#Salud: Un país europeo se prepara para tener la edad de jubilación más alta del continente

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En el corazón de Europa, los sistemas de pensiones están en el
centro de un gran debate. Dinamarca, conocido por su Estado de
bienestar sólido, acaba de tomar una decisión que la posiciona como
referente en la discusión sobre el retiro. El Parlamento danés
aprobó en mayo de 2025 una reforma histórica: la
edad legal para jubilarse alcanzará los 70 años en
2040
. Este paso responde al aumento de la
esperanza de vida
, ahora cerca de 82 años, y al
envejecimiento de la población, que presiona las cuentas públicas.
La sostenibilidad del sistema de pensiones se vuelve un reto
compartido por toda Europa, mientras otros países observan atentos
este experimento danés.

Dinamarca:
un caso pionero en la reforma de la edad de jubilación

Dinamarca se posiciona como pionero en
establecer la edad de
jubilación
más alta del continente. La ley, sin fuerte
oposición en el Parlamento, implica que quienes nacieron después
del 1 de enero de 1970 deberán trabajar hasta los 70 años para
poder jubilarse. Actualmente, la edad está en 67 años, pero se
elevará de forma escalonada: 68 años en 2030, 69
en 2035 y, finalmente, 70 en 2040.

El mecanismo danés vincula automáticamente la edad de
retiro
a la evolución de la esperanza de vida,
garantizando que el sistema evolucione con los datos demográficos.
El país lidera el camino europeo: mientras la mayoría de sus
vecinos mantienen el retiro entre los 65 y 67 años, Dinamarca
extiende la vida laboral de manera decidida.

Motivaciones y
contexto demográfico

La raíz de esta decisión se encuentra en la
transformación de la pirámide poblacional.
Dinamarca, como otras sociedades europeas, experimenta un fuerte
envejecimiento de la población. El número de
jubilados crece mucho más rápido que el de personas en edad de
trabajar, lo que crea un desequilibrio financiero
para el sistema de pensiones.

La esperanza de vida ha subido de manera constante en las
últimas décadas, y el gasto anual en pensiones públicas ya
representa más del 8% del PIB, por encima de la media de la OCDE.
En este contexto, prolongar la vida laboral es visto por muchos
expertos como la única vía para mantener la viabilidad
económica
del sistema, aunque el debate social siga
abierto.

El reto no es solo financiero. El envejecimiento afecta la
innovación, la productividad y las dinámicas familiares. Cada año,
menos jóvenes ingresan al mercado laboral, mientras aumenta el
grupo de mayores con necesidades de salud y protección social. Por
eso, la reforma danesa busca adaptar el Estado de bienestar al
nuevo ciclo demográfico.

Proceso y etapas de
la reforma danesa

La reforma no es abrupta. Desde hace casi dos décadas, Dinamarca
estableció que la edad de jubilación se revise cada cinco
años
de acuerdo a la esperanza de vida nacional. Con el
último voto parlamentario, el camino para llegar a los 70 años en
2040 queda definido.

Las etapas serán claras: en 2030, el retiro será a los 68 años;
en 2035, subirá a 69; y en 2040, se fijará en 70 años para quienes
nacieron después de 1970. La legislación contempla futuras
revisiones si hay cambios demográficos, lo cual muestra cierta
flexibilidad.

En el plano social, algunos sindicatos y trabajadores han
mostrado preocupación. Admiten que ciertas
profesiones, sobretodo las más exigentes físicamente, pueden ver
afectada la salud y calidad de vida si la jubilación se posterga
tanto. Sin embargo, la reforma recibió amplio apoyo político,
entendida como necesaria para la supervivencia del sistema
de pensiones
.

Foto Freepik

Impacto
y repercusiones de la nueva edad de jubilación más alta

La nueva legislación danesa genera consecuencias profundas tanto
económicas como sociales. Su impacto servirá como
ejemplo para el resto de Europa, donde las presiones demográficas
reclaman soluciones similares.

Consecuencias
en el mercado laboral y la economía

Aumentar la edad de jubilación supondrá más personas activas en
el mercado laboral durante más tiempo. Esta prolongación de
la vida laboral
podría aliviar la presión sobre las
pensiones públicas, mejorando su sostenibilidad. Sin embargo, este
cambio también plantea desafíos: muchas personas podrían enfrentar
dificultades para mantener el ritmo de trabajo en edades avanzadas,
especialmente en profesiones físicamente exigentes.

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El sistema de protección social deberá adaptarse para atender
posibles problemas de salud y necesidades particulares de los
trabajadores mayores. Algunas voces advierten que no todos podrán
—o deberían— trabajar hasta edades tan avanzadas, lo que exige
políticas de flexibilidad y acceso a la jubilación anticipada según
la naturaleza del empleo.

En términos macroeconómicos, retrasar la
jubilación
permite que el país aproveche la experiencia de
los trabajadores sénior, pero también requiere una reestructuración
del mercado para facilitar la capacitación continua y la adaptación
tecnológica de todos los grupos de edad.

Tendencias en
Europa y reformas paralelas

Dinamarca no está sola. Francia, por ejemplo, decidió
recientemente elevar la edad de jubilación a 64 años, aunque con
intensos debates sociales. Alemania y España avanzan también hacia
edades legalmente más altas, aunque con un ritmo y grado de
aceptación distintos.

La tendencia general europea es clara: el envejecimiento no da
tregua, y los sistemas de pensiones, diseñados para otra época,
necesitan reestructuración constante. Algunos
países exploran incentivos para trabajos más largos, ajustes
voluntarios y fórmulas combinadas para equilibrar la edad de retiro
y la salud financiera del Estado.

En España, la edad ordinaria de jubilación crece gradualmente y
podría llegar a 67 en los próximos años, con mecanismos que
permiten retrasar voluntariamente el retiro mediante incentivos
económicos. Otras naciones, como Italia y Reino Unido, estudian
fórmulas vinculadas a la esperanza de vida o a los años
cotizados.

El modelo europeo de bienestar está en transformación. La clave
será encontrar un equilibrio entre la responsabilidad
fiscal
y el respeto a las capacidades y proyectos vitales
de cada generación.


La tendencia al alza en la edad de jubilación: un nuevo
paradigma para Europa

El caso danés refleja un cambio estructural en
el enfoque europeo sobre la jubilación. El envejecimiento
poblacional y la mayor esperanza de vida empujan a los gobiernos a
repensar las reglas del retiro. Mientras la longevidad es una
conquista que celebrar, exige ajustes en pensiones, mercado laboral
y salud.

La subida de la edad de
jubilación
representa un reto colectivo. Dinamarca da el primer
paso, pero todo el continente enfrenta el dilema de equilibrar
bienestar, sostenibilidad y justicia social.
Adaptar leyes y sistemas no solo es urgente, sino también
inevitable para preservar el contrato social y el acceso a una
vejez digna.

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