Durante una entrevista realizada por el comunicador Luinny Corporán, Vanessa compartió con profunda honestidad su sentir frente a una vida marcada por la soledad, la falta de cariño familiar y experiencias emocionales difíciles. “Yo me estoy muriendo”, expresó entre sollozos, evidenciando su desgaste emocional y el peso de años de abandono afectivo.
A lo largo de la conversación, Vanessa manifestó que no conoce lo que es el amor ni el consuelo. Dijo que ha encontrado refugio en ciertas sustancias para sobrellevar el dolor que le ha dejado un pasado sin resolver. Su testimonio conmovió a quienes escuchaban, no solo por lo crudo de sus palabras, sino por la claridad con la que expresó que no desea continuar por ese camino.
Indicó que ha perdido la motivación para seguir, pero también mostró apertura a recibir ayuda si esta llega de forma sincera y con afecto. La entrevista, que generó una reacción inmediata entre la audiencia, fue un recordatorio de que muchas personas viven situaciones similares sin el apoyo adecuado.
Desde el estudio, el equipo técnico y varios ciudadanos comenzaron a organizar gestiones para ubicar a Vanessa en una institución especializada. Incluso, durante la transmisión, fue posible contactar a su padre, quien aseguró que ella tiene un lugar donde quedarse. Sin embargo, reconoció que las tensiones dentro del entorno familiar han complicado su permanencia allí. A pesar de eso, expresó su voluntad de acompañarla si decide aceptar el apoyo ofrecido.
Una de las mujeres que actualmente le brinda atención compartió una reflexión directa: “Vanessa tiene dolor en el alma, más allá del consumo. Necesita afecto, dirección y respeto”. Estas mujeres la conocieron en la calle y, sin emitir juicios, comenzaron a ayudarla con lo básico. Vanessa, por su parte, dijo sentirse a salvo con ellas, aunque confesó que le da pena quedarse en sus hogares porque no se siente merecedora.
Como resultado de esta entrevista, varias personas comenzaron a formar una red de apoyo. Comunicadores, ciudadanos y entidades como el Consejo Nacional de Drogas están siendo contactados para coordinar un proceso formal que le ofrezca a Vanessa una nueva oportunidad de vida.
Se hizo público un número de contacto y se está habilitando un fondo para canalizar las contribuciones, siempre en coordinación con su familia y personas confiables. El objetivo es que toda ayuda llegue de manera directa, evitando intermediarios con intereses externos.
Vanessa ha dejado claro que no desea más grabaciones ni busca reconocimiento. Solo quiere tranquilidad. Su historia reflejó que detrás de muchas personas que enfrentan situaciones adversas existen motivos genuinos para empezar de nuevo, siempre que encuentren una mano tendida con empatía y sin condiciones.