Washington, Estados Unidos. – En un movimiento que marca un fuerte cambio en la forma en que se maneja la migración dentro del país, el gobierno de Estados Unidos ha comenzado una nueva etapa de operativos destinados a detener a personas que viven en el país sin documentos legales. Para esto, se ha aprobado el despliegue de 500 nuevos agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), quienes estarán trabajando junto a otras autoridades para reforzar las labores de control migratorio.
Este despliegue, confirmado por medios oficiales el pasado 23 de mayo de 2025, es uno de los más grandes desde que el expresidente Donald Trump asumió su segundo mandato, y forma parte de una serie de decisiones que buscan aplicar con mayor firmeza las leyes migratorias vigentes. A diferencia de otros cambios que requieren aprobación del Congreso, esta medida se está realizando usando recursos que ya existen.


¿Qué significa esto?
Estos nuevos agentes de CBP vienen de diferentes áreas, como la Patrulla Fronteriza, las Operaciones Aéreas y Marinas y las Operaciones de Campo, y serán enviados a 25 ciudades principales del país para trabajar en conjunto con ICE (la agencia encargada de hacer cumplir las leyes de inmigración).
Con esta decisión, CBP no solo trabajará en la frontera, sino también dentro de las ciudades, apoyando en la detención y procesamiento de personas que no tienen un estatus migratorio legal. Esto es algo nuevo, ya que históricamente su labor ha estado más enfocada en evitar cruces ilegales en la frontera.
¿Por qué ahora?

La medida forma parte de la Orden Ejecutiva 14159, firmada por Trump el 29 de enero de 2025. Este documento permite acelerar el proceso de deportación para personas que no puedan demostrar que han vivido en el país por al menos dos años seguidos. Además, otorga a las autoridades locales nuevas facultades para colaborar en estas tareas, como si fueran parte del gobierno federal.
También se están retomando acuerdos conocidos como 287(g), que permiten a policías de ciudades y condados participar directamente en redadas migratorias. Esto significa que, además de ICE y CBP, más agentes de otras agencias como la DEA, el FBI, e incluso el Departamento de Defensa, podrían involucrarse en estos operativos. Se habla incluso de usar hasta 20,000 miembros de la Guardia Nacional.
Cambios en la forma de actuar
Una de las mayores preocupaciones que han surgido es que ICE ha retomado prácticas que antes eran muy criticadas. Entre ellas está el hecho de detener personas en hospitales, iglesias y escuelas, lugares que antes eran considerados “zonas sensibles” y donde, por respeto a las personas, no se realizaban operativos.

Además, cada oficina regional de ICE ahora tiene la meta de hacer al menos 75 detenciones diarias, lo que ha aumentado la presión sobre los agentes y ha ampliado los lugares y momentos en los que pueden hacer arrestos, incluso después de audiencias donde los casos han sido cancelados.
¿Qué está pasando en la frontera?
Mientras estas acciones se intensifican dentro del país, los arrestos en la frontera sur han bajado mucho, a niveles que no se veían desde hace más de 60 años. Según el gobierno, esto se debe a que se ha suspendido casi por completo el sistema de asilo, argumentando razones de “seguridad nacional”.

Aunque el Congreso todavía debate si se aprueban nuevos fondos para ICE, la administración actual ha decidido usar el dinero disponible, redirigiendo recursos de otras agencias para cumplir con las nuevas metas.
Este nuevo enfoque del gobierno estadounidense marca una etapa muy estricta en temas migratorios. Las decisiones tomadas ya están cambiando la forma en que muchas personas viven su día a día, especialmente quienes no tienen documentos en regla. Y mientras algunos ven estas acciones como necesarias para hacer cumplir las leyes, otros señalan que deben respetarse los derechos de todas las personas, sin importar su estatus legal.


