Conocida como “La mamá del humor” y con una larga trayectoria en este campo, Cheddy García se ha convertido en una de las figuras “más perseguidas” en redes sociales, dijo con humor, debido a los diferentes temas en los que opina. Ha sabido ganarse el cariño —y a veces la incomodidad— del público por decir lo que piensa sin miedo ni censura. Siempre va de frente, pero con un tono jocoso.
Aunque muchos la conocieron en redes sociales, su frontalidad viene desde antes. Cuando aún no existían plataformas digitales, ya se auxiliaba de los medios tradicionales para exponer con picardía y verdad temas familiares y sociales. Así lo hizo en su icónico personaje de “La desesperada del amargue”, en el programa La Opción de las 12, por allá por los 90, donde hablaba de relaciones de pareja con ese humor que la caracteriza. Hasta bachatera fue García.
En sus redes sociales, donde cuenta con más de 3.6 millones de seguidores, Cheddy hace reír, pero también educa, confronta y denuncia. Opina sobre política, sociedad, desigualdad, violencia y otros temas que muchos prefieren evitar.
Cheddy ha dicho que hace muchos años decidió utilizar sus redes sociales para dar un servicio social a la sociedad, sin dejar de lado sus fotos glamorosas, como le gustan a las personas. “No soy política, no soy multimillonaria. Pero, en la oscuridad, una sola vela que cada quien encienda, es parte de la solución”.
Sin importar lo que digan las personas, siempre va de frente. Recientemente subió un video donde apoyó a sus colegas Wason Brazobán y Fausto Mata, quienes, al igual que ella, opinan de diversos temas: “Somos los perseguidos de las redes”, dijo entre risas.
También envía consejos de seguridad vial: “Manejar siempre es un acto de amor”, se le escucha decir en un video que compartió. Minutos después, la dominicana que hay en ella salió… y olvidó sus propios consejos.
En una de sus publicaciones más recientes, reflexionó sobre el ruido social que provocan los debates públicos:
“Hay que darle tiempo a la manada… El ruido es insoportable. Todos tenemos dolor, queremos justicia, pero eso no nos da derecho a insultar. El micrófono es la letrina que los inmola”.
Así es Cheddy: dice lo que piensa, lo envuelve en humor y no le teme a la controversia. Una voz con acento dominicano que, guste o no, siempre se escucha.