La explicación de Ferrari no cuadra #F1 #FVDigital

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El Gran Premio de Mónaco 2025 fue otra carrera que obligó a Ferrari a apagar fuegos debido a las aparentes tensiones por radio entre Lewis Hamilton y su ingeniero Riccardo Adami. Pero la explicación que dio el jefe no coincide con lo que ocurrió.

Hamilton fue quinto y su compañero de equipo, Charles Leclerc, segundo, lo que supuso la mejor puntuación combinada de Ferrari en un fin de semana no sprint esta temporada. Sin embargo, ninguno de los dos pilotos estaba especialmente contento; Hamilton se mostró notablemente abatido y taciturno después de la carrera.

Leclerc quizás esperaba algo mejor después de luchar por la pole el sábado, y Hamilton ya empezó a decir adiós a sus opciones cuando recibió una sanción de tres posiciones en la parrilla por obstaculizar a Max Verstappen en Massenet durante la Q1.

El incidente, causado porque el equipo le informó mal sobre el enfoque de Verstappen, puso en marcha una cadena de acontecimientos que le llevó a quedarse “atrapado en tierra de nadie” durante la carrera. Y lo que es más, también sacó a la luz más intercambios por radio entre Hamilton y el ingeniero de carrera Riccardo Adami.

Más tarde, el director del equipo Ferrari, Frederic Vasseur, trató de descartar cualquier crisis entre los dos.

“Porque cuando el piloto pregunta algo entre la curva 1 y la 3, tenemos que esperar [hasta que llegue] al túnel para responder, para evitar hablar con él durante esas curvas”, dijo Vasseur.

“No es que nos hayamos quedado dormidos, no es que estemos tomándonos una cerveza en el muro de boxes, es sólo porque hay una sección de la pista en la que antes acordamos hablar con él”.

Frederic Vasseur, Ferrari

Frederic Vasseur, Ferrari

Foto de: Sam Bloxham / Motorsport Images vía Getty Images

“Y sinceramente, no es tensión que el tipo esté preguntando algo, está entre los muros, está bajo presión, está luchando, va a 300 km/h entre los muros”.

“Estamos perfectamente y hablé con él [Hamilton] después de la carrera, no estaba molesto en absoluto”.

Aunque todo eso suena bastante lógico (a los pilotos a menudo les molesta que les hagan preguntas o les ofrezcan información mientras están centrados en un conjunto de curvas desafiantes), también es muy genérico. Porque el intercambio más peculiar se produjo después de la carrera, no durante ella.

“Somos quintos”, dijo Adami por radio en la vuelta de regreso al pitlane. “Hemos perdido mucho tiempo en el tráfico. El resto tenemos que investigarlo. Y recoge [las virutas de gomas en la pista] por favor.

“Sí, muchas gracias a los chicos, como he dicho, por arreglar el coche [tras el accidente del sábado]”, respondió Hamilton.

“No ha sido el más fácil de los fines de semana, pero vivimos para luchar otro día, así que… sí”.

A continuación se produjo un silencio de radio, roto por la pregunta de Hamilton: “¿Estás enfadado conmigo o algo?”. A lo que tampoco obtuvo respuesta.

Lewis Hamilton, Ferrari

Lewis Hamilton, Ferrari

Foto de: Peter Fox / Getty Images

Este tipo de intercambios hay que sopesarlos en su contexto, especialmente cuando se emiten por televisión, ya que la F1 suele presentar la radio de los equipos de forma sesgada para amplificar el dramatismo. Pero se ha comprobado que esa fue exactamente la forma en que se desarrolló la conversación.

También se produjo después de un intercambio al final de la carrera en el que Hamilton preguntó si el grupo delante de él en la pista – Verstappen, Lando Norris, Leclerc y Oscar Piastri estaban “todavía casi un minuto por delante”.

La respuesta de Adami – “Charles con [neumáticos] medios y los McLaren con duros, en [la curva] 16, muy cerca unos de otros luchando”- la consideró insatisfactoria el heptacampeón.

“No estás respondiendo a la pregunta”, replicó Hamilton. “Realmente no importa, supongo. Estaba preguntando si estoy un minuto por detrás o…”

“Están a 48 segundos [por delante]”, fue finalmente la respuesta. 

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El tono de ninguno de los dos intercambios puede explicarse con la excusa de en qué punto de la pista se encontraba Hamilton en la pista, y si “no estaba molesto en absoluto” cuando habló con Vasseur después de la carrera, se habría animado mucho entre el corralito de medios y el encuentro en despacho del director del equipo.

Hamilton cruzó la meta 51.387s después del ganador de la carrera, Norris, y 48.256s después de su compañero de equipo Leclerc. Eso probablemente le habrá molestado, al igual que haber pasado la carrera en la ya mencionada “tierra de nadie” como resultado directo de que el equipo le informara erróneamente de que Verstappen no estaba en vuelta rápida en esa vuelta de la Q1.

Lewis Hamilton, Ferrari

Lewis Hamilton, Ferrari

Foto: Glenn Dunbar / Motorsport Images

La penalización en parrilla le dejó por detrás del coche de Isack Hadjar y del Aston Martin Racing de Fernando Alonso durante el primer stint, hasta que entraron en boxes al final de las vueltas 14 y 16 respectivamente.

Dos vueltas de pista despejada antes de su propia parada permitieron a Hamilton superar a ambos, pero para entonces ya había perdido 12s con su compañero de equipo porque el grupo delantero, liderado por Norris, estaba haciendo menos gestión de neumáticos que Hadjar para intentar abrir hueco.

La primera parada de Leclerc en la vuelta 23 fue más costosa en términos de tiempo por vuelta que la de Hamilton, pero a partir de ahí la tendencia general fue que la diferencia creciera: sólo en la vuelta 57 Lewis perdió siete segundos respecto a su compañero de equipo.

Algunas de esas pérdidas se pueden atribuir al tráfico: las tácticas de Racing Bulls y Williams de tener un piloto en el grupo para que su compañero de equipo pudiera entrar en boxes sin perder significó que la diferencia entre Alex Albon en 11ª posición (en la vuelta 57) y Nico Hulkenberg en 18ª fuera de sólo 11 segundos.

Esos coches se habían movido con bastante inteligencia – en su mayor mayoría – cuando el grupo de cabeza de cuatro llegó a doblarles, pero luego habían reanudado su baile frustrado y fueron más lentos para separarse de Hamilton.

Pero gran parte del déficit de 48s se debió a que Hamilton todavía no es capaz de conducir su SF-25 tan rápido como Leclerc. Él lo achaca a una relativa falta de familiaridad con las características de rendimiento de Ferrari, pero tres décimas de segundo aquí y allá se suman a un gran déficit en una distancia de una carrera completa.

Como el propio Hamilton dijo después de la clasificación: “Este fin de semana ha sido una curva de aprendizaje un poco empinada”.

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