#Salud: ¿A partir de qué edad se puede usar tinte para el cabello?

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Recomendaciones profesionales sobre la edad para usar tinte
de cabello

Dermatólogos y estilistas coinciden en marcar
límites claros cuando se trata de teñir el cabello de menores.
Aunque la ley no establece una edad mínima
obligatoria
, la recomendación general se sitúa en los
16 años para el uso de
tintes químicos
permanentes. Esta medida busca reducir los
riesgos de alergias, irritaciones y daños
capilares
a largo plazo. Algunos expertos aconsejan
esperar incluso hasta la mayoría de edad si es posible, pues el
cabello y la piel aún no han alcanzado su estabilidad definitiva en
la adolescencia.

Las razones que sostienen esta precaución nacen de múltiples
factores: el cuero cabelludo joven es más vulnerable, la
melamina capilar aún no es estable y la exposición
repetida
a ingredientes agresivos tiene consecuencias
acumulativas. Si bien en redes circulan historias de adolescentes
que usan tintes desde los 13 o 14 años con
aparente normalidad, los especialistas recuerdan la importancia de
la moderación y el seguimiento profesional.

Fragilidad
del cabello y piel en la infancia y adolescencia

El cabello y el cuero cabelludo de niños y adolescentes tienen
características fisiológicas distintas a las de los adultos. La
fibra capilar es más fina, la barrera cutánea
ofrece menos protección y el equilibrio de aceites naturales aún se
está formando. Esto convierte a los menores en un grupo con mayor
riesgo de sufrir daño estructural o reacciones dermatológicas.

La melamina, que aporta color y protección natural al cabello,
puede no estar completamente desarrollada antes de los 16 años. Por
esto, los tratamientos agresivos afectan más profundamente la salud
capilar. Los dermatólogos remarcan que, antes de la madurez, el
cabello es más propenso a quebrarse y a mostrar sequedad
tras la aplicación de químicos.
La exposición continua
puede alterar la función de los folículos y dificultar la
regeneración capilar.


Tintes permanentes, semipermanentes y temporales:
diferencias y riesgos

Existen distintos tipos de tintes: temporales,
semipermanentes y permanentes.
Los tintes permanentes suelen incluir químicos como amoníaco,
peróxido de hidrógeno y parafenilendiamina (PPD). Estos
ingredientes penetran la corteza capilar para modificar el color de
forma duradera, pero resultan más agresivos para la piel y el
cabello joven.

Los tintes semipermanentes depositan color en la superficie,
tienen menos poder de aclarado y, aunque incluyen menos químicos,
pueden contener fragancias o colorantes
alergénicos
. Los tintes temporales solo
recubren la fibra capilar y desaparecen tras pocos lavados, siendo
menos tóxicos. Sin embargo, aún pueden provocar reacciones si la
piel es muy sensible.

El uso prematuro de tintes, especialmente los
permanentes y decolorantes, implica un riesgo
lejos de despreciable. La exposición a amoníaco, peróxido o
parabenos aumenta la probabilidad de irritaciones graves,
dermatitis y, en casos aislados, afectaciones respiratorias o
sistémicas
. Identificar productos sin estos ingredientes
reduce riesgos, pero la supervisión profesional sigue siendo
fundamental.

Foto Freepik

Alternativas
seguras y buenas prácticas para menores de 16 años

En menores de 16 años, la mejor opción es buscar alternativas
más amables con el cabello y la piel. Las tizas de colores,
mascarillas vegetales, henna natural y extensiones
removibles ofrecen la posibilidad de experimentar sin exponer al
cuero cabelludo a productos agresivos. Estos métodos aportan
toques de color temporales que se eliminan
fácilmente y no alteran la estructura capilar.

Antes de usar cualquier producto, conviene realizar una
prueba de alergia en la piel, al menos 48 horas
antes de la aplicación. La presencia y supervisión de un adulto
responsable resulta imprescindible, así como la consulta previa con
un dermatólogo o estilista, sobre todo si existen antecedentes de
alergias, eccemas o piel reactiva.

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Las marcas especializadas en productos infantiles y juveniles
suelen formular tintes con ingredientes suaves y
sin amoníaco, peróxidos ni parabenos. Elegir estas alternativas
disminuye el riesgo, pero no lo elimina por completo. Siempre es
preferible esperar a que el cabello y la piel alcancen su
madurez
.

Riesgos
potenciales del uso precoz de tintes en menores

El uso temprano y reiterado de tintes de cabello en menores
puede tener consecuencias adversas en la salud capilar y
dermatológica. Los principales peligros incluyen
daños estructurales en el cabello, reacciones alérgicas,
dermatitis y posibles alteraciones
en el equilibrio del pH
de la piel. Además, la exposición repetida a ciertos químicos
podría comprometer funciones hormonales, especialmente durante
periodos de desarrollo acelerado.

Si bien algunas fórmulas modernas han reducido la presencia de
químicos peligrosos, muchos tintes tradicionales siguen conteniendo
ingredientes que no han sido completamente estudiados en población
infantil y juvenil. La bibliografía médica
aconseja extrema prudencia, ya que el cuero cabelludo joven absorbe
más fácilmente sustancias y responde con más intensidad ante
agentes irritantes.

Efectos
dermatológicos y capilares a corto y largo plazo

Después de aplicar tintes, los menores pueden experimentar
irritaciones, picazón, enrojecimiento o incluso
inflamaciones graves llamadas edemas. En casos menos frecuentes, la
exposición reiterada desencadena infecciones cutáneas o debilita la
raíz del pelo, provocando fragilidad y caída prematura. Las
cicatrices o alteraciones permanentes, aunque raras, son una
posibilidad, sobre todo tras la decoloración.

A largo plazo, el daño acumulado al folículo piloso le resta
capacidad regeneradora y puede condicionar la salud capilar futura.
La combinación de agentes decolorantes y repetición de aplicaciones
aumenta el riesgo de cabello seco, puntas abiertas y
pérdida de brillo
. Una dermatitis crónica, surgida por
sensibilización a colorantes o fragancias, puede volver al menor
intolerante a futuros tratamientos.


Consideraciones sobre la seguridad de productos químicos y
exponerse a ingredientes tóxicos

El mundo de los
tintes capilares
no está exento de ingredientes potencialmente
tóxicos. Sustancias como la parafenilendiamina, algunos
resorcinoles, amoníaco y peróxidos
se asocian a riesgos
alergénicos y, en ciertas concentraciones, a potencial
carcinogenicidad según organismos internacionales. Si bien el
vínculo entre el uso ocasional en casa y el cáncer no está probado,
la prudencia manda limitar la exposición en pieles jóvenes y evitar
el contacto directo con la raíz o la piel lesionada.

Los disruptores endocrinos, presentes en algunos colorantes y
parabenos, pueden interferir con el desarrollo hormonal. Esto
resulta aún más relevante para niños y
adolescentes
, quienes atraviesan etapas clave de
maduración corporal. Elegir productos formulados especialmente para
uso infantil y evitar aquellos que no informan claramente sus
ingredientes resulta vital para la seguridad.

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