#Salud: 8 cosas que un médico te aconseja no hacer al aire libre durante una ola de calor

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Errores
frecuentes al exponerse al calor extremo

Cuando el
calor
aprieta, algunas costumbres cotidianas se convierten en
trampas peligrosas. Caminar bajo el sol, salir a correr o
simplemente tomar café en una terraza pueden terminar mal si no se
adapta la rutina a las condiciones. Limitar la exposición
al sol
, mantener la hidratación constante
y evitar los esfuerzos físicos durante las horas más calurosas
ayuda a cuidar no solo de uno mismo, sino también de quienes
acompañan.

Ignorar la
sensación térmica y el índice UV

El termómetro puede mostrar “solo” 30 °C, pero el riesgo real lo
determina la sensación térmica, el índice
de calor
y el índice UV. No basta con
mirar la temperatura ambiente, ya que el nivel de humedad y la
radiación solar intensifican el estrés térmico en el cuerpo.
Prestar atención a estos indicadores permite anticipar posibles
golpes de calor y tomar decisiones seguras sobre cuándo y cuánto
permanecer al aire libre.

Esperar a tener
sed para beber líquidos

Uno de los errores más repetidos es beber solo cuando
aparece la sed
. Para entonces, la deshidratación ya está
en marcha. Los especialistas recomiendan hidratarse de
forma constante
, con agua o bebidas que contengan
minerales (como electrolitos). Evitar el alcohol y refrescos dulces
es fundamental; estas bebidas, lejos de ayudar, aceleran la
deshidratación. Tener una botella a mano y beber a intervalos
cortos protege el equilibrio del cuerpo incluso en reposo.

Salir en las
horas más calurosas del día

La franja horaria entre las 11 y las 16 horas
concentra el mayor peligro para la salud, ya que el sol y las altas
temperaturas golpean sin tregua. Las actividades al aire libre se
deben planificar para temprano por la mañana o al
atardecer
, cuando el ambiente se vuelve más tolerable.
Este cambio de horario, sencillo y efectivo, reduce el riesgo de
sufrir mareos, agotamiento o insolación.

Descuidar la ropa y
protección solar

El vestuario y los accesorios correctos hacen una diferencia
enorme. Optar por ropa ligera, de colores claros y tejidos
transpirables
permite que el cuerpo libere el calor más
fácilmente. Proteger la piel con crema solar de amplio
espectro
, cubrir la cabeza con un sombrero de ala
ancha
y usar gafas de sol fortalece la
defensa contra las quemaduras y mantiene la temperatura bajo
control. No recurrir a estas medidas expone al cuerpo a quemaduras
graves y sobrecalentamiento.

Foto Freepik

Cuidados
adicionales para una protección completa

El calor extremo no solo afecta por exposición directa. Hay
otros factores y descuidos que aumentan los riesgos, sobre todo en
ambientes urbanos o en quienes tienen condiciones de salud
preexistentes.

Olvidar
las pausas a la sombra y en interiores frescos

Estar largo tiempo bajo el sol, incluso sin moverse, puede
desencadenar un golpe de calor. Los expertos señalan la importancia
de buscar sombra tan pronto como sea posible y de
hacer pausas frecuentes en lugares frescos o con
corriente de aire. Refrescarse con agua, permanecer unos minutos en
interiores y evitar superficies calurosas ayuda a bajar la
temperatura corporal y mejorar el bienestar general.

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Exponer a
personas vulnerables y mascotas

Los niños, ancianos, personas con enfermedades crónicas
y mascotas
son mucho más sensibles al sobrecalentamiento.
Es clave prestar atención a su estado, mantenerlos en lugares
frescos y nunca dejarlos solos, especialmente en espacios cerrados
como autos. Controlar que tomen suficiente agua, revisarlos por
signos de debilidad o mareo y priorizar su seguridad son gestos que
pueden salvar vidas.

No
considerar la interacción de medicamentos y calor

Algunos fármacos dificultan la regulación
térmica
y pueden aumentar el peligro durante olas de
calor. Medicamentos para la tensión, antidepresivos,
antihistamínicos o tratamientos psiquiátricos suelen afectar la
hidratación y la sudoración. Consultar con un médico o farmacéutico
antes de planificar salidas resulta imprescindible si se recibe
medicación regular, para ajustar dosis o recibir recomendaciones
específicas.

Descuidar la
protección contra insectos

El verano activa la presencia de mosquitos, garrapatas y
otros insectos
que pueden transmitir enfermedades o
complicar cuadros de salud debilitados por el calor. Usar
repelentes, vestir prendas largas y
ligeras
, sobre todo cerca de zonas verdes o agua
estancada, y revisar la piel tras cada jornada al aire libre reduce
el riesgo de picaduras y reacciones alérgicas.

Cuidarse durante una ola de calor requiere atención y sentido
común. Cambiar ciertas costumbres, observar el ambiente y priorizar
la salud permite disfrutar del verano sin exponer el bienestar
propio ni el de los otros. Estas recomendaciones, avaladas por
expertos y respaldadas por la experiencia clínica, marcan la
diferencia cuando el
calor
no da tregua.

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