#Salud: cómo prevenirlas y aliviar el dolor

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Las varices son un problema común, sobre todo entre adultos que
pasan mucho tiempo de pie o con antecedentes familiares. Estas
venas dilatadas suelen verse en las piernas y, en verano, los
síntomas se agravan. El calor intensifica la pesadez, la hinchazón
y el dolor que muchos ya sienten, afectando la calidad de vida. Por
eso es esencial conocer maneras simples de prevenirlas y de reducir
el malestar cuando el clima no ayuda.

Relación entre el
calor y las varices

Durante los días calurosos, las venas sufren más. Las altas
temperaturas provocan que los vasos sanguíneos se dilaten,
facilitando que la sangre se acumule en las venas superficiales de
las piernas. Esa acumulación hace que las varices se
inflamen y los síntomas se intensifiquen. El retorno venoso, es
decir, el proceso por el que la sangre sube de regreso al corazón,
se vuelve más difícil cuando el calor afloja las paredes venosas.
Mientras más tiempo pasa una persona en ambientes cálidos, más
notorio se vuelve el malestar.

Por qué el calor
empeora las varices

El calor hace que las venas pierdan parte de su elasticidad y
tomen un aspecto azul o violáceo, con trayectos tortuosos y
visibles bajo la piel. La dilatación venosa reduce la eficacia de
las válvulas que impulsan la sangre hacia arriba, provocando
estancamiento venoso, hinchazón y una sensación
punzante de pesadez. Las personas pueden sentir que sus piernas se
convierten en sacos de arena, sobre todo al final de la jornada o
después de permanecer sentados o de pie por mucho tiempo. Además,
el aumento del flujo sanguíneo hacia las extremidades,
característico de los días cálidos, multiplica los síntomas y
favorece retención de líquidos.

Síntomas
habituales y señales de alerta

Con el calor, las varices suelen provocar pesadez,
calambres, picazón, ardor y piernas hinchadas
. No es raro
que la piel pique o duela, sobre todo por la noche. Si aparecen
cambios bruscos en el color o textura de la piel, dolor muy
intenso, calentamiento localizado, úlceras, sangrado espontáneo o
inflamación importante, conviene acudir al médico sin demora. Estas
manifestaciones pueden indicar complicaciones serias como trombosis
o infecciones.

Foto Freepik

Prevención
y estrategias para aliviar el dolor de varices

El autocuidado diario es la mejor herramienta para mantener los
síntomas a raya y frenar el avance de las varices. Llevar un estilo
de vida activo y seguir consejos prácticos ayudan a mejorar la
circulación y a reducir el malestar causado por el calor.

Hábitos diarios para la
prevención

Adoptar rutinas saludables resulta clave. Mantener un
peso corporal adecuado reduce la presión sobre las
venas de las piernas. El ejercicio diario, como caminar, nadar o
montar en bicicleta, favorece la circulación y el flujo sanguíneo
correcto. Es recomendable optar por ropa cómoda y
evitar prendas ajustadas que puedan comprimir las piernas o
dificultar el retorno venoso. El uso excesivo de tacones altos
empeora la situación, por eso es mejor elegir calzado bajo y
flexible.

La alimentación juega un papel fundamental. Una dieta
rica en frutas, vegetales, cereales integrales y baja en
sal
limita la retención de líquidos y mejora la función
vascular. Las personas propensas a sufrir varices deben elevar las
piernas durante varios minutos varias veces al día, especialmente
si han estado mucho tiempo sentadas o de pie. Este gesto simple
activa la circulación y reduce la hinchazón. Eliminar el tabaco y
limitar el alcohol también ayuda a proteger la salud de las venas y
mantiene la elasticidad de las paredes venosas.

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Medias y compresión
terapéutica

Las medias de compresión representan una de las
estrategias más efectivas para quienes sufren de varices. Estas
prendas aplican presión controlada en las piernas, facilitando el
ascenso de la sangre hacia el corazón y evitando el estancamiento
venoso. Su uso durante el día, aunque el ambiente sea caluroso,
reduce la hinchazón, el dolor y el cansancio. Existen diferentes
grados de compresión y se recomienda elegirlas bajo guía de un
especialista, adaptando la talla y el modelo a cada caso.

El uso regular de estas medias alivia notablemente los síntomas
en personas que pasan muchas horas de pie o inmóviles. Aunque puede
resultar molesto durante el verano, su eficacia en la prevención y
control de los síntomas hace que valga la pena incorporarlas en la
rutina.


Alivio sintomático: alternativas no invasivas y cuándo
recurrir al tratamiento médico

Para quienes ya presentan molestias, existen diversas
alternativas que pueden aliviar el dolor sin necesidad de
intervenciones invasivas. Aplicar paños frescos
sobre las piernas calma la sensación de ardor y alivia la
hinchazón. Las duchas tibias (evitando el agua muy
caliente) y los masajes suaves con cremas
flebotónicas mejoran el retorno venoso y la sensación de
descanso.

Si estas medidas no bastan o si las varices provocan
complicaciones, existen tratamientos médicos disponibles. Técnicas
como la escleroterapia con microespuma, la
ablación endovenosa mediante radiofrecuencia o
láser, y la cirugía de extirpación de venas ofrecen buenos
resultados y una recuperación rápida. La elección de la técnica
depende del tamaño y la localización de las varices, así como del
estado general del paciente. Es esencial buscar atención médica
especializada ante síntomas severos o si surgen signos de alarma,
evitando así secuelas graves y mejorando la calidad de vida.

El calor agrava las molestias de las
varices
, pero adoptar hábitos saludables, utilizar medias de
compresión y recurrir, si es necesario, a la ayuda médica permite
mantener las piernas más ligeras y funcionales en cualquier época
del año.

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