Congresos de Fuerza del Pueblo marcan avance en la democracia dominicana

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En la reciente historia política dominicana, el proceso interno de los partidos políticos ha sido fundamental para el fortalecimiento del sistema democrático. Fuerza del Pueblo (FP), organización emergente que ha escalado rápidamente en la escena nacional desde su formación en 2020, ha demostrado con sus últimos dos congresos, el Segundo Congreso Ordinario “Dr. Franklin Almeyda Rancier” y el Congreso Nacional Elector “Dr. Manolo Tavárez Justo”, que la democracia interna no es solo una formalidad, sino una práctica que impulsa la institucionalización, la transparencia y la competitividad electoral.

Estos dos eventos, realizados en secuencia entre marzo y agosto de 2025, constituyen una muestra de cómo la renovación normativa y la participación masiva pueden articularse para fortalecer la oposición política y aportar al sistema de partidos dominicano.

El Segundo Congreso Ordinario, culminado en marzo de 2025, tuvo como principal objetivo la actualización y reforma de los estatutos y reglamentos internos del partido, así como la definición de una hoja de ruta política para el período posterior a las elecciones de 2024. Esta jornada respondió a un diseño estratégico que contempló un diagnóstico de la situación orgánica y programática, seguido de un proceso de reforma normativa y culminado con un plan electoral interno para la renovación de las autoridades partidarias.

La importancia de este congreso radica en la consolidación de la institucionalidad partidaria mediante la definición clara de las reglas del juego, lo que eleva la previsibilidad y reduce la discrecionalidad en la toma de decisiones internas. Al establecer mecanismos normativos claros, FP mostró un compromiso con la dirección colectiva y la participación democrática de sus militantes, sentando las bases para un proceso electoral interno confiable y transparente.

El Congreso Nacional Elector, celebrado en agosto de 2025, fue la culminación práctica de los acuerdos y reformas adoptados en el congreso ordinario. Esta etapa se caracterizó por la realización de elecciones internas para renovar la dirigencia partidaria conforme a los nuevos estatutos. La complejidad y masividad del proceso electoral, que involucró la competencia de 1,471 aspirantes para 610 cargos en la Dirección Central y 73 presidencias territoriales, distribuida en 148 mesas electorales en 64 recintos a nivel nacional, constituyen un ejemplo relevante de profesionalización y logística partidaria.

La adopción de mecanismos de transparencia como el boletín cero, que certificó la plataforma en blanco antes del inicio del escrutinio, y la apertura a auditorías sociales reflejan un esfuerzo sistemático por dotar de legitimidad y credibilidad a la elección interna, atributos indispensables para el fortalecimiento democrático de cualquier organización política.

La conjunción de ambos congresos —el reformador y el electoral— configura un modelo de gestión democrática que puede ser replicado por otros partidos políticos del país. La secuencia ordenada de primero actualizar las normas internas y luego proceder a la elección conforme a esas reglas crea un estándar para la institucionalización partidaria que favorece la estabilidad y la gobernabilidad interna.

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Este modelo reduce los riesgos de conflictos derivados de vacíos normativos o prácticas discrecionales, además de elevar la confianza de la militancia y la ciudadanía en la capacidad del partido para organizar procesos democráticos transparentes y justos.

En términos más amplios, los aportes de estos congresos se reflejan en la mejora del sistema de partidos dominicano. La mayor previsibilidad y profesionalización de Fuerza del Pueblo incrementan la competencia política en el país, ofreciendo a la ciudadanía opciones partidarias con estructuras sólidas y procesos internos democráticos. La reducción del personalismo y la ampliación de la base participativa mediante elecciones competitivas también fortalecen la legitimidad de las autoridades electas y mejoran la coordinación política en el ámbito legislativo y territorial.

Finalmente, es importante destacar que el proceso vivido por Fuerza del Pueblo, caracterizado por su apertura, inclusión y mecanismos transparentes, aporta a la consolidación de una cultura democrática en la República Dominicana, donde el respeto a las reglas, la rendición de cuentas y la participación activa son elementos centrales.

En tiempos donde la confianza ciudadana en las instituciones políticas suele ser precaria, este tipo de iniciativas partidarias contribuyen a generar un entorno político más saludable y acorde con los principios democráticos.

En síntesis, los congresos ordinario y electoral de Fuerza del Pueblo representan un avance significativo en la institucionalización del partido y en la promoción de la democracia interna, contribuyendo de manera tangible al fortalecimiento del sistema de partidos dominicano y a la consolidación democrática del país.

Este doble proceso no solo ha renovado la estructura y el liderazgo partidario, sino que ha puesto en práctica un modelo ejemplar de transparencia y participación que sirve de referencia para la política dominicana contemporánea. REDACCIÓN FV MEDIOS