Francisco Díaz de la Cruz, un joven residente en Santiago, ha solicitado apoyo público a través de medios de comunicación local para encontrar una solución a una condición que le afecta desde hace tiempo: el sudor continuo en sus manos. La situación ha sido descrita por él como persistente e incómoda, generándole dificultades en su día a día.

Durante su declaración, Francisco expresó que esta condición no es reciente. “Yo tengo mucho tiempo así”, afirmó, señalando que se trata de una situación que lleva años afectándolo. Según sus palabras, ha llegado a experimentar momentos en los que no puede soportar los síntomas, al punto de sentir malestar físico intenso. “No aguanto casi a veces. Es como un desespero, un calentón”, expresó, dando a entender que el sudor excesivo viene acompañado de una sensación de calor constante y agobiante.
Su testimonio refleja el impacto que esta condición tiene en su vida cotidiana. Su llamado busca obtener orientación o algún tipo de intervención que pueda brindarle alivio. Francisco no dio más detalles sobre los momentos del día en que los síntomas se intensifican ni mencionó si ha intentado tratamientos previos o remedios caseros para lidiar con la situación.
El caso ha generado curiosidad, debido a lo inusual de su condición, que parece persistir sin interrupción. Aunque existen términos médicos para este tipo de síntomas, en su declaración no se menciona ningún diagnóstico específico, solo la vivencia directa del joven sobre lo que está experimentando. Lo que sí dejó claro es que la situación lo tiene inquieto y con deseos de recibir orientación para manejarla de forma más adecuada.
Hasta el momento, no se han reportado reacciones oficiales de profesionales de la salud sobre el caso de Francisco. Sin embargo, su intervención pública podría motivar a que especialistas tomen conocimiento y puedan ofrecer opciones para evaluar su condición. Su llamado se mantiene abierto, con la esperanza de que alguien pueda orientarlo sobre cómo proceder ante esta situación que afecta su bienestar.


