Durante la excitación, la sangre fluye con fuerza hacia la zona más íntima, haciendo que el clítoris se hinche y se vuelva exquisitamente sensible. Cada roce, cada caricia, intensifica la tensión que se acumula en los músculos del suelo pélvico y la vagina, como una cuerda afinándose antes de vibrar.
Y cuando llega el clímax, esa tensión se rompe en una serie de contracciones rítmicas y placenteras que recorren el cuerpo como una ola caliente. Es un estallido de sensaciones que se expande, liberando hormonas que inundan la mente de calma, euforia y un dulce abandono que puede durar segundos… uff, qué increíble es sentirlo y poder provocar esa sensación.
¿Qué es un orgasmo?
El orgasmo es una experiencia fisiológica y emocional que representa el punto culminante de la excitación sexual. Se manifiesta a través de una serie de respuestas corporales intensas y placenteras que suelen incluir contracciones musculares rítmicas, aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, y una sensación profunda de bienestar y liberación.
Durante la excitación sexual, el cuerpo se prepara para la posibilidad de la reproducción mediante la irrigación sanguínea de los órganos genitales, lo que provoca su hinchazón y sensibilidad. Al alcanzar el orgasmo, estos órganos (como el pene en el hombre y el clítoris y la vagina en la mujer) experimentan contracciones musculares involuntarias que suelen durar entre unos pocos segundos hasta más de 20 segundos.
En los hombres, el orgasmo suele ir acompañado de la eyaculación, que es la expulsión del semen. En las mujeres, el orgasmo puede manifestarse con contracciones del útero y la vagina, aunque no siempre ocurre eyaculación femenina.
El orgasmo no solo es una experiencia física, sino también emocional. Muchas personas lo describen como una sensación de éxtasis, alivio y profunda conexión, tanto consigo mismas como con su pareja.
Beneficios de los orgasmos que pueden influir en la felicidad
- Liberación de hormonas del bienestar: Durante el orgasmo, el cuerpo libera endorfinas (analgésicos naturales que generan placer), oxitocina (la llamada “hormona del apego”) y serotonina (clave en la regulación del ánimo). Esta combinación crea una sensación inmediata de calma, satisfacción y conexión.
- Reducción del estrés: El clímax sexual provoca una relajación muscular profunda y una disminución de la tensión acumulada. Esto, sumado a la química cerebral liberada, puede ayudar a combatir el estrés y mejorar el manejo de las emociones cotidianas.
- Mejora del sueño: Después de un orgasmo, muchas mujeres experimentan un descanso más profundo y reparador. Dormir bien no solo mejora el estado de ánimo, sino que también fortalece la salud física y mental.
- Impulso a la autoestima: Alcanzar el orgasmo (especialmente en un contexto de placer consensuado y satisfactorio) puede aumentar la autopercepción positiva, la confianza y la sensación de control sobre el propio cuerpo.