#Salud: ¿Cuándo hay que acudir al ginecólogo por primera vez?

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Cuidar la salud ginecológica desde la adolescencia es una
decisión responsable y puede marcar una gran diferencia en la
calidad de vida a lo largo de los años. Muchas mujeres no saben con
claridad cuál es el momento más adecuado para asistir a una primera
consulta ginecológica y posponen la visita por miedo,
desconocimiento o simplemente porque no presentan molestias. La
prevención y la educación en salud
sexual
no comienzan con una enfermedad, sino con la
información adecuada desde temprana edad.

Motivos
clave para la primera consulta ginecológica

Ir al
ginecólogo
no siempre responde a la aparición de síntomas; de
hecho, gran parte de los problemas ginecológicos pueden prevenirse
cuando se establece un contacto temprano con un especialista. El
inicio de la menstruación, la presencia de
dolor pélvico, cambios importantes en el ciclo
menstrual, molestias genitales o el comienzo de la
vida sexual activa son señales claras de que conviene programar una
revisión. Si existen antecedentes familiares de
enfermedades ginecológicas como cáncer de mama, ovario o útero, el
control debe ser aún más cuidadoso.

Identificar desde temprano problemas como la
endometriosis o infecciones de transmisión
sexual
puede evitar complicaciones mayores en el futuro.
Otras situaciones que justifican una consulta incluyen períodos
menstruales muy abundantes o prolongados, ciclos muy cortos,
sangrado fuera de las reglas, o cansancio excesivo asociado al
ciclo. En todos estos casos, el especialista podrá guiar en el
autocuidado, responder preguntas sobre los métodos
anticonceptivos
y resolver inquietudes comunes en la
adolescencia.

La mayoría de las sociedades médicas aconsejan
realizar la primera consulta ginecológica entre los 13 y 15
años
o justo después del comienzo de la vida sexual activa
si esto ocurre antes. Esta recomendación tiene como objetivo crear
espacio para la orientación en salud reproductiva
y la detección temprana de factores de riesgo que podrían pasar
desapercibidos.

El acompañamiento de un familiar o persona de confianza es clave
durante esta etapa, ya que ayuda a la adolescente a sentirse más
segura y comprendida. La educación en salud sexual
comienza mucho antes de necesitar métodos anticonceptivos, y el
especialista es la mejor fuente para abordar temas que impactan
profundamente durante la pubertad y la adolescencia.

Foto Freepik

Síntomas
y situaciones que requieren atención inmediata

Algunos síntomas no se deben ignorar. El sangrado fuera
del periodo menstrual
, dolor pélvico que no se calma con
analgésicos habituales, flujo con olor desagradable o aspecto
inusual, y dolor menstrual tan intenso que impide llevar una vida
normal pueden indicar problemas que requieren atención.

Alteraciones en el desarrollo sexual, como
ausencia de menstruación después de los 15 años o cambios bruscos
en las mamas o vello corporal, también ameritan valoración. El
especialista puede detectar a tiempo condiciones como
síndrome de ovario poliquístico, infecciones o
alteraciones hormonales que con un tratamiento temprano se pueden
controlar eficazmente.

Qué esperar y cómo prepararse para la primera visita al
ginecólogo

La primera consulta suele comenzar con una charla donde el
ginecólogo recopila información sobre los antecedentes familiares,
el historial de menstruación y los síntomas principales. En la
mayoría de los casos, la exploración física es
sencilla e indolora, adaptándose a la edad de la paciente y si ya
ha iniciado o no las relaciones sexuales.

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Para chicas que no han iniciado actividad sexual, el examen
puede centrarse en la auscultación de mamas y
vulva
sin necesidad de tactos internos. Si ya existe vida
sexual activa, es posible que el médico sugiera un tacto
vaginal
o bien una ecografía
ginecológica
, que permite valorar los órganos internos sin
molestias importantes. En algunos casos, cuando hay sospecha de
infección o alteración en el flujo, se toma una muestra para
cultivo.

El
ginecólogo
también brinda espacio para hablar
sobre métodos anticonceptivos, prevención de enfermedades y buenas
prácticas para la higiene íntima. Suele recomendar la
vacunación contra el Virus del Papiloma Humano
(VPH)
y orienta acerca de las revisiones y pruebas que
cada etapa requiere.

Consejos
para vivir la experiencia con confianza y seguridad

Es completamente normal sentir algo de nervios antes de la
primera visita. Tener información clara ayuda a disminuir la
ansiedad. La paciente puede acudir acompañada de un familiar o
amiga si prefiere, lo importante es que se sienta cómoda y
respetada.

Plantear todas las dudas y preocupaciones ayuda
a que la consulta sea enriquecedora. No existen preguntas
incorrectas en el consultorio, y el especialista está allí para
escuchar y orientar sin juicios.

El ambiente en la consulta siempre es de
confidencialidad y respeto. La familiaridad con
los instrumentos médicos y una explicación paciente de cada paso
crean un clima de confianza fundamental. La revisión raramente
produce dolor, y el profesional cuida que todo el proceso sea lo
menos incómodo posible.

Conocer el cuerpo propio y los signos de alerta permite tomar
decisiones acertadas para el autocuidado. Cada mujer merece
sentirse protagonista y bien informada sobre su salud sexual y
reproductiva desde la juventud.

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