Una ola de indignación se desató este miércoles tras las declaraciones de la procuradora fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos, quien expresó su firme desacuerdo con la decisión de la jueza Fátima Veloz sobre las medidas impuestas a los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, vinculados al desplome del Jet Set Club.
‘Esta decisión no solo hiere la memoria de quienes ya no están, sino que también pone en entredicho la esperanza de cientos de familias que claman por justicia’, expresó Ramos en un mensaje público, calificando la medida como un golpe a la confianza en la justicia dominicana, en un caso donde 235 personas perdieron la vida, más de un centenar resultaron con lesiones y 130 niños quedaron sin sus progenitores.
Desde el pasado 8 de abril, fecha del trágico evento, la fiscalía ha sostenido una posición clara: solicitar prisión preventiva para Antonio y arresto domiciliario para Maribel, respaldando esta petición con la gravedad del hecho y la necesidad de garantizar respuestas reales a las víctimas.
La jueza Fátima Veloz, sin embargo, dispuso impedimento de salida del país, presentación periódica ante las autoridades y una garantía económica de 50 millones de pesos dominicanos para cada uno, a través de una aseguradora, una decisión que generó controversia inmediata en distintos sectores.
Para el procurador adjunto Wilson Camacho, quien encabeza la Dirección General de Persecución, lo resuelto por el tribunal representa “una burla a las víctimas” y reafirmó que interpondrán un recurso de apelación para que se revisen las medidas dispuestas.
Ambos hermanos enfrentan cargos por presunta responsabilidad en el colapso de la estructura del reconocido centro de entretenimiento nocturno, cuyas consecuencias siguen dejando cicatrices profundas en la sociedad dominicana.
El caso ha sido declarado como complejo, lo que otorga al Ministerio Público un plazo extendido para continuar con la recolección de evidencias, testimonios y peritajes técnicos.
El equipo de fiscales reitera que no detendrá su curso hasta lograr una respuesta proporcional al sufrimiento colectivo generado por el colapso de Jet Set.