El reciente arresto de una madre en Rusia por ordenar el
asesinato de su hija de 12 años ha causado conmoción, no solo por
la brutalidad del hecho, sino también por lo que revela acerca de
la violencia familiar y los peligros a los que
están expuestos muchos menores. La historia deja en claro que la
protección infantil es un tema urgente, y que la sociedad necesita
prestar más atención a las señales de alerta.

Svetlana y el intento de asesinato en Rusia
Svetlana, de 46 años, vivía en Izmailovsky, una localidad del
distrito de Kizilsky. Según las investigaciones, la mujer intentó
contratar a un conocido, Andrey, de 36 años, para que
ahogara a su hija menor en el río Bolshaya
Karaganka. Svetlana ofreció cerca de 100,000 rublos y prometió
pagar aún más si el crimen se concretaba. La planificación fue
minuciosa y no dejó nada librado al azar, lo que hace el caso
todavía más perturbador.
La historia dio un giro inesperado cuando la niña, escondida
detrás de una puerta, escuchó el macabro plan de boca de su
madre. Paralizada por el miedo, la menor permaneció en
silencio hasta que Andrey la llevó fuera de la casa para ejecutar
el encargo. Sin embargo, este hombre decidió no seguir adelante y
confesó a la niña lo que su madre había tramado. En vez de hacerle
daño, la protegió en su propia casa y acudió a las autoridades para
denunciar el intento.
La rápida intervención policial resultó en la detención de
Svetlana, quien no pudo dar una explicación coherente de sus
acciones. Hoy enfrenta cargos por tentativa de homicidio agravada y
permanece detenida bajo una medida preventiva. Sus hijos menores
quedaron bajo tutela estatal para garantizar su protección.
Motivaciones detrás del crimen
Svetlana argumentó estar agotada física y
emocionalmente por el “mal comportamiento” de su hija y
las discusiones diarias. En su visión distorsionada, la única
salida era terminar con la vida de la menor, lo que muestra un
grado de desesperación y falta de recursos emocionales
alarmantes.
Psicólogos y expertos afirman que, en
situaciones de desgaste extremo, algunas personas pueden perder la
perspectiva y caer en patrones de pensamiento peligrosos. Sin
embargo, nada justifica la violencia, y mucho menos cuando las
víctimas son niños desprotegidos.
Tras la denuncia, la policía actuó con rapidez para impedir una
tragedia. Svetlana fue arrestada y puesta a disposición de la
justicia. El Estado se ocupó de brindar protección inmediata a la
niña y sus dos hermanos menores, de 6 y 17 años, trasladándolos a
un entorno seguro mientras se evalúa su situación.

El seguimiento del caso incluye apoyo psicológico,
revisión del entorno familiar y el seguimiento de
antecedentes que pudieran poner en riesgo a los menores.
Estas acciones buscan proteger, pero también reconstruir la
confianza y la seguridad que los niños han perdido.
Factores psicológicos y sociales en crímenes familiares
Los expertos señalan que detrás de la violencia intrafamiliar
extrema suelen existir factores emocionales sin tratar, estrés
crónico, falta de habilidades de manejo del conflicto, antecedentes
de maltrato o negligencia y una ausencia de red de apoyo.
Detectar la violencia a tiempo puede salvar vidas. Por esa
razón, hablar y romper el silencio se vuelve clave. Si un niño
muestra señales de miedo extremo, retraimiento o hay tensión
persistente en casa, es importante que la comunidad y los
profesionales estén atentos y actúen.
Implicaciones legales del caso y medidas de protección en
Rusia
Svetlana enfrenta cargos de tentativa de homicidio agravado por
la edad de la víctima y su historial, que incluye denuncias previas
por amenazas, agrava la situación. Mientras se desarrolla el
proceso judicial, la justicia rusa ha impuesto medidas preventivas
como su reclusión y la suspensión de cualquier contacto con los
menores.
El futuro de la custodia de los hijos dependerá del resultado de
las evaluaciones psicológicas y sociales. La ley en Rusia obliga a
evaluar el entorno familiar para evitar que los menores regresen a
situaciones donde corren peligro.


