#Salud: Este sustituto del azúcar podría alterar los vasos sanguíneos del cerebro

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En la búsqueda constante por reducir el consumo de azúcar, los
edulcorantes artificiales han ganado terreno en las mesas y
estantes de supermercados. Con etiquetas que prometen productos
“bajos en calorías” o “sin azúcar”, estos compuestos se han
convertido en aliados populares en dietas y hábitos modernos. Sin
embargo, recientes investigaciones advierten que el consumo elevado
de ciertos sustitutos, como el eritritol, puede tener efectos
negativos sobre los vasos sanguíneos cerebrales. Comprender estos
posibles riesgos es fundamental para tomar decisiones informadas
acerca de lo que llevamos al plato.

Edulcorantes
artificiales: composición y uso en la dieta moderna

Los edulcorantes artificiales son compuestos sintéticos creados
para ofrecer dulzor sin agregar calorías. Entre los más usados se
encuentran el aspartamo, sucralosa, acesulfame K y polioles como el
eritritol. Estos ingredientes se incorporan a una gran variedad de
productos ultraprocesados, desde bebidas hasta postres bajos en
azúcar.

Si bien su principal ventaja es la reducción calórica, no todos
los efectos sobre la salud son positivos. Algunos estudios muestran
que el consumo regular de edulcorantes puede modificar la
microbiota intestinal, es decir, los millones de
bacterias que viven en el intestino y afectan tanto la digestión
como el metabolismo. Cambios en este delicado equilibrio pueden
llevar a alteraciones en la regulación de la glucosa y en la
percepción del sabor dulce, haciendo que el cuerpo busque consumir
más alimentos azucarados.

Además, existe una preocupación creciente sobre el uso frecuente
de estos productos en dietas modernas. El consumo a largo plazo de
edulcorantes artificiales no se asocia con un mejor control de peso
ni con una reducción significativa del riesgo de enfermedades
crónicas. La evidencia científica reciente señala que la
clave está en la moderación y en la elección de fuentes de dulzor
más naturales.


Sustitutos del azúcar y sus efectos en el sistema nervioso
central

La relación entre los edulcorantes artificiales y el sistema
nervioso central preocupa cada vez más a la comunidad científica.
Algunas investigaciones han señalado que ciertos compuestos
presentes en estos productos pueden interactuar con
neurotransmisores y células nerviosas, lo que podría
afectar la función cerebral.

Mientras que el azúcar tradicional (glucosa) sigue rutas
metabólicas conocidas y es utilizado directamente como fuente de
energía cerebral, los sustitutos del azúcar pueden activar vías
diferentes y, en ciertos casos, sobreestimular neuronas o provocar
desequilibrios. En pruebas de laboratorio, se ha observado que
dosis altas de edulcorantes como el aspartamo y el eritritol,
pueden producir estrés oxidativo en las células
del cerebro, generando un entorno que favorece el daño tisular y la
alteración de funciones cognitivas.

El exceso en el consumo de estos productos podría, según la
literatura reciente, alterar la respuesta a los estímulos
alimentarios y modificar los circuitos de recompensa, haciendo más
difícil mantener un equilibrio sano en la dieta diaria.

Vínculos
emergentes entre edulcorantes y salud vascular cerebral

El papel de los edulcorantes en la salud de los vasos sanguíneos
cerebrales se encuentra bajo la lupa. Nuevas evidencias relacionan
la ingesta elevada de eritritol y otros polioles con un mayor
riesgo de desarrollar problemas vasculares, como
infartos y accidentes cerebrovasculares.

Estudios han revelado que estos sustitutos pueden incidir sobre
la función del endotelio, la capa de células que recubre los vasos
sanguíneos del cerebro. La exposición a concentraciones similares a
las que se encuentran tras consumir una bebida baja en azúcar puede
aumentar el estrés oxidativo y dificultar el
correcto funcionamiento de la barrera hematoencefálica, la
estructura que protege las neuronas de toxinas y desechos.

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El resultado de estos procesos es una mayor propensión a la
formación de coágulos y a la alteración en la circulación sanguínea
del cerebro. Se ha identificado que personas con mayor consumo de
estos compuestos presentan niveles elevados de biomarcadores de
daño vascular en sangre, lo que incrementa su
vulnerabilidad frente a eventos neurológicos graves.


Consecuencias y precauciones ante el consumo frecuente de
edulcorantes artificiales

Aunque las agencias regulatorias permiten el uso de estos
productos en cantidades específicas, el abuso de edulcorantes
artificiales puede tener repercusiones más amplias en la salud. Se
ha reportado una asociación entre el consumo excesivo de estos
productos y un mayor riesgo de desarrollar fibrilación
auricular
, alteraciones depresivas y problemas
metabólicos
. Estos factores pueden, de forma indirecta,
deteriorar la salud cerebral a largo plazo.

El perfil de riesgo de los edulcorantes depende tanto de la
cantidad consumida como del estado general de la dieta.
Combinaciones frecuentes de productos ultraprocesados y bebidas
“sin azúcar” tienden a desplazar alimentos ricos en nutrientes,
como frutas y verduras, esenciales para la protección vascular y
cerebral.

Priorizar alimentos integrales, naturales y variados ayuda a
mantener la salud en equilibrio, limitando la exposición a
compuestos cuyo efecto a largo plazo aún se estudia con
detalle.

Recomendaciones
para el consumo responsable y saludable

Para quienes buscan cuidar su salud sin dejar de disfrutar el
sabor dulce, existe una serie de estrategias prácticas. Es
preferible limitar la cantidad de edulcorantes artificiales
presentes en la dieta y, cuando sea posible, elegir
alternativas naturales como la fruta fresca o la
stevia sin procesar. Consultar siempre con profesionales de la
salud permite determinar si su consumo es adecuado en situaciones
particulares.

Leer las etiquetas de los alimentos ultraprocesados ayuda a
identificar ingredientes agregados y a evitar el consumo
involuntario y frecuente de estos productos. Una alimentación
equilibrada y rica en alimentos frescos reduce el
riesgo de efectos negativos asociados a los edulcorantes
sintetizados.

En definitiva, la información más actual invita a cuestionar el
uso indiscriminado de los sustitutos del azúcar, optando
por una dieta donde la calidad y la naturalidad de los alimentos
sean siempre el principal criterio. Mantenerse informado permite
proteger la salud cerebral y vascular a largo plazo, adaptando las
elecciones diarias a lo que mejor conviene al bienestar
integral.

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