#Salud: Las 5 vitaminas más importantes que tu organismo necesita

0
193


El
papel esencial de las vitaminas en el organismo

Las vitaminas participan en miles de reacciones
químicas: transforman los alimentos en energía, favorecen el
crecimiento, protegen a las células y reparan tejidos. Sin ellas,
fallan procesos tan básicos como respirar, pensar o mantener la
piel sana. El metabolismo depende de su presencia equilibrada. Un
déficit puede dar lugar a fatiga, defensas bajas, problemas
neurológicos y más. Por otro lado, un exceso de
vitaminas
liposolubles puede causar toxicidad, ya que el cuerpo
no las elimina rápido. Las hidrosolubles requieren reposición
diaria, lo que obliga a planificar bien la dieta.
Mantener el equilibrio es esencial, porque ni de más ni de menos
aportan salud.


Las cinco vitaminas clave para el bienestar y sus fuentes
naturales

Entre todas las vitaminas, hay cinco que destacan porque su
ausencia o insuficiencia genera riesgos considerables. Cada
una cumple una función distinta
y tiene fuentes naturales
variadas. Un menú diario bien diseñado ayuda a cumplir con esos
requerimientos sin necesidad de productos industrializados. A
continuación, se muestra cómo trabaja en el cuerpo cada una y en
qué alimentos se encuentra.

Vitamina A: salud
visual y sistema inmune

La vitamina A actúa como un guardián silencioso
de la visión, sobre todo en la adaptación a la oscuridad. Favorece
la regeneración de la piel, mantiene las mucosas fuertes y apoya
las defensas naturales frente a infecciones. Es crucial en el
crecimiento y la reparación de tejidos. Se encuentra en abundancia
en zanahorias, calabaza y espinaca gracias a sus carotenoides, y
también en productos de origen animal como hígado, yema de huevo y
leche entera. La falta de vitamina A puede producir
sequedad ocular, infecciones recurrentes y problemas
dérmicos
.

Vitamina B12:
energía y función neurológica

La vitamina B12 es indispensable para la
fabricación de glóbulos rojos sanos y para la
salud del sistema nervioso. Un aporte continuo sostiene el
metabolismo energético y previene daños neuronales. Las mejores
fuentes son carnes rojas, pescados, huevos y lácteos. Quienes
siguen dietas vegetarianas estrictas suelen enfrentar deficiencias,
por lo que deben buscar alimentos fortificados o suplementos
específicos. La carencia prolongada puede derivar en anemia,
problemas de memoria y debilidad muscular.

Foto Freepik

Vitamina C:
antioxidante y absorción de hierro

La vitamina C protege a las células del
desgaste diario, ya que es uno de los mejores
antioxidantes que existen. Ayuda a curar heridas y
mejora la absorción del hierro contenido en los vegetales. También
refuerza el sistema inmunológico, por lo que es una aliada frente a
resfriados y otras infecciones. Frutas como naranja, kiwi y fresas,
junto con verduras como el pimiento rojo y el brócoli, son ricas en
esta vitamina. Una dieta escasa de vitamina C puede causar encías
sangrantes, apatía y dificultad de cicatrización.

Te podría interesar:

Vitamina D:
huesos fuertes y salud inmunitaria

La vitamina D cumple un doble papel, ya que
regula la absorción de calcio y fósforo para la formación de huesos
y dientes sólidos. También modula el sistema inmune y ayuda a
prevenir enfermedades óseas como osteoporosis. El cuerpo la produce
cuando la piel recibe luz solar directa, aunque también está
presente en pescados como el salmón, yema de huevo y alimentos
fortificados. La falta de vitamina D puede llevar a debilidad
muscular, huesos frágiles y mayor susceptibilidad a
infecciones
.

Vitamina E: protección
celular

La vitamina E protege los tejidos corporales a
nivel microscópico, evitando el daño por radicales libres.
Contribuye a mantener sanos los vasos sanguíneos y fortalece el
sistema inmunológico. Se encuentra en aceites vegetales como
el de girasol o de oliva, frutos secos, semillas y
espinaca
. No consumir suficiente vitamina E puede
traducirse en debilidad muscular, problemas de visión y un sistema
inmune menos eficiente.


Recomendaciones prácticas para cubrir los requerimientos
vitamínicos

Llevar una alimentación variada y equilibrada
sigue siendo la mejor estrategia para suministrar al cuerpo las

vitaminas
que exige cada función vital. Comer frutas, verduras,
lácteos, frutos secos y proteínas de diferentes orígenes minimiza
el riesgo de carencias. Es importante recordar que, antes de tomar
suplementos vitamínicos, se debe consultar a un profesional de la
salud. Solo así se pueden evitar excesos y asegurar una nutrición
realmente personalizada, adaptada a las necesidades de cada etapa
de la vida. Acciones simples, como exponerse brevemente al sol,
elegir ingredientes frescos y alternar tipos de alimentos, ayudan a
mantener los niveles óptimos de nutrientes clave.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link