Santo Domingo, República Dominicana. Una investigación periodística reveló el uso reiterado de una tarjeta institucional con consumos que superan los cuatro millones de pesos en apenas dos años, todos con cargo al presupuesto estatal.
La denuncia fue realizada por la periodista Ángela Ramírez, conocida como “La Prima”, quien presentó un desglose detallado de los movimientos atribuidos a Cristian Sánchez Reyes, exdirector del Instituto Nacional de la Artesanía (INAH).
Entre los consumos figuran pagos en restaurantes exclusivos, retiros en Casa de Campo, servicios de spa, tiendas de ropa y supermercados. Según los datos, un sábado se registró un consumo de RD$15,000 en Casa de Campo, seguido por otro de RD$4,000 en un hotel de Boca Chica al día siguiente.
Los registros también incluyen gastos de RD$25,642 en La Sirena, RD$14,840 en el Supermercado El Bravo, RD$11,485 en Mr. Zapatos y un pago de RD$15,000 al diseñador Wilson Alsequiez. Se reportan además compras internacionales por más de 240 dólares en tiendas como Target, Macy’s y Stacey Adams.
Entre los gastos más destacados aparece uno de RD$13,950 en un spa, así como pagos en boutiques, alquiler de vehículos y establecimientos gastronómicos. Se mencionan consumos de RD$10,000 en Neptuno y RD$29,000 en William Rencard. También se documentan servicios de courier en B&M Cargo, con montos que superaron los 2,000 dólares en un solo mes.
Un elemento que ha llamado la atención es el uso de la tarjeta institucional para realizar avances de efectivo por hasta RD$12,000. Aunque esta acción no está prohibida, genera cuestionamientos sobre su legitimidad dentro de un marco de responsabilidad fiscal.
El informe también señala compras por RD$30,000 en muebles de oficina, junto a consumos en tiendas como Almacenes Unidos y Electrolama, por más de RD$8,000 en total. Estos movimientos muestran un patrón de gasto que contrasta con las expectativas de austeridad en el manejo de fondos públicos.
Uno de los momentos más relevantes del reporte es el consumo de más de RD$90,000 en un solo día en el Hotel Embajador, bajo el concepto de “amenidades”. El término no fue detallado, lo que deja abierta la interpretación del uso de estos recursos.
“Esta tarjeta institucional parecía más bien una membresía todo incluido”, expresó Ángela Ramírez al exponer los hallazgos. Finalizó recordando que todo ese dinero proviene de los impuestos de la población dominicana.