#Salud: Estas son las frutas y verduras que contienen más pesticidas y las que contienen menos

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Las frutas y verduras son esenciales en cualquier dieta, pero
pocas personas consideran cuántos pesticidas permanecen en los
alimentos que llegan a la mesa. Cada año, organizaciones como el
Environmental Working Group (EWG) publican listas que clasifican
los productos frescos según los niveles de residuos químicos que
contienen tras los controles oficiales.

Frutas
y verduras con mayor presencia de pesticidas

Un análisis reciente confirma que ciertos alimentos, como las
fresas, espinacas,
uvas y manzanas, concentran más
residuos de
pesticidas
que otros. Además de estos, las verduras de hoja
verde, cerezas, duraznos, arándanos y papas suelen aparecer entre
los productos más contaminados. El problema va más allá de un solo
químico, pues la mayoría contiene restos de varios a la vez, lo que
eleva su potencial riesgo para quienes los consumen
regularmente.

El sistema agrícola convencional utiliza distintas sustancias
para controlar plagas y aumentar el rendimiento, pero muchas de
esas moléculas están diseñadas para resistir el lavado y soportar
largos transportes. Por eso, en frutas de piel delgada como las
fresas o los arándanos, las concentraciones pueden superar los
límites considerados seguros, incluso después de un buen lavado en
casa. A esto se suma que algunos de los residuos detectados
corresponden a pesticidas no autorizados por la Unión
Europea
y otros países.

Los efectos de la exposición repetida a residuos de pesticidas
siguen bajo estudio, pero ya existen indicios claros sobre impactos
en el desarrollo neurológico, riesgos de cáncer y alteraciones
hormonales. La susceptibilidad es mayor en niños y mujeres
embarazadas, además de quienes padecen enfermedades crónicas.

El grupo
Dirty Dozen y su impacto en la salud

La lista conocida como Dirty Dozen es una
referencia para consumidores de todo el mundo. En 2025, este grupo
vuelve a estar encabezado por las fresas, seguidas
de espinacas, kale, uvas, manzanas, peras, moras, arándanos,
tomates, apio, duraznos y papas. Lo que distingue a estos alimentos
es el nivel y el tipo de residuos que concentran, ya que no se
trata solo de cuántos pesticidas, sino también de su
peligrosidad.

En algunos casos, una sola muestra puede contener restos de
hasta 50 químicos distintos. Los efectos combinados de esos
residuos son preocupantes, ya que actúan como cócteles tóxicos con
impactos desconocidos a largo plazo. Los ensayos han mostrado que,
en niños pequeños, la exposición repetida está ligada a problemas
de aprendizaje, alteraciones hormonales y mayor vulnerabilidad a
enfermedades infecciosas. Por eso, los expertos recomiendan
priorizar la compra de versiones ecológicas para
estos alimentos cuando sea posible.

Ejemplos
destacados entre las más contaminadas

Entre las frutas y verduras más señaladas se encuentran las
fresas, que lideran el ranking debido a su piel
fina y su cultivo en contacto directo con el suelo. Las
espinacas presentan en muchos análisis residuos de
pesticidas de síntesis química en valores que superan lo aceptable.
El kale y otras hojas verdes, por su estructura,
acumulan fácilmente gotas de pesticidas, incluso después del
lavado.

Las uvas y los arándanos
destacan por retener combinaciones de químicos difíciles de
eliminar en el hogar. Están también las manzanas y
peras, ya que en ocasiones sus cáscaras contienen
residuos internos. Las papas son propensas a
contener pesticidas en la piel y en la pulpa. Los
tomates y el apio, por su textura
y humedad, pueden no solo tener pesticidas superficiales, sino
también absorbidos en la estructura del alimento.

Foto Freepik

Frutas
y verduras con menor presencia de pesticidas

Por fortuna, no todo lo que llega al mercado está igual de
contaminado. El grupo denominado Clean Fifteen
representa un conjunto de productos que, según los estudios,
contienen menos residuos y suelen estar libres de compuestos de
alta toxicidad. La razón principal está en su cultivo, estructura y
tipo de piel.

Los principales miembros de este grupo suelen ser el
aguacate, la piña, la
papaya, el maíz dulce y la
cebolla. A esta lista se suman alimentos como los
plátanos, melón,
kiwi, berenjena,
espárrago y chícharos. Otras
variedades como el brócoli,
coliflor y repollo también se
consideran de bajo riesgo. Estos productos, aunque no sean
orgánicos, presentan menos residuos, lo que permite consumirlos con
mayor tranquilidad cuando no se puede optar por opciones
ecológicas.

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Una característica clave es que muchos tienen una cáscara gruesa
o capas externas que se retiran antes de comer, lo que reduce la
penetración de químicos en la parte consumible. Otros, como el
aguacate o la papaya, se pelan y el residuo queda en la corteza,
que normalmente no se consume.

El
grupo Clean Fifteen y sus ventajas para el consumidor

Incluir alimentos del grupo Clean Fifteen en la
dieta diaria ofrece una ventaja clara, sobre todo para quienes
desean minimizar la exposición a pesticidas pero no tienen acceso
fácil a productos ecológicos. Alimentos como
aguacates, piñas,
cebollas o plátanos están
respaldados por análisis recientes que confirman su baja incidencia
de pesticidas.

Estos productos, además de ser accesibles en precio y
disponibilidad, tienden a permanecer seguros aunque provengan de
fuentes no orgánicas. La estructura de su piel o la posibilidad de
pelarlos completamente limita el traspaso de químicos al interior.
Para quienes compran en mercados convencionales, priorizar este
tipo de frutas y verduras permite mantener una alimentación variada
y segura.

Los beneficios de elegir alimentos menos contaminados se
reflejan en análisis biomédicos que muestran niveles más bajos de
pesticidas en la orina y sangre de quienes consumen este tipo de
productos de manera habitual.

Consejos
para reducir la exposición a pesticidas en la dieta

Implementar algunas estrategias sencillas puede disminuir la
cantidad de
pesticidas
que terminan en el plato diario. El primer paso es
lavar todas las frutas y verduras bajo el chorro
de agua, usando las manos o un cepillo suave. En el caso de
productos con residuos difíciles, el remojo en agua con
bicarbonato de sodio o vinagre blanco ayuda a
eliminar parte de los químicos superficiales.

Otra opción eficaz es pelar las frutas y
verduras siempre que sea posible, aunque esto puede hacer que se
pierdan algunos nutrientes contenidos en la piel. Comprar alimentos
ecológicos, sobre todo de los grupos más
contaminados, reduce casi por completo la presencia de residuos
peligrosos.

En casa, es recomendable almacenar los alimentos frescos en
lugares secos y bien ventilados
para evitar la proliferación de hongos, que pueden requerir
tratamientos adicionales en la agricultura convencional. Preparar y
cortar los alimentos justo antes de consumirlos también minimiza el
contacto con contaminantes ambientales.

La variedad en el consumo de frutas y verduras, combinando
diversos tipos y orígenes, ayuda a limitar la exposición repetida a
un mismo conjunto de pesticidas. Elegir productos de
temporada
y de origen local propicia una agricultura más
respetuosa y reduce la necesidad de conservantes o tratamientos
intensivos. La información y la elección
consciente marcan la diferencia en el cuidado personal y
familiar.

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