo.
Un video capturado por los primeros en llegar mostró a varios hombres, cubiertos de polvo, tratando de sujetar postes de metal mientras casi eran arrastrados por la fuerza del viento. Los organizadores de Burning Man implementaron precauciones adicionales el domingo por la noche y cerraron las puertas de Black Rock City, impidiendo que nadie entrara o saliera hasta que pasara lo peor de la tormenta.
Las puertas se reabrieron el lunes por la mañana temprano, con los asistentes al festival levantándose temprano, reparando sus campamentos y recuperando pertenencias perdidas. El festival, que se extiende hasta el 1 de septiembre, atrae anualmente a aproximadamente 70.000 participantes.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**