Google publicó un estudio que mide el impacto ambiental de la inteligencia artificial, ofreciendo estimados del consumo energético y las emisiones generadas por cada prompt de texto. Según la compañía, una consulta simple a Gemini requiere apenas cinco gotas de agua, cifra que ha generado escepticismo en la comunidad científica.
De acuerdo con una publicación en el blog de Google Cloud, el gigante tecnológico analizó la huella ambiental de sus sistemas de IA, examinando el consumo energético, emisiones de carbono y uso de agua durante el proceso de inferencia, cuando el modelo genera respuestas.
Los datos revelan que una consulta de texto de Gemini utiliza 0,24 vatios/hora de energía, emite 0,03 g de dióxido de carbono y consume 0,26 ml de agua, equivalente a aproximadamente cinco gotas. Google asegura que estas cifras son «sustancialmente más bajas» que muchas estimaciones públicas, comparando el impacto ambiental con mirar televisión durante nueve segundos.
La compañía atribuye este avance a la eficiencia de sus sistemas de IA, que habrían reducido el consumo energético hasta 33 veces durante el último año. Su metodología integral considera no solo el consumo de chips activos durante la inferencia, sino también los inactivos, además del consumo energético de CPU, RAM, sistemas de enfriamiento y distribución eléctrica.
Sin embargo, investigadores externos cuestionan la validez de estos datos. Shaolei Ren, profesor de la Universidad de California, Riverside, acusa a Google de omitir factores indirectos críticos, como el agua utilizada en las plantas de energía que alimentan sus centros de datos. Ren señala que solo en Estados Unidos, los centros de datos de Google consumieron 12.700 millones de litros de agua dulce para enfriamiento en 2021.
Un estudio de 2023 de Hugging Face y la Universidad Carnegie Mellon respalda estas críticas, encontrando que generar imágenes con IA consume entre 0,018 y 3,45 litros de agua, donde convertir una imagen al estilo Studio Ghibli equivaldría a desperdiciar más de 17 vasos de agua.
El debate sobre el verdadero impacto ambiental de la IA continúa, con Google defendiendo su metodología integral mientras la comunidad científica exige una contabilidad más transparente que incluya todos los costos ambientales indirectos.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**