#Salud: Lo que debes saber para mantener las fresas frescas hasta una semana

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Las fresas, con su sabor intenso y aroma irresistible, son un
verdadero tesoro nutricional. Sin embargo, su delicadeza hace que
se deterioren con rapidez, perdiendo frescura y valor nutricional.
Mantenerlas en buen estado más tiempo no solo ayuda a disfrutar su
máximo sabor, sino que evita el desperdicio alimentario y permite
aprovechar una de las frutas más saludables en su mejor
momento
. Para lograrlo, es importante poner atención desde
la compra hasta el almacenamiento en casa, usando prácticas simples
pero efectivas.

Selección y
manejo adecuado desde la compra

El primer paso para conservar las fresas
comienza en el mercado. Es clave elegir fresas que luzcan
rojas, firmes, brillantes y sin zonas blandas. El
tallo o cáliz debe estar verde y fresco, sin señales de sequedad ni
moho en la base. El color uniforme en toda la fruta indica que
fueron recolectadas en su punto, ya que las fresas no maduran
después de su cosecha.

En la compra, conviene evitar fresas apiladas o
envasadas en recipientes profundos
donde puedan aplastarse
y deteriorarse. Los envases ideales son poco profundos y
ventilados; ayudan a que el aire circule y la humedad no se
acumule, dos factores críticos para impedir el moho.

Durante el transporte a casa, hay que tratarlas con
cuidado extremo, ya que cualquier daño acelera su
descomposición. Es preferible guardarlas en la parte superior de la
bolsa de la compra para que no soporten peso.

Métodos
para conservar fresas frescas hasta una semana

Al llegar a casa, no se deben lavar las fresas antes de
guardarlas. La humedad extra es el mayor enemigo
de su frescura, ya que promueve la aparición de moho y descompone
la piel. El lavado debe hacerse solo justo antes de consumir.

Para conservarlas, lo ideal es colocarlas en un recipiente poco
profundo, en una sola capa, con papel absorbente
en la base para retener el exceso de humedad. Si se tiene que
apilar, conviene intercalar más papel entre capas. El recipiente
debe tener ventilación, evitando los cerrados herméticos.

Las fresas deben guardarse en la parte menos fría del
refrigerador, donde la temperatura se mantenga entre 2 °C y
6 °C
. Es recomendable separarlas de frutas que producen
etileno, como manzanas o plátanos, para reducir el riesgo de
maduración acelerada.

Una vez al día, es importante revisar el recipiente y
retirar cualquier fresa blanda o con señales de
moho
, ya que estas pueden contaminar rápidamente al
resto.

El truco del
vinagre para prolongar frescura

Uno de los métodos caseros más populares para alargar la vida de
las fresas es el baño de vinagre diluido. Este
método ayuda a eliminar bacterias y esporas de moho, responsables
principales de su deterioro.

Para aplicarlo, se debe mezclar una parte de vinagre
blanco por tres de agua fría
. Las fresas se sumergen
brevemente en la solución, se enjuagan rápido con agua, y después
se secan muy bien con papel de cocina. Una vez secas, se colocan en
el recipiente ventilado, con su papel absorbente.

Gracias a este truco, las fresas pueden mantenerse frescas hasta
una semana si el proceso se realiza sin exceso de humedad y con
secado completo.

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Foto Freepik

Almacenamiento ideal
en refrigerador

El refrigerador es el mejor aliado para conservar fresas,
siempre bajo ciertas condiciones. El recipiente debe ser
poco profundo
y estar forrado con papel absorbente para
atrapar la humedad. La ventilación es fundamental, nunca se deben
encerrar las fresas en recipientes completamente herméticos.

La temperatura más adecuada es entre 2 °C y
6 °C
, ni demasiado fría ni templada. Idealmente, las
fresas se colocan en una sola capa para evitar presión y permitir
que el aire circule. Alejarlas de verduras y frutas que producen
etileno ayuda a prolongar aún más su frescura.

Conviene revisar el estado de las fresas cada día. Ante el
primer signo de deterioro o humedad excesiva en el papel
absorbente, este debe sustituirse y las fresas dañadas deben
retirarse sin dudar.

Cuándo y cómo lavar las
fresas

El lavado de las fresas debe realizarse únicamente justo
antes de consumirlas
. Si se lavan y no se secan bien, el
agua atrapada en la superficie crea el ambiente perfecto para
hongos y bacterias, reduciendo drásticamente su durabilidad.

Para lavarlas bien, se recomienda usar agua
fría
y suave para no dañar la piel. Si se quiere mayor
seguridad, puede usarse el método del vinagre antes mencionado,
enjuagando después con abundante agua. Tras el lavado, las fresas
deben secarse cuidadosamente con papel de cocina,
eliminando toda humedad posible.

Si en la preparación se cortan las fresas y no se consumen de
inmediato, deben mantenerse refrigeradas y cubiertas, pero nunca
por más de un día, ya que una vez abiertas pierden firmeza
rápidamente.

Alternativas
para conservar fresas más tiempo

Para quienes desean conservar fresas por más de una semana, hay
alternativas muy eficaces. La congelación es la
más práctica, aunque cambia la textura de las fresas, haciéndolas
perfectas para batidos, repostería, o mermeladas. Antes de
congelar, siempre es necesario lavarlas, secarlas a la
perfección y quitarles el tallo
. Se recomienda congelarlas
extendidas en una bandeja hasta que endurezcan, y luego
traspasarlas a un recipiente o bolsa sellada para evitar la
formación de cristales de hielo.

El uso de frascos de vidrio limpios con papel
absorbente, refrigerados, también puede prolongar la vida de las
fresas hasta diez días. Este método es útil siempre que no se laven
hasta el momento de consumo y se revisen diariamente.

Cuidando cada detalle en la selección, manejo y almacenamiento,
las
fresas
pueden mantener toda su frescura, sabor y
nutrientes
durante varios días. Estos métodos son aliados
esenciales para evitar desperdicio y disfrutar de este fruto tan
preciado en la dieta diaria.

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