#Salud: ¿Cuándo tomar vitamina C?

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La vitamina C se ha vuelto una aliada diaria para quienes buscan
sentirse con más energía y cuidar el sistema inmune. Esta vitamina,
conocida por su papel en la defensa contra la fatiga y las
infecciones, no la puede fabricar el cuerpo. Por eso, hay que
asegurarse de consumirla a diario. Hoy, muchas
personas desean saber cuál es el mejor momento y la mejor forma
para aprovecharla al máximo y cubrir las exigencias del día a
día.

Función y
fuentes principales de la vitamina C

La vitamina C es una molécula esencial que el cuerpo usa y
elimina rápidamente. Resulta clave en varios procesos vitales.
Aunque basta con pequeñas cantidades para evitar enfermedades por
déficit, muchas veces la dieta no la aporta en la cantidad
suficiente.
El problema se intensifica en fumadores,
deportistas, personas con dietas restrictivas, embarazadas y
durante la recuperación de enfermedades.

La falta de
vitamina C
genera síntomas como cansancio, defensas bajas,
lento proceso de cicatrización y pérdida de apetito. Cuando el
déficit es significativo, pueden aparecer dolores articulares,
anemia y problemas de piel. Para evitar todo esto, conviene
identificar los mejores alimentos o suplementos.

Funciones clave
dentro del organismo

La vitamina C ayuda en la formación de colágeno, manteniendo la
piel, los huesos y los tejidos. Su poder antioxidante protege a las
células frente al daño provocado por los radicales libres. Además,
optimiza la absorción del hierro de los vegetales,
previniendo la anemia.
Refuerza las defensas, permitiendo
que el cuerpo responda mejor ante virus y bacterias. También mejora
la cicatrización y favorece la producción de glóbulos rojos. En el
día a día, tomar suficiente vitamina C aporta más energía y ayuda a
resistir el estrés físico y mental.

Alimentos ricos
en vitamina C y absorción

Entre los alimentos más abundantes en vitamina C, destacan los
cítricos, el kiwi, la papaya, los pimientos, el brócoli y el
perejil. Comerlos frescos resulta la mejor estrategia, ya que la
cocción reduce bastante el contenido vitamínico. Alimentos como
las bayas, el mango, algunas verduras y ciertos tubérculos
también suman a la cuenta diaria
. Es mejor optar por una
dieta que aporte la vitamina C necesaria. Sin embargo, cuando no se
llega al mínimo recomendado, los suplementos resultan útiles y
seguros bajo supervisión.

La diferencia entre la vitamina C de los alimentos y la de los
suplementos radica en la velocidad y eficiencia de absorción.
Mientras que los alimentos ofrecen una liberación moderada y
acompañada de otros nutrientes y antioxidantes, los suplementos
pueden ser útiles para llegar rápido a la cantidad recomendada o
compensar necesidades puntuales.

Foto Freepik

Mejor momento
y forma para tomar vitamina C

Consumir vitamina C en el momento adecuado marca la diferencia,
sobre todo si se busca mejorar la energía, fortalecer el sistema
inmune o ayudar en la recuperación tras infecciones o cirugías. El
horario y el modo de administración afectan su absorción y pueden
evitar molestias digestivas.

Absorción óptima
y factores que influyen

El cuerpo absorbe mejor la vitamina C cuando se consume en la
mañana, después del ayuno nocturno, o durante una comida ligera. La
absorción por el tracto digestivo se maximiza cuando el
estómago está semivacío,
pero en personas con estómago
sensible es preferible tomarla acompañada de alimentos. Las dosis
divididas, repartidas a lo largo del día, permiten mantener niveles
estables y evitan la eliminación rápida por la orina.

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La vitamina C liposomal, encapsulada en lípidos, consigue una
mejor protección frente al entorno ácido del estómago. Esta
presentación resulta útil en personas con enfermedades crónicas o
con problemas de absorción, ya que incrementa la concentración
final en sangre y tejidos.

Situaciones que
requieren suplementación

Algunas circunstancias requieren un aporte extra de vitamina C.
Los fumadores tienen una mayor demanda, debido al estrés oxidativo
generado por el tabaco. Las embarazadas y las personas con
dietas poco variadas
también pueden beneficiarse de un
suplemento. Deportistas exigidos y quienes atraviesan periodos de
estrés, infecciones o cirugías verán ventajas en un aumento
temporal de la dosis.

Cuando la dieta no aporta suficiente vitamina C durante meses,
conviene consultar a un profesional. Si hay una carencia o las
defensas están bajas, se recomienda una suplementación controlada
que dure entre uno y tres meses. En niños, siempre
es preferible optar primero por mejorar el aporte de frutas y
verduras antes de considerar un complemento.

Precauciones
con la dosis y efectos adversos

A pesar de que
la vitamina C
es segura en dosis moderadas, tomar más de 2,000
mg diarios puede provocar molestias como diarrea, dolor abdominal o
náuseas. El exceso, a largo plazo, puede crear cálculos renales,
sobre todo en personas con antecedentes de problemas urinarios o
renales. Por su acción en la absorción del hierro,
quienes tienen exceso de este mineral o enfermedades como la
hemocromatosis deben evitar la suplementación sin control.

Conviene recordar que no se debe empezar un suplemento de
vitamina C sin antes evaluar la dieta y, ante cualquier duda,
consultar con un médico o nutricionista. Algunas personas presentan
intolerancias a ciertos excipientes de las fórmulas, y la
combinación con medicamentos puede requerir ajustes.

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