#Salud: ¿Por qué sudamos cuando estamos estresados?

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Sentir un repentino calor en las manos o notar gotas de sudor en
la frente justo antes de una entrevista o presentación es algo que
casi todos han experimentado. La sudoración ligada al
estrés
es mucho más común de lo que parece y responde a
mecanismos biológicos bien definidos. En el día a día, situaciones
como una discusión, esperar una llamada importante o salir de casa
bajo presión pueden disparar este fenómeno. La reacción no solo es
incómoda: su impacto puede influir en la autoconfianza y
hasta en las relaciones sociales
. Comprender por qué el
cuerpo reacciona así ayuda a valorar este recurso natural y a
gestionarlo mejor.

El
sudor: función y tipos de glándulas sudoríparas

¿Qué es el sudor y
para qué sirve?

El sudor es una secreción líquida fundamental para mantener la
temperatura corporal en equilibrio. Cuando se
evapora sobre la piel, el sudor ayuda a disipar el calor interno,
protegiendo órganos y tejidos del sobrecalentamiento. Así, el
cuerpo logra mantener la homeostasis, es decir,
sus condiciones internas estables pese a los cambios externos. Sin
sudor, hasta una caminata bajo el sol moderado podría poner en
riesgo la salud. Además de controlar el calor, el sudor participa
en la eliminación de ciertas sustancias de desecho y sales,
colaborando con la regulación de la composición química de la
piel.

Glándulas
ecrinas y apocrinas: diferencias y distribución

En la piel existen dos tipos principales de glándulas
sudoríparas
: ecrinas y apocrinas. Las
ecrinas se ubican por todo el cuerpo,
especialmente en palma de manos, plantas de los pies y frente. Su
sudor está compuesto sobre todo por agua y sales, y se activa ante
el aumento de la temperatura y la actividad física. Su función es
puramente termorreguladora y suele pasar casi
desapercibida a nivel de olor.

En cambio, las glándulas apocrinas se
concentran en áreas donde crece el vello, como las axilas y la
ingle. El sudor que producen contiene, además de agua y sales,
lípidos y proteínas. Este tipo de sudor no se
activa sólo por calor, sino especialmente por emociones intensas:
estrés, miedo o excitación. Los nutrientes presentes en él hacen
que las bacterias de la piel lo descompongan con rapidez, generando
un olor más intenso y característico.
Precisamente, durante picos de estrés, las glándulas apocrinas son
las que ‘entran en acción’ y provocan el sudor con aroma fuerte que
suele incomodar a muchos.

Foto Freepik

El
estrés: cómo afecta al cuerpo y por qué causa
sudoración


Respuesta fisiológica al estrés: el sistema nervioso
simpático y las hormonas

Cuando el cuerpo detecta una amenaza, real o percibida, se
activa el sistema nervioso simpático. Este sistema
es responsable de la respuesta conocida como “lucha o huida”. Las
hormonas del estrés como la adrenalina y el
cortisol se liberan al torrente sanguíneo. Esto produce una cascada
de efectos: el corazón late más rápido, la respiración se acelera y
los músculos se tensan. En paralelo, las señales nerviosas
estimulan las glándulas sudoríparas, en particular las apocrinas.
El cuerpo produce más sudor para enfriarse ante un posible esfuerzo
físico intenso, sea para escapar del peligro o enfrentar un
desafío. A veces basta con pensar en una situación incómoda para
que este mecanismo, diseñado para la supervivencia, se active.

Te podría interesar:

El
sudor por estrés y su olor: diferencias con el sudor
térmico

El sudor por estrés se distingue por su
composición y su aroma. Mientras que el sudor relacionado con el
calor es ligero y casi sin olor, el sudor provocado por el estrés
es más “rico” desde lo biológico, con mayor presencia de proteínas
y lípidos. Esta composición alimenta a las bacterias cutáneas,
facilitando la aparición de mal olor más intenso.
Por eso, situaciones como hablar en público, tener una cita o
enfrentar un conflicto pueden ir acompañadas de ese olor
característico, difícil de disimular incluso con desodorante. La
autopercepción del olor y la humedad agrava el nerviosismo,
generando un círculo vicioso donde más sudor trae más estrés y
viceversa.

Consecuencias
emocionales y sociales de la sudoración por estrés

Más allá del aspecto biológico, el sudor por
estrés
puede afectar la vida emocional y social de manera
significativa. Sensaciones de inseguridad o vergüenza surgen cuando
la transpiración se hace evidente en momentos clave: una entrevista
de trabajo, una reunión importante o una primera cita. Esto puede
motivar a las personas a evitar ciertas actividades o reducir el
contacto social por miedo al “qué dirán” o a ser rechazados. La
sudoración excesiva, llamada hiperhidrosis,
incluso lleva a algunos a buscar ayuda médica o tratamientos
específicos. Además, el
estrés crónico
y la percepción negativa de uno mismo pueden
afectar el bienestar psicológico, dificultando la interacción con
los demás y disminuyendo la calidad de vida. Por eso, entender este
mecanismo permite buscar estrategias de manejo y promover una mejor
relación con el propio cuerpo.

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